La muerte de Tatiana Schlossberg, nieta del expresidente John F. Kennedy, ha conmocionado a Estados Unidos. La periodista especializada en asuntos climáticos, de 35 años, falleció tras una devastadora batalla contra el cáncer, dejando dos hijos pequeños. Su deceso se suma a la larga lista de tragedias personales que han marcado a una de las familias más emblemáticas de la política global.
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Muerte anunciada: la batalla de Tatiana Schlossberg contra la leucemia
La familia de Tatiana Schlossberg anunció su fallecimiento el martes 30 de diciembre de 2025, mediante un comunicado difundido en las redes sociales de la Fundación Biblioteca John F. Kennedy. “Nuestra querida Tatiana falleció esta mañana. Siempre estará en nuestros corazones”, publicó la familia.
La muerte, ocurrida a los 35 años, se debió a un tipo de cáncer agresivo: la leucemia mieloide aguda (LMA). Schlossberg había hecho público su diagnóstico en noviembre, revelando que los doctores le pronosticaban menos de un año de vida.
Diagnóstico y la publicación de “Una batalla con mi sangre”
El diagnóstico de LMA se produjo en mayo de 2024, justo después de dar a luz por segunda vez. Poco más de un mes antes de su muerte, la periodista compartió sus reflexiones más íntimas en un ensayo titulado “Una batalla con mi sangre”, publicado en The New Yorker.
En el texto, detalló su dolorosa experiencia y la irreversibilidad de la enfermedad. Ella explicó entonces que:
- A pesar del tratamiento, que incluyó un trasplante de médula ósea y quimioterapia, los médicos le comunicaron que sus perspectivas no eran buenas.
- En las últimas pruebas médicas, su médico le dijo que quizá le quedaba un año de vida.
Schlossberg compartió su preocupación central como madre, escribiendo: “Mi primer pensamiento fue que mis hijos, cuyas caras veo constantemente en mi mente/viven permanentemente bajo mis párpados, no me recordarán”.
El legado profesional de una voz crítica
Tatiana Schlossberg fue una figura reconocida en el periodismo de ciencia y medio ambiente. A lo largo de su carrera, trabajó como reportera del New York Times, donde se especializó en cobertura científica y ambiental. Además, colaboró con medios de prestigio como The Atlantic y Vanity Fair, consolidándose como una voz influyente en el periodismo contemporáneo sobre sostenibilidad y cambio climático.
En 2019, Schlossberg consolidó su voz influyente sobre sostenibilidad y cambio climático con la publicación del libro Consumo invisible: el impacto ambiental que no sabes que tienes. Esta obra fue ampliamente reconocida y premiada por su enfoque innovador sobre los hábitos cotidianos y su huella ambiental.
Lazos familiares y críticas políticas
Perteneciendo a la estirpe política más célebre de Estados Unidos, Schlossberg mantuvo un perfil discreto, aunque fue notablemente crítica con otros miembros de su familia.
Ella fue una férrea crítica de su pariente Robert F. Kennedy Jr. por sus posturas como secretario de Salud en el gobierno de Donald Trump.
Tatiana Schlossberg era hija del diseñador Edwin Schlossberg y de la diplomática Caroline Kennedy, quien es la actual embajadora de Estados Unidos en Australia. Era nieta de John F. Kennedy, el 35º presidente de Estados Unidos, y su esposa Jacqueline Kennedy Onassis.
A la periodista le sobreviven:
- Su esposo, George Moran.
- Sus dos hijos (un varón nacido en 2022 y una niña nacida en 2024).
Cabe destacar que, a comienzos de noviembre, su hermano, Jack Schlossberg, anunció sus planes de presentarse al Congreso en representación del estado de Nueva York, continuando con la tradición política familiar.
El peso de la historia: la “nueva tragedia” para los Kennedy
Schlossberg también abordó en su ensayo el dolor que temía causar a su familia, la cual ya ha sufrido múltiples tragedias personales.
La nieta de John F. Kennedy hizo referencia explícita a la historia de su linaje:
- Su abuelo, el presidente Kennedy, fue asesinado en 1963.
- Su tío, John F. Kennedy Jr., murió en 1999 a los 38 años en un accidente de avioneta.
Schlossberg sintió una inmensa culpa por el impacto de su enfermedad: “Durante toda mi vida he intentado ser buena, ser una buena estudiante, una buena hermana y una buena hija, y proteger a mi madre y nunca disgustarla ni enfadarla”, escribió. Y sentenció: “Ahora he añadido una nueva tragedia a su vida, a la vida de nuestra familia, y no hay nada que pueda hacer para evitarlo”.
Curiosamente, antes de conocer su enfermedad, la periodista llevaba un estilo de vida saludable que incluía correr, esquiar e incluso nadar en el río Hudson de Nueva York, algo que hizo “para recaudar fondos para la Sociedad de Lucha contra la Leucemia y Linfoma”.
La participación de la familia Kennedy en la política de Estados Unidos a lo largo de generaciones, junto con las tragedias personales que a menudo han afectado a sus miembros, le ha valido una destacada reputación en la conciencia colectiva estadounidense.
La vida de Tatiana Schlossberg, dedicada a la ciencia y la crítica ambiental, termina demasiado pronto, pero su honestidad al enfrentar la muerte y su legado intelectual permanecen. Su partida no solo es una pérdida para el periodismo, sino un nuevo capítulo trágico en la crónica de una familia que, a pesar de su inmenso poder, no ha podido escapar al destino.
