Hace unos días en Monterrey, Nuevo León, se conmemoró el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres”. Dicho evento estuvo presidido por el titular de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEDE) del Estado de Nuevo León, Gilberto de Hoyos Koloffon, al que asistieron autoridades estatales y federales entre las que destacó como ponente la consejera electoral del Instituto Nacional Electoral, Carla Humphrey.
En dicho evento, tal como ha sucedido durante los últimos diez años, la hoy consejera electoral, fue referente en de paridad de género, proponiendo esquemas legales para acceder a cargos públicos y acabar con todo tipo de violencia contra la mujer, haciendo hincapié de los excesos de violencia de género en el ámbito político.
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Este hubiera sido un congreso conmemorativo del #25N como cualquier otro, de no ser porque reapareció el doctor Santiago Nieto Castillo, acompañando a su esposa. Dicha situación de inmediato generó un torbellino de notas y de declaraciones, así como de líneas de tinta llenas de teorías sin sentido de una gran cantidad de periodistas y politólogos de redes sociales que mordieron el anzuelo y echaron volar su infinita imaginación.
La imagen política y su uso
El uso correcto de la imagen política, según los entendidos (Consol Vilar), requiere de dominar la imagen externa, la expresión y la actitud en su conjunto, que son la clave para transmitir las calidades, habilidades o competencias oportunas del sujeto. Para ello, el mejor ejemplo fue John F. Kennedy; en el primer debate político de la historia de la televisión de 1960, le ganó a Richard Nixon por su manejo de imagen.
De acuerdo con Imelda Rodríguez Escanciano, en su obra “Imagen Política”, uno de los retos de ésta en la era de incertidumbre de las redes sociales inmediatas y de pandemia es la durabilidad, es decir, lo que determina cómo es el nuevo rostro del liderazgo y cómo es el estilo político que debe primar en cada momento. Recordando que hoy en día esa vigencia y permanencia es cada día más complicada para los políticos derivado de la hiperactividad digital.
Es entonces que hemos sido testigos de que en tan solo unos minutos la mera presencia de Santiago Nieto en un evento conmemorativo del #25N #DíaNaranja en el que su esposa fue conferencista, sin que mencionara una sola palabra al respecto, solamente con el uso de su imagen política, logró que absolutamente todos los medios nacionales tradicionales y digitales lo mencionaran, haciendo con esto, que su imagen política permanezca fresca no solo en el círculo rojo, sino en el inconsciente colectivo.
Una interesante clase sobre el manejo de la imagen política y pública, fue la que recibimos en tan solo un par fotografías. Lo que terceros escriban, deduzcan o reciban de los espíritus, ya es meramente fruto de su mucha o poca imaginación, el hecho es que, como se dice en charrería, el señor metió el pial y lo chorreó completito.