Hace ya más de una década que en la ciudad de Cancún se dieron cita los más activos especialistas en propiedad industrial del mundo para sentar las bases de protección de las marcas turísticas, incluyendo a las marcas país como la México; marcas sombrilla, como Caribe mexicano, y marcas destino, como Cancún.
En dicho congreso internacional organizado de forma conjunta por la Asociación Interamericana de la Propiedad Intelectual (Asipi), por la Asociación Mexicana para la Protección de la Propiedad Industrial (Amppi) y la Asociación de Antiguos Alumnos del Magíster Lvcentinvs de la Universidad de Alicante, España, participaron representantes del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), Asociación de Marcas Renombradas Españolas (Amre), Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), así como representantes de diversas marcas país o turísticas (Promperu, Cancún, Caribe Mexicano), jueces especializados en marcas de Europa, Estados Unidos y México, y profesionales de marcas de diversos países.
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Dicho evento, denominado IX Congreso sobre “Marcas Turísticas”, que fuera inaugurado por la ministra Margarita Beatriz Luna Ramos, el director del IMPI y el representante de la OEPM, en dicha ocasión no contó con la participación de autoridades locales, debido a que el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado no consideró importante asistir, porque se encontraba en una fiesta en el mismo recinto del Congreso. De que los hay, los hay.
Poco después de dicho evento, durante la conmemoración de los 50 años de Asipi, se llevaron a cabo diversos debates en temas como mecanismos de protección del folclore, del conocimiento tradicional y prácticas ancestrales como la herbolárea y plantas medicinales, de creaciones artísticas, y más aún, artesanales de los pueblos originarios de los miembros de países latinoamericanos.
Propuesta para las marcas país
Dentro de los trabajos, se expuso el tema del Pacto Andino, ahora Comunidad Andina, y su propuesta de protección y reconocimiento de las marcas país, es decir, de las marcas o turísticas, que buscan amparar todo lo que contiene de atractivo un país para ser reconocido por los miembros de esa Comunidad Andina.
Un proyecto que nació en Cancún, y que se gestó primero en Perú, y después en los cuatro países de la comunidad Andina.
En México, nos topamos con la inoperancia de Peña Nieto y la intolerancia de Borge Angulo, con lo que el proyecto internacional impulsado en Cancún fue infértil para el lugar y el país de origen.
Hoy, la Unión Europea cuenta con la marca #Europa, con directivas específicas para reglamentar su uso, como una marca única y transnacional que representa a todos los países miembros de la Unión Europea; para ellos, la marca país que comenzamos en Cancún ya es cosa del pasado y la Comisión Europea trabaja en proyectos turísticos para todo Europa.
Por su parte, la marca Perú, cuyas primeras propuestas de reglamentación de marca y licenciamiento de uso con fines recaudatorios nació en Cancún, ha logrado legislar y proteger sus marcas país y las marcas turísticas derivadas, siendo el puntal para la creación de la marca #CuatroCaminos que es el proyecto de marca comunitaria con la que se promocionan estos cuatro países a nivel internacional.
Sin embargo, en México, aún no contamos con un marco jurídico sólido que nos ayude a proteger las marcas país, y qué decir de las marcas Cancún o Caribe Mexicano, que fueron rescatadas gracias a la intervención de la XVII Legislatura del Estado, que si no, hoy seríamos el ejemplo perfecto de lo que no se debe hacer en materia de gestión y protección de marcas turísticas.
Este, sin duda, es un reto y un compromiso que la Cuarta Transformación debe voltear a ver en la siguiente administración federal, ya que, si un país es incapaz de proteger legalmente sus propios activos intangibles, como son sus marcas país o turísticas, el mensaje para inversión extranjera en la protección de sus activos de propiedad intelectual es elevadamente riesgoso.