CIUDAD DE MÉXICO.- La era digital, aún con todos los beneficios y oportunidades que nos ofrece, deja expuestos a grupos vulnerables como adultos mayores, niños y adolescentes a riesgos y amenazas en línea.
Con la llegada de la pandemia de SARS-CoV-2, los adultos mayores se sumaron a la digitalización y adoptaron el uso frecuente de internet a través de sus dispositivos móviles, herramienta que les permitió estar más cerca de sus seres queridos durante el confinamiento tan prolongado.
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Su entrada a este mundo digital no fue fácil, incluso, muchos permanecieron desconectados gran parte de la pandemia porque no concebían dejarle todo el poder a un aparato en el que la gente, su gente, permanecía horas y se olvidaba de conversar o convivir entre familia.
Arturo Hernández de 73 años, contó que su primer teléfono celular lo obtuvo de un regalo que le dio su nieto que vivía en Monterrey durante la pandemia.
“Me dijo que necesitaba comunicarse conmigo porque no podían viajar”, señaló. De esta forma, Arturo pudo conectarse con sus seres queridos desde la casa de reposo para adultos mayores en la que vivía desde tres años antes del Covid.
Así como el nieto de Arturo, cientos de familias conectaron a sus adultos mayores a la era digital, a través de celulares, acortando distancias y traspasando fronteras durante un confinamiento largo al que no se le veía fin.
Su ingreso a la era digital fue de golpe y, en muchos casos, sin una adecuada inducción para prevenir estafas, phishing o robo de identidad.
Estos tres delitos, son un común en la estadística de denuncia, pues son presa fácil de los delincuentes, quienes también migraron a la era digital para enganchar a las personas más vulnerables.
Migración a la era digital
En la actualidad, este grupo etario forma parte de los 93.1 millones de personas conectadas a la tecnología e internet en México, según la reciente publicación de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (Endutih 2022) del Inegi.
La encuesta reportó que, en cuanto a los hombres, el grupo de 55 años o más tuvo una participación de 49%, con un avance de 12.1 puntos porcentuales comparado con 2021.
Las mujeres de 55 años o más tuvieron una participación de 46.4 %, con un crecimiento de 14.8 puntos porcentuales, entre ambos años.
Este resultado de la encuesta se confirma cuando los vemos inmersos en sus redes sociales favoritas: Facebook, YouTube, WhatsApp y poco a poco TikTok, enganchados de la misma forma que el resto de la población más joven, pues han encontrado en estas un aliado contra su soledad.
Se sumergieron en la era digital, pero ¿a qué costo?
Con la llegada de la pandemia, los adultos mayores se vieron forzados a adaptarse rápidamente a la digitalización para mantenerse conectados con sus seres queridos y acceder a servicios esenciales.
El uso de smartphones se convirtió en su ventana al mundo digital, y las redes sociales se convirtieron en su medio de interacción, sin embargo, esta transición no estuvo exenta de desafíos y riesgos.
Según datos de Statista, hasta enero de 2023, Facebook era la red social más utilizada del mundo con más de 2 mil 850 millones de usuarios, le siguió Youtube y WhatsApp y, en creciente, la red social más popular para niños y adultos: Tiktok
Estafas y phishing: La trampa de la confianza
Uno de los peligros más comunes en línea es el phishing, una técnica utilizada por ciberdelincuentes para obtener información personal y financiera de manera fraudulenta.
El especialista en ciberseguridad, Ivan Rodríguez, comentó a Ruptura 360 que las estafas de phishing podrían considerarse la madre de todas las estafas en internet.
Explicó que los adultos mayores, debido a su falta de experiencia y conocimientos en seguridad cibernética, pueden ser especialmente vulnerables a este tipo de ataques.
“Al recibir mensajes y correos electrónicos que parecen legítimos, pero que en realidad buscan robar información sensible, muchos adultos mayores caen en la trampa de la confianza”, dijo.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2022, contabilizó 5 mil 907 casos por fraude en el país en 2021, es decir, una tasa de 19.2%
Robo de identidad: El costo de un descuido
El robo de identidad es otro delito cibernético que afecta en gran medida a los adultos mayores.
El especialista comentó que los estafadores utilizan información personal robada para cometer fraudes y actividades ilegales en nombre de sus víctimas.
