Carlos Joaquín González tuvo predilección en su gobierno por los poblanos. Sus nexos con el que fuera gobernador de ese estado, Rafael Moreno Valle y uno de los principales contribuyentes del PAN a la campaña del ex alcalde de Solidaridad, llevó al gobernador del Cambio a incluir en su gabinete a oriundos de Puebla, así como permitir la intervención política de espías como Eukid Castañón Herrera. La llegada de Mara al gobierno estatal ahuyentó a los amigos poblanos de Carlos Joaquín.
Castañón Herrera sin duda fue el hombre con más peso dentro del grupo de Moreno Valle en Quintana Roo. Su nombre sin embargo no fue nuevo ni exclusivo del gobierno joaquinista. Su presencia fue documentada por la revista Proceso, que demostró que entre 2008 y 2013 algunas de sus operaciones fueron investigadas por la entonces Procuraduría General de la República, tras la detención de Greg Sánchez, el alcalde de Benito Juárez.
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Militante del Partido Acción Nacional (PAN), Castañón Herrera nunca dejó de poner los ojos en Quintana Roo. Meses después de que Carlos Joaquín obtuvo el triunfo en las urnas, en 2017 la periodista y activista Lydia Cacho Ribeiro, sugirió investigar al entonces diputado federal (2015-2018) por su posible intervención en el control político en el estado de Quintana Roo.
Negocios entre poblanos
Castañón Herrera hizo negocios con otro poblano influyente, que fue designado por Carlos Joaquín como titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan): Juan Melquiades Vergara Fernández.
Durante su efímero paso por la Sefiplan (finales de 2016 y principios de 2018), Vergara Fernández no estuvo exento de escándalos, como la fiesta de cumpleaños que organizó en la que rifó relojes Rolex y Cartier; no llevaba ni tres meses como secretario de Estado.
En enero de 2018 Vergara Fernández, que poseía pagadoras a nivel nacional, mismas que fueron prohibidas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, renunció a la Sefiplan para competir por una diputación por el Distrito 3.
Como precandidato, fue detenido en febrero de ese año por la PGR, por operaciones de procedencia ilícita. Fue liberado por no considerarse el delito grave.
Dos años después, su amigo Castañón Herrera también sería detenido, por la Agencia Estatal de Investigación de la Fiscalía General del Estado de Puebla, por el presunto delito de extorsión.
Vergara Fernández siempre operó contra Mara Lezama desde que fue presidenta municipal de Benito Juárez. Financió campañas negras en medios contra la hoy gobernadora, como la supuesta investigación de la Casa Blanca de la ex alcaldesa, en Puerto Cancún, que no existe.
Otros poblanos fueron contratados para insertarse en la burocracia dorada de Carlos Joaquín, pero con la llegada de Mara Lezama a la gubernatura, inició el autoexilio. Ligados con la extrema derecha representada por el PAN, no tuvieron ni tendrán cabida en el gobierno de izquierda de la Cuarta Transformación.