El fin de ciclo escolar está próximo y con ello comienza una temporada que suele generar estrés en estudiantes de todos los niveles pues es época de evaluaciones finales, la cual incluye entrega de proyectos, trabajos, tareas, presentación de exposiciones y resolución de exámenes. Éstos últimos son los que cotidianamente son la fuente primordial de estrés o ansiedad, principalmente en los adolescentes por el apremio por obtener una buena calificación o la presión por alcanzar la nota necesaria para evitar la reprobación.
Si bien cada día son más diversas las formas con las que se evalúa el desempeño escolar de los estudiantes, los exámenes escritos siguen siendo una de las estrategias más empleadas por las escuelas para valorar los aprendizajes. Es por ello que en las siguientes líneas presento algunas estrategias que facilitarán el periodo de exámenes y ayudarán a obtener un mejor rendimiento en ellos.
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Lo primero que hay que tener en cuenta para tener éxito en los exámenes es conocer sus tres momentos específicos, éstos son: antes, durante y después de presentar el examen.

Pasos para presentar un examen escolar
Los pasos o momentos para presentar cualquier examen escolar incluyen:
1. Preparación (antes). La preparación se refiere al repaso previo del material que se evaluará en el examen. Para ello se necesita:
Programar el estudio. La situación de examen pone a prueba lo aprendido hasta el momento. El aprendizaje comienza desde que inicia el curso, por lo que el estudio para el aprendizaje y la preparación de exámenes comienza desde el principio. El periodo próximo a la fecha del examen sirve para repasar el material, consolidar lo que ya se sabe y aprender aquello que pudo haber quedado confuso o incompleto. Todo esto amerita tiempo extra, por lo que es necesario administrar el tiempo de manera diferente a lo cotidiano. Al programar el tiempo de estudio es necesario tomar en cuenta el número, extensión y dificultad de las unidades o temas, a mayor extensión o dificultad, mayor será el tiempo destinado. También es necesario tener el material de estudio completo. Finalmente, como resultado de programar el estudio se obtiene un calendario u horario que facilita repasar todo el material en el tiempo disponible.
Estudiar. Con el calendario de estudio organizado se llega el momento de comenzar a repasar, para ello se puede hacer lo siguiente: leer cada tema de manera completa y en orden y a partir de ello elaborar resúmenes o esquemas (mapas mentales o conceptuales). Con el material de estudio ya realizado, el paso siguiente es el repaso.
El repaso se aconseja que sea en forma oral para que sea más rápido, intentando hacer un esfuerzo para recordar las ideas principales sin consultar nada. Luego se puede revisar el esquema para comprobar posibles lagunas y en caso de haber tenido fallos, volver a releer los esquemas.
Un ejemplo más específico de cómo llevar a cabo la preparación es el siguiente: estudia un tema durante una hora en una semana y luego otra hora en la siguiente semana. Si no se dispone de tanto tiempo, se pueden incorporar intervalos más pequeños entre las sesiones de práctica, por ejemplo, si el examen es mañana, repasa los temas clave por la mañana y luego nuevamente por la noche.
Autoevaluar lo estudiado. Una vez terminado el repaso conviene hacer una autoevaluación de lo aprendido, para ello se pueden formular preguntas de cada una de las ideas esenciales de cada unidad o tema; también funciona explicarle a alguien más lo estudiado. Otra forma de autoevaluación es después de hacer el repaso, tomarse un descanso de media hora y luego hacer un examen de práctica sin la ayuda de materiales.
2. Presentación (durante). Al presentar un examen es importante considerar lo siguiente:
Disponer de buen ánimo. El buen ánimo se logra si se llega al examen seguro de lo aprendido, calmado y descansado suficientemente, llevando los materiales necesarios y suficientes para resolver la prueba. La memoria no funciona en un 100%, por lo tanto es importante no desesperarse y en caso de que aparezca el nerviosismo se puede practicar la respiración profunda y pausada.
Comprender la prueba. Antes de comenzar a responder es necesario comprender la instrucción y el contenido de cada pregunta. Si existen dudas es muy importante preguntar al profesor. Ante una pregunta cuya respuesta se desconoce o no se recuerda, se puede pasar a la siguiente y si queda tiempo, se regresa a intentar responderla.
Considerar el tiempo. Normalmente los exámenes escolares disponen de tiempo suficiente para responderlos, sin embargo, es necesario considerar la duración de la prueba, pues el tiempo necesario para cada reactivo o pregunta depende de su tipo, por ejemplo las preguntas de opción múltiple requieren de menos tiempo en comparación con aquéllas en las que se debe elaborar la respuesta, éstas requieren de más tiempo.
3. Revisión (después). Antes de entregar el examen es necesario tomarse el tiempo para verificar el examen ya que lo más importante no es terminar primero que los demás sino asegurarse de que la prueba lleve todos los datos solicitados, todas las preguntas estén resueltas y que la letra se clara y legible.
Por último, no hay que olvidar que los exámenes son recursos que apoyan el aprendizaje si se preparan, se presentan y se revisan adecuadamente.

