La narrativa de los medios tradicionales de información respecto de lo sucedido con el primer vuelo de Mexicana de Aviación muestra los síntomas de un sistema mediático agotado, que se ha rendido a la especulación, a la exageración, a la falta de precisión y de aseo y que ha perdido su capacidad de representar los intereses de una gran parte de la ciudadanía, así como de vigilar de forma equilibrada a los poderes constituidos.
Los argumentos para demeritar un hecho sobresaliente, como el de Mexicana de Aviación, pues se trata del regreso de la que fue la segunda aerolínea más antigua de América, sólo superada en edad por Avianca, han pasado por lo inverosímil, lo burdo y hasta lo banal.
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A la afirmación de “Mexicana de Aviación es una aerolínea militar”, se sumaron los señalamientos de la demora de más de 5 horas del primer vuelo que se dirigía al Aeropuerto Internacional de Tulum, Felipe Carrillo Puerto, en Quintana Roo, hasta el error en una infografía del Gobierno de México en la que se sustituyó el nombre de la empresa fabricante de aviones, Boeing, por Boing, la popular marca de refrescos.
Se trató de un “nado sincronizado”, encabezado por “periodistas” y medios afines a regímenes que tanto daño le han hecho a México, cuyos intereses han sido expuestos por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y por el segmento de los miércoles en La Mañanera, que se transmite desde Palacio Nacional, denominado Quién es Quién en las Mentiras, que conduce Ana Elizabeth García Vilchis.
La finalidad de este tipo de estrategias, que son diseñadas a bote pronto desde las cloacas de la oligarquía, es reducir o eliminar la importancia de un hecho trascendental realizado por el Gobierno de México, hasta el punto de ridiculizarlo o caricaturizarlo para tratar de cambiar el sentido positivo del suceso ante las audiencias.
Una especie de “valor agregado” de esa estrategia es generar ganancias en las ediciones digitales de televisoras, radiodifusoras y periódicos, mediante el clickbait (contenidos que apuntan a generar ingresos), una técnica de redacción consistente en le creación de encabezados y descripciones sensacionalistas en uno o varios enlaces, para atraer a visitantes e incitarlos a dar clic para abrir el contenido. Y qué mejor para la estrategia que convencer a la audiencia con los “errores” del primer vuelo de Mexicana.
Fueron pocos los medios que destacaron detalles como la vuelta de una aerolínea Mexicana de Aviación del Estado mexicano, tras 33 años de haber sido privatizada en el salinato. Se prefirió destacar la crítica del arranque de operaciones con aviones rentados, dejando de lado que en la década de los 90, del siglo pasado, tras su privatización, se sustituyó una de la más grande flota de aviones, por equipo rentado.
Mexicana de Aviación
Mexicana fue uno de los más claros ejemplos, de que empresas nacionales que fueron privatizadas, serían llevadas a la ruina en manos de empresarios, con lo que se rompió el mito de que el Estado era incapaz de administrar empresas; bajo el mando gubernamental, Mexicana fue una de las compañías más exitosas en su ramo.
Otro caso de los efectos de la privatización de empresas del Estado fue el rescate más oprobioso y caro en la historia de México, el de los bancos. Su salvamento estuvo acompañado de una poderosa narrativa: Si los bancos quiebran, el país se desmorona.
Con Mexicana, la narrativa apunta a desacreditar al gobierno; al Ejército, que es quien administra la aerolínea Mexicana de Aviación y a poner en el ojo mediático la estatización, que va en sentido contrario de la doctrina neoliberal que privilegia la privatización.
Ciertamente el primer vuelo de Mexicana de Aviación no estuvo exento de eventos que son cotidianos en la industria aérea: Las malas condiciones en el estado del tiempo o problemas de derrame de combustibles en las pistas del nuevo aeropuerto de Tulum, pero magnificar esto, pone en tela de juicio la responsabilidad de los medios de información ante la sociedad, que cada vez está más y mejor informada, gracias a las redes sociales.