David Acosta | R360
En política no hay espacios vacíos, reza un conocido refrán y en Quintana Roo ante la falta de presencia del gobernador Carlos Joaquín González y de una estrategia, no solo para el manejo de la política interna, sino del aparato gubernamental, está apareciendo lo peor de esta administración, un recién llegado al gabinete: Carlos Orvañanos Rea, quien hoy se muestra como un experto en diferentes temas que en su mayoría desconoce, esto ante la pasividad del secretario de gobierno Arturo Contreras Castillo, quien constitucionalmente tiene esa responsabilidad.
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Y es que cuando parecía que las cosas no podían ir peor para Quintana Roo, al contagiarse Carlos Joaquín González, el poco liderazgo del secretario de Gobierno y la falta de manejo sanitario por parte de la secretaria de Salud, Alejandra Aguirre Crespo, de quien dicen también está contagiada y de no estarlo parece que durante toda la pandemia lo ha estado, Quintana Roo está a la deriva, nadie atiende la situación del Covid-19 y la confusión cada vez es peor.
El coordinador General de Comunicación, Carlos Orvañanos Rea, está aprovechando la ocasión para darse a conocer con aquello de que le encanta ser candidato y tristemente lo hace con un discurso que haría palidecer al propio Cantinflas, que no están peleados con el Gobierno Federal pero que no aceptan su semáforo; que todo está bien con ellos, pero que tienen sus propias investigaciones científicas y epidemiológicas. La pregunta es: ¿por qué no usan la ciencia a favor de la gente a la que han dejado en total abandono, mientras ellos buscan cómo “llevar agua a su molino”?
Hoy la gente no sabe qué hacer cuando se tiene una persona con Covid-19 en la casa, las autoridades de salud solo recomiendan aislamiento y tomar paracetamol. La historia de que llamarán de la Sesa a los pacientes sospechosos por Covid-19 para practicar un estudio y que estarán al pendiente por teléfono para el seguimiento, es un cuento de hadas. La realidad no es así y con conocimiento de causa, se desconocen los términos de tiempo de la enfermedad, a ciencia cierta la gente no sabe qué hacer a quién dirigirse, qué tomar, piden no automedicarse, pero tampoco atienden a las personas.
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Como la gente no sabe qué hacer entonces lleva a sus familiares a los hospitales cuando ya no queda mucho por hacer, porque cuando fue la primera vez lo regresaron a su casa y les dijeron que se aíslen para no contagiar. No les dijeron que a partir del día 11 se debe tener especial cuidado, porque ahí es donde tienden a complicarse los pacientes, que se tiene que medir la oxigenación del cuerpo lo más que se pueda y que partir de tal día y ante tantos síntomas deben tomar un desinflamatorio, cosas básicas que salvarían vidas. La administración de Carlos Joaquín están volteando para otro lado.
Entonces la gente tiene que entrar en el reino del Facebook donde hay de todo y para todos, ahí si sobran las recetas, los remedios, las curas milagrosas, los chamanes de todo tipo y para todo tipo de padecimientos. Las consecuencias se observan todos los días en las estadísticas y tristemente cada vez más cerca de las casas y familias; los contagios se cuentan por cientos y los muertos cada vez se incrementan, mientras el gobierno trata de entretener a la gente con conferencias de prensa que nada tienen que ver con la tragedia que se vive al interior de las familias. Lejos, muy lejos, de la gente este gobierno.
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Payo Obispo
Los medios de comunicación están en deuda con los quintanarroenses, más en este momento que se requiere sean una alternativa para hacer contrapeso a las acciones del Gobierno del Estado. Se les ve a todos tratando de cuidar sus intereses y sin asumir su responsabilidad ante las necesidades de la gente de Quintana Roo. De los medios tradicionales ni hablar, ellos hace tiempo que marcaron la pauta de poner sus intereses por encima del bien común y de los que surgieron al principio de las redes sociales hoy solo repiten lo que el Gobierno les dicta, basta darse un “chapuzón” en los portales de noticias, la mayoría tiene la misma información.