Este delito puede tener consecuencias devastadoras, desde pérdidas financieras hasta daños en la reputación y dificultades para recuperar la identidad robada.
Lamentablemente, los adultos mayores suelen ser un blanco fácil debido a su falta de conocimiento sobre cómo proteger adecuadamente su información personal en línea en plena era digital.
En México, el robo de identidad es un delito afecta a numerosas personas, y los adultos mayores no están exentos de esta amenaza.
Según datos de instituciones de seguridad, como la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), los adultos mayores representan una proporción significativa de las víctimas de este delito en el país, pues, 34% de este tipo de delito sucede en la población de gente de la tercera edad.
El registro de reclamaciones por este tipo de fraudes en la Condusef fue de 49 mil 871 en 2021, lo que representa 1% del total de las quejas registradas en ese año; sin embargo, reporta un incremento de 54% en este tipo de estafa, respecto al mismo periodo del 2020.
La Asociación de Bancos de México coincide que hay un incremento de robo de identidad, de parte de defraudadores, donde los usuarios de la banca se dejan engañar por diferentes razones, a través de mascarillas que suplantan en las banca de la era digital y en la banca electrónica.
Expertos advierten sobre los riesgos
Expertos en seguridad cibernética han advertido sobre los riesgos que enfrentan los adultos mayores en la era digital.
Las estadísticas a nivel mundial respaldan estas preocupaciones y subrayan la necesidad de tomar medidas para proteger a este grupo demográfico.
De acuerdo con estudios internacionales, los adultos mayores representan un porcentaje significativo de las víctimas de estafas en línea y robo de identidad.
Casi 42 millones de personas fueron víctimas de fraude de identidad en el 2021, lo que les costó a los consumidores 52 mil millones de dólares en pérdidas totales, según estudio de Javelin Strategy & Research.
Fue debido al aumento en la cantidad de personas que recurrieron a internet a causa de la pandemia que los delincuentes aprovecharon para obtener datos de identificación personal de sus víctimas.
De acuerdo con especialistas en la materia, las familias deben tomar medidas para proteger a los adultos mayores en el mundo digital y brindarles el conocimiento y las herramientas necesarias para mantenerse seguros mientras estén conectados, es decir:
- Recibir una educación adecuada sobre seguridad en línea, incluyendo la identificación de estafas y el reconocimiento de prácticas seguras.
- Mantener los dispositivos y aplicaciones actualizados con los últimos parches de seguridad es esencial para mitigar las vulnerabilidades conocidas.
- Utilizar herramientas de seguridad confiables, como programas antivirus y antimalware, para protegerse de posibles amenazas.
- Generar contraseñas fuertes y únicas para cada cuenta en línea, evitando contraseñas obvias o fáciles de adivinar.
- Los adultos mayores deben ser cautelosos al interactuar en línea y verificar la legitimidad de las fuentes antes de compartir información personal o realizar transacciones.
Para Ivan Rodríguez, los adultos mayores merecen disfrutar de la conectividad y las ventajas que ofrece la era digital, pero también necesitan el conocimiento y las herramientas para protegerse de estafas y delitos cibernéticos.
Es importante enseñarles a identificar sitios web seguros y a evitar hacer clic en enlaces sospechosos.
“Es responsabilidad de la sociedad brindar apoyo, educación y concienciación para garantizar que los adultos mayores puedan navegar de manera segura y confiable en el mundo digital”, finalizó.
Las víctimas de este tipo de delitos sufren consecuencias emocionales negativas ante la pérdida de su estabilidad económica al ser estafados o defraudados por esta vía.
“Desde ansiedad grave hasta los trastornos del sueño, depresión y síndrome de estrés postraumático”, destacó Paulina Ríos, psicoterapeuta.
La experta aseguró que estos son síntomas reales de trauma, por ello debemos estar atentos, pues, aunque no existen estadísticas sobre el número de personas que han muerto por suicidio después de una estafa, lo cierto es que caen en fuerte depresión tras perder sus ahorros de toda la vida.
Por ello lanza la recomendación de estar atentos ante cualquier estado de ánimo de nuestros adultos mayores; “no juzgues, ni regañes, mejor escucha y ayúdalo a superar ese trago amargo”, recomendó.