Si leemos un poco la historia reciente de la llamada democracia mexicana, tenemos que hacer un alto forzoso en el movimiento estudiantil de 1968 que cimbró al pueblo de México con el despertar político de los jóvenes universitarios. Hartos de un gobierno unipartidista que había transformado al México posrevolucionario en un Estado opresor que, incluso, consideraba delito la libre asociación y la manifestación de ideas a través del tipo penal de disolución social, se generó un ambiente en el que nadie podía hablar mal del gobierno, de los gobernantes o del partido en el poder, el PRI.
Este movimiento, que culminó en una masacre de jóvenes que luchaban por la libertad a manos del Ejército mexicano, fue la llave de acceso a la construcción de la democracia mexicana.
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Movimiento estudiantil del 68 marcó la ruta de la democracia mexicana
Éste tuvo una grave réplica en 1971, llamada por muchos como “jueves de corpus”, en donde nuevamente el estado mexicano masacró a jóvenes y periodistas que marchaban solidarizados con estudiantes de Monterrey y contra el gobierno del impresentable de Luis Echeverría, por conducto de un grupo paramilitar denominado “Halcones”, quienes, a palos y por intervención directa de Fernando Gutiérrez Barrios de la Dirección Federal de Seguridad, molieron a los manifestantes ese día, nuevamente con saldo sangriento para la democracia mexicana.
Derivado de lo anterior y con la participación fundamental de los representantes de izquierda, de la presión internacional y del grupo de Jesús Reyes Heroles, se comenzó a trabajar en la primera reforma para crear la democracia mexicana y permitir a través de ella que, otras expresiones, otras voces y otros anhelos, distintos a los del PRI, fueran escuchados en México a través de procesos de representación política.
Mi tesis de licenciatura denominada “La concertacesión política. Un claroscuro de la democracia mexicana”, precisamente aborda parte de estos antecedentes fundamentales que costaron miles de vidas pero que, sin ellos, no estaríamos hoy en esta llamada cuarta Transformación, por lo que considero sumamente importante conocer el origen de la representación proporcional que nos costó mucha sangre, para poder opinar en estos temas tan delicados para el sistema democrático.
Así pues, derivado de la reforma electoral de 1977 se permitió por vez primera en México lo siguiente:
- Se dio cabida a expresiones políticas como el Partido Comunista de México, Partido Socialista de los Trabajadores, Partido Demócrata Mexicano, Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y Partido Popular Socialista (Los dos últimos jugando como satélites del gobierno).
- Se crearon por vez primera 100 espacios para diputados por representación proporcional de esos partidos opositores al gobierno. (Pablo Gómez Álvarez fue uno de esos diputados)
- Se crearon las reglas para dotar a todos los partidos de tiempos de radio y televisión para darse a conocer a nivel nacional.
- Se sentaron las bases para dotarles de financiamiento público y evitar en lo posible el contubernio de partidos patrocinados por empresarios o criminales.
- Se estableció un porcentaje de registro de partidos de 1.5 de los votos a nivel nacional.
Es importante hacer mención que Pablo Gómez Álvarez, actual líder del proyecto de reforma electoral, ha sido diputado federal de representación proporcional en diversas ocasiones; la primera fue debido a la reforma inmediata de 1977, por el Partido Comunista Mexicano; después en 1988 con el Partido Mexicano Socialista y en año de 1991 asambleísta del entonces Distrito Federal, también de manera plurinominal, siendo incluso candidateado por el Partido del Trabajo en el año 2018, aunque hoy día, la amnesia le haya cimbrado fuerte.

En este sentido, y de forma objetiva, la reforma impulsada por Pablo Gómez Álvarez representa, a mi parecer, un retroceso respecto a la de Reyes Heroles en diversos aspectos, ya que la de 1977 abrió las puertas a expresiones de izquierda y a las opositoras al gobierno mediante la representación proporcional, derivada del derramamiento de sangre en 1968 y 1971, lo que permitió fortalecer la democracia mexicana y garantizar accesos plurales que hoy se pretende modificar.
INE surge tras bases sentadas en la reforma de la democracia mexicana
La reforma de 1977 sentó las bases para la creación del IFE, hoy INE, cuya función ha permitido que en México existan transiciones que fortalecen la democracia mexicana, como las del PRI al PAN, del PAN al PRI y del PRI a la Coalición que actualmente gobierna; sin embargo, de acuerdo con las declaraciones de Pablo Gómez, la reforma actual busca desaparecer la representación local del INE, centralizando nuevamente las decisiones en el Ejecutivo federal.
En este orden de ideas, y como mero análisis desde el principio de progresividad jurídica establecido en el artículo 1 constitucional, considero que la eliminación de las plurinominales implicaría una regresión normativa en el diseño institucional que garantiza la representación de las minorías y todas las voces políticas en México, lo que afectaría directamente a la democracia mexicana, tal como lo ha establecido la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN):
“El principio de progresividad de los derechos humanos está reconocido en el artículo 1o. constitucional como uno de los principios fundamentales para la interpretación y aplicación de los derechos humanos, que significa que el Estado está obligado a procurar con todos los medios posibles la satisfacción de estos derechos, así como al establecimiento de un nuevo piso mínimo de protección cada vez que se logra un avance en esta tarea. Este nivel de protección delimita de manera negativa la capacidad de actuación estatal a través del establecimiento de una prohibición de regresividad, que se entiende como el deber de las autoridades de abstenerse de emitir actos legislativos que limiten el alcance que ya se le reconocía a un derecho humano o de atribuirle algún sentido que desconozca la extensión y el nivel de tutela admitido previamente.”
De la misma forma, la representación proporcional que permite la participación de los grupos no mayoritarios en la toma de decisiones fortaleciendo la pluralidad política, al suprimirse, reduce un acceso efectivo de los mexicanos a ser escuchados y a tener voz, violando las condiciones de equidad política.
Por último, dentro del principio de equidad electoral, la sobrerrepresentación que puede generar un modelo de mayoría relativa se controla mediante la representación proporcional, y sostener la eliminación de plurinominales podría generar una distorsión grave de esta sobrerrepresentación, fortaleciendo únicamente al partido en el poder y afectando negativamente a la democracia mexicana, tal como ocurría con el PRI antes de la reforma de 1977.
Por último, habrá en todo caso muchas opiniones al respecto, algunas como siempre impulsadas desde el oficialismo y otras desde la oposición. Esta es una opinión fundada y motivada en hechos reales, en leyes, documentos históricos y en criterios del máximo tribunal, y como siempre, cada uno es responsable de lo que cree y de lo que considere correcto, mientras tanto, como dice Sabina, “la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido”.

