Las corrientes liberales que dieron cabida a los Estados democráticos que han sostenido el progreso de la humanidad, son sin lugar a dudas, emanados de la fuente de inspiración de la masonería, una de las corrientes del pensamiento más ricas de todos los tiempos. Para nadie es noticia que los principios de LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD que gestaron a revolución francesa y con ello el principio del fin de los imperios absolutistas, trajeron la luz y el desarrollo a todos los pueblos.
Pero no solo ello, sino que sentaron las bases de la igualdad que apenas en este siglo comenzamos a ver entre hombres y mujeres a través de la equidad en cargos de elección, como sucede en México.
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Es así que, los pocos ilustrados masónicos hayan sido de origen yorkino o escocés, importaron al continente americano sus innovadoras ideas y principios, siendo un ejemplo de ello el primer documento denominado “Founding Fathers”, de 1776, que diera pie a la independencia de los Estados Unidos, y cuyos pilares donde sostenían la nueva república eran replicados en el movimiento francés con posterioridad en 1789; la LIBERTAD y la IGUALDAD entre los hombres.
Es así que, en la promulgación del discurso de apertura del Congreso del Anáhuac, realizado el 14 de septiembre de 1813, Jose Maria Morelos y Pavón dictó diversos puntos que hasta nuestros días siguen siendo la brújula de donde emana nuestra nación libre y soberana, siendo los Sentimientos de la Nación, un documento inédito, cuyas ideas estaban influenciadas directamente por los ideales emanados de la Revolución Francesa, y con un altísimo simbolismo masónico como se puede apreciar:
“1º. Que la América es libre e independiente de España y de toda otra nación, gobierno o monarquía, y que así se sancione, dando al mundo las razones.
2º. Que la religión católica sea la única, sin tolerancia de otra.
3º. Que todos sus ministros se sustenten de todos, y solos los diezmos y primicias, y él pueblo no tenga que pagar más obvenciones que las de su devoción y ofrenda.
4º. Que el dogma sea sostenido por la jerarquía de la iglesia, que son el papa, los obispos y los curas, porque se debe arrancar toda planta que Dios no plantó: omnis plantatis quam nom plantabit pater meus celestis cradicabitur. Mat. Cap.XV.
5º. Que la soberanía dimana inmediatamente del pueblo, el que solo quiere depositarla en sus representantes dividiendo los poderes de ella en Legislativo, Ejecutivo y Judiciario, eligiendo las Provincias sus vocales, y éstos a los demás, que deben ser sujetos sabios y de probidad.
6º. Que los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial esten divididos en los cuerpos compatibles para ejercerlos.
7º. Que funcionarán cuatro años los vocales, turnándose, saliendo los más antiguos para que ocupen el lugar los nuevos electos.
8º. La dotación de los vocales será una congrua suficiente y no superflua, y no pasará por ahora de ocho mil pesos.
9º. Que los empleos los obtengan solo los americanos.
10º. Que no se admitan extranjeros, si no son artesanos capaces de instruir, y libres de toda sospecha.
11º. Que la patria no será del todo libre y nuestra, mientras no se reforme el gobierno, abatiendo el tiránico, substituyendo el liberal y echando fuera de nuestro suelo al enemigo español que tanto se ha declarado contra esta nación.
12º. Que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto.
- Que las leyes generales comprendan a todos, sin excepción de cuerpos privilegiados, y que éstos sólo lo sean en cuanto el uso de su ministerio.
14º. Que para dictar una ley se discuta en el congreso, y decida a pluralidad de votos.
15º. Que la esclavitud se proscriba para siempre, y lo mismo la distinción de castas, quedando todos iguales y sólo distinguirá a un americano de otro, el vicio y la virtud.
16º. Que nuestros puertos se franqueen a las naciones extranjeras amigas, pero que éstas no se internen al reino por más amigas que sean, y solo haya puertos señalados para el efecto, prohibiendo el desembarco en todos los demás, señalando el diez por ciento u otra gabela a sus mercancías.
17º. Que a cada uno se le guarden las propiedades y respete a su casa como en asilo sagrado señalando penas a los infractores.
18º. Que la nueva legislación no se admitirá la tortura.
19º. Que en la misma se establezca por ley constitucional la celebración del 12 de diciembre en todos los pueblos, dedicado a la patrona de nuestra libertad, María Santísima de Guadalupe, encargando a todos los pueblos, la devoción mensual.
20º. Que las tropas extranjeras de otro reino no pisen nuestro suelo, y si fuere en ayuda, no estarán donde la Suprema Junta.
21º. Que no hagan expediciones fuera de los limites del reino, especialmente ultramarinas, porque no son de esta clase, propagar la fe a nuestros hermanos de tierra dentro.
22º. Que se quite la infinidad de tributos, pechos o imposiciones que más agobian y se señale a cada individuo un cinco por ciento en sus ganancias, u otra carga igual ligera, que no oprima tanto, como la alcabala, el estanco, el tributo y otros, pues con esta corta contribución, y la buena administración de los bienes confiscados al enemigo, podrá llevarse el peso de la guerra y honorarios de empleados.
23º. Que igualmente se solemnice el día 16 de septiembre todos los años, como el día aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra santa libertad comenzó, pues en ese día fue en el que se abrieron los labios de la nación para reclamar sus derechos y empuñó la espada para ser oída, recordando siempre el mérito del grande héroe el señor Don Miguel Hidalgo y su compañero Don Ignacio Allende”.
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Estos pues, son los sentimientos de la nación de donde emana nuestra república, representativa, que reconoce y establece la división de poderes y que, con el tiempo como sucedió en otras naciones liberales, pugnó por la separación de la Iglesia y el Estado, que ya de por sí, se encontraba implícita en los principios tres y cuatro de este histórico documento.
Se fortalece al Poder Legislativo, se reconoce la propiedad privada, se decreta la abolición de la esclavitud bajo el supremo principio de IGUALDAD, en donde solo se distinga un americano de otro por el vicio y la virtud.
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Esta es la base de nuestra independencia. Esta es la fuente de donde emana nuestra república, esta es la base nuestra nación. Y hoy, en el seno de un gobierno liberal, de un Estado progresista y de izquierda, no debemos dejar de observarlos.