Martín G. Iglesias | R360
A partir del lunes 3 de agosto, entrará en funciones una nueva policía en Benito Juárez (Cancún), que se encargará de exhortar a la ciudadanía para que cumpla con las medidas sanitarias, como el uso del cubrebocas, respetar la sana distancia, entre otras; pero lamentablemente algunos “comunicadores” y usuarios de las redes sociales consideran que estos elementos podrían corromperse y extorsionar al ciudadano.
Veamos el contexto de la idiosincrasia de todos aquellos y aquellas que piensan que “la corrupción somos todos”. Son aquellos que cuando llegan los tiempos electorales, venden su voto por una despensa o por unas cuantas monedas; son los que cuando los detiene un elemento de tránsito, prefieren ofrecerle “una mordida” en vez de aceptar su responsabilidad de que cometió una falta al Reglamento de Tránsito; son aquellas personas que no quieren hacer filas o esperar su turno y le ofrecen al funcionario “un estímulo” para agilizar su proceso.
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A un nivel más elevado, son los que manejan grandes cantidades de dinero para poder quedarse con las obras públicas que ofertan los gobiernos; son aquellas personas que compran insumos a precios bajos, pero piden que les otorguen facturas muy por arriba de lo que realmente pagaron. Son los que prefieren pagar a un líder sindical que los represente y darle una cuota para dejarlos trabajar; en fin, los corruptores estamos en la sociedad y tenemos una gran responsabilidad en el proceso de la corrupción de la que tanto nos quejamos.
Existe mucha discusión en foros sobre quién es el motor de la corrupción en cada caso concreto, se ha llegado a la conclusión que existen dos tipos: los corruptores activos a los que, con su actitud, promueven la corrupción; y corruptos pasivos, aquellos que, al recibir las propuestas de los corruptores activos, se ajustan a las mismas.
Lógicamente, no todo tiene que ver en un principio con recursos económicos, sino también existe corrupción en el ambiente político, cuando se designa un candidato; en el desarrollo, cuando se devasta el ecosistema; cuando se selecciona a proveedores en la iniciativa privada o en el gobierno; casi en todos los niveles y sectores sociales se ve este fenómeno de corruptos y corruptores.
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Dejemos que la Policía de Reacción para la prevención del Covid-19 en Cancún haga su trabajo, si no queremos ser exhortados, pues tenemos que cumplir con las medidas sanitarias de uso de cubrebocas y respetar la sana distancia. Esta Policía es única en su especie, pero se hace necesaria ante la necedad de muchas personas que no quieren entender que nos enfrentamos ante una pandemia que solo la aceptamos cuando vivimos en carne propia el contagio del Covid-19.
Reconozco que el mundo de la corrupción es muy complejo, y mucho más si se pretende ver, desde un punto de vista legal y judicial, aspectos que requieren la existencia de pruebas concluyentes para poder condenar estas actitudes. No seamos parte de este proceso de corrupción, cumplamos como sociedad las medidas de salud por el bien de todos.
Sascab
Como la zona sur del estado de Quintana Roo continuará en “semáforo rojo”, los burócratas de las diferentes dependencias del Estado regresarán a trabajar presencialmente hasta el próximo 15 de agosto. Lo malo es que muchos de ellos toman este tiempo como de vacaciones y viajan a la zona norte para disfrutar del “semáforo naranja”.
Sobre el autor: Licenciado en Administración de Empresas. Diplomado en “Investigative Jornualism in Climate Security and Energy” por parte de la embajada Inglesa. Curso de Marketing Político por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).