El presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, confirmó el lunes 29 de diciembre el primer ataque documentado contra un objetivo terrestre en Venezuela, intensificando dramáticamente la campaña militar en la región. El objetivo, según el mandatario, fue una instalación relacionada con el narcotráfico, aunque críticos señalan que la operación se enmarca en una estrategia más amplia para el dominio regional y la incautación del petróleo venezolano.
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La confirmación del primer ataque terrestre contra Venezuela
En una declaración ofrecida a la prensa mientras recibía al Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, el Presidente Donald Trump confirmó que Estados Unidos había atacado un muelle o instalación dentro de Venezuela. Este anuncio representa una escalada significativa en la presión ejercida sobre el gobierno de Nicolás Maduro.
Trump ofreció detalles sobre la operación, justificándola como parte de su esfuerzo contra el narcotráfico. “No importa, pero hubo una gran explosión en el área del muelle, donde cargan los barcos con droga. Cargan los barcos con droga. Así que atacamos todos los barcos, y ahora atacamos la zona. Es la zona de implementación, ahí es donde implementan, y ya no existe”, afirmó.
La confirmación del 29 de diciembre vino luego de que el caso hubiera pasado desapercibido tras una entrevista radial concedida el viernes 26 de diciembre en el programa “The Cats & Cosby Show” de la cadena de radio 77WABC. En esa ocasión, Trump había asegurado que hacía “dos noches” habían destruido una “gran planta” o “gran instalación de donde salen los barcos”, añadiendo: “Así que los golpeamos muy duro”.
La ambigüedad sobre el ejecutor de la operación
Cuando un reportero cuestionó directamente si el ataque fue ejecutado por el ejército de Estados Unidos o por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Trump evadió la respuesta. “No quiero decir eso. Sé exactamente quienes fueron, pero no lo diré”, respondió el mandatario.
Cabe destacar que, en octubre, Trump había confirmado la autorización a la CIA para realizar operaciones encubiertas en Venezuela, un paso que ya era visto como una nueva escalada de tensiones contra Caracas.
La operación lanza del sur y el costo humano en el Caribe
Este ataque terrestre no es un hecho aislado, sino la culminación de meses de hostigamiento militar en la región. La administración Trump intensificó la presión sobre Maduro a través del bombardeo de embarcaciones en el Caribe.
- Los ataques en aguas internacionales comenzaron a principios de septiembre y han continuado.
- Hasta la fecha, Estados Unidos ha realizado una treintena de bombardeos contra estas embarcaciones.
- La Unión americana señala a estos barcos de ser usados para el tráfico de drogas, pero ha operado “sin mostrar pruebas de sus acusaciones ni darles debido proceso a las personas que viajan en ellos”.
Las consecuencias han sido graves: en estos bombardeos han muerto 105 personas y solo dos han sido rescatadas. Críticos de los ataques, incluidos legisladores demócratas, han calificado estas acciones como ejecuciones extrajudiciales e incluso como posibles crímenes de guerra.
Toda la ofensiva militar se enmarca en la Operación Lanza del Sur, con la que Estados Unidos busca expandir su dominio sobre Latinoamérica.
El asedio a Venezuela por el petróleo y el riesgo de guerra
La justificación del narcotráfico se mezcla con la intención abiertamente declarada por el gobierno estadounidense: “buscan quedarse con su petróleo”. Trump afirma categóricamente que el petróleo venezolano “pertenece a EU”.
En las últimas semanas, la campaña contra Venezuela se ha intensificado. Estados Unidos acusa al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de liderar el llamado Cártel de los soles, al tiempo que realiza un bloqueo militar total y completo de buques petroleros para impedir las exportaciones.
Hace un par de semanas, el mandatario estadounidense no descartó la posibilidad de que su país vaya a la guerra con Venezuela, aunque advirtió a Maduro que “sabe exactamente” lo que quiere.
En respuesta al asedio, el gobierno de Maduro ordenó a sus fuerzas armadas escoltar a los buques que transportan petróleo y otros hidrocarburos desde sus puertos, una medida que los pondría en un posible encuentro directo con los buques de Estados Unidos. El domingo, Maduro aseguró que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) está “más preparada que nunca” para seguir garantizando la paz y la soberanía de la nación.
Respecto al diálogo, Trump confirmó haber hablado con el Presidente Maduro “recientemente” o “hace muy poco”, pero descartó la conversación por considerarla improductiva: “No mucho salió de eso”, señaló, o bien: “No sale nada de eso”, se quejó refiriéndose a sus llamadas telefónicas.
Las excepciones en el bloqueo y el caso Chevron
Pese al bloqueo marítimo parcial impuesto por la administración Trump, se han detectado movimientos de crudo venezolano hacia puertos estadounidenses a través de excepciones.
- Al menos dos buques fletados por Chevron, que posee una licencia estadounidense para exportar petróleo venezolano, han descargado con éxito sus cargamentos en puertos de Estados Unidos.
- Los buques Searuby y Canopus Voyager han completado o están en proceso de descarga.
- Un buque llamado Nave Neutrino también descargó crudo de Venezuela en la costa estadounidense del Golfo de México, aunque se desconoce si estaba fletado por Chevron.
- Datos de seguimiento indican que otros tres buques de Chevron navegan hacia Estados Unidos y se espera que descarguen sus productos pronto.
El factor geopolítico: China, Rusia y el apoyo a Maduro
La intervención militar directa en Venezuela no solo pone en riesgo a Caracas y Washington, sino que amenaza con involucrar a potencias internacionales. En caso de interceptación de buques petroleros escoltados, el choque podría escalar a la intervención de terceros interesados en Asia, principalmente China, un aliado clave de Maduro. Venezuela posee las mayores reservas de petróleo en el mundo, lo que aumenta la tensión geopolítica.
Tanto las autoridades de Rusia como las de China han cuestionado las maniobras estadounidenses en el Caribe y han manifestado su respaldo al gobierno de Nicolás Maduro.
La división en la respuesta regional
La campaña militar de Estados Unidos ha generado una respuesta dividida entre los líderes de la región.
Por un lado, la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente colombiano, Gustavo Petro, se han mostrado críticos de los ataques. En octubre, Sheinbaum declaró que no está de acuerdo con las acciones de Washington: “Como ustedes saben, nosotros queremos que se cumplan todos los tratados internacionales y nosotros no estamos de acuerdo con estos ataques, como se dan”.
El mandatario colombiano, por su parte, ha sugerido que las embarcaciones bombardeadas podrían ser pesqueras y no barcos “cargados de droga” como afirma la administración Trump.
En contraste, el presidente Milei ha solicitado a los socios del Mercosur que apoyen la presión militar de Estados Unidos sobre Venezuela, argumentando que “este peligro debe terminar”.
La confirmación del primer ataque terrestre contra Venezuela marca un punto de inflexión. Al margen de la justificación por el narcotráfico, el objetivo de obtener el control del petróleo venezolano ha puesto a la región al borde de un conflicto, donde la orden de la FANB de escoltar buques eleva el riesgo de un choque militar directo que podría desencadenar una crisis geopolítica con la intervención de potencias como China y Rusia.

