CHETUMAL, QR.- Desde temprana hora ríos de simpatizantes y seguidores del presidente Andrés Manuel López Obrador iniciaron su llegada por diversas vías, las colas se extendieron por más de 500 metros. La mayoría pasaba por arcos con detectores de metales a las sede del evento, mientras que invitados especiales ingresaban con previo registro.
Las dos entradas principales estaban ubicadas sobre la avenida Carmen Ochoa de Merino, una a la altura de la 5 de Mayo y la otra en la confluencia con Benito Juárez, por el estacionamiento del Palacio de Gobierno. Los participantes, estudiantes y militares, en el evento cívico del Día de la Bandera, ingresaban por accesos alternos.
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Mientras la población general hacía largas filas, algunos con mantas de solicitud de apoyo, los funcionarios pasaban sin mayor contratiempo. Los representantes de medios de comunicación con doble acreditación, una del Gobierno del Estado y otra, del Ejército Mexicano.
Personal militar mantuvo por más de una hora en el estacionamiento a los representantes de los medios de comunicación y antes de pasar les dio instrucciones.
Cerca de las 09:00 horas hizo su aparición la presidente municipal de Benito Juárez, Mara Lezama; vestida de color guinda aceptó una entrevista con los reporteros. Posteriormente llegó Marybel Villegas, quien evadió los cuestionamientos. Seguidamente se dio el acceso a los reporteros.
Los funcionarios, en sus posiciones; escoltas de escuelas de nivel básico, medio superior y superior, así como del Ejército, se distribuyeron alrededor del asta bandera, cubrían toda la plaza cívica, frente a Palacio de Gobierno, en donde también se colocaron ocho toldos, uno de ellos aguardaba al presídium.
A lo lejos se observaba al secretario de Seguridad Pública, Jesús Alberto Capella Ibarra, tomándose la foto. Senadores, diputados federales, presidentes municipales, funcionarios estatales e invitados especiales, en espera de las máximas autoridades del país y del estado.
En la acera del Bulevar Bahía, cientos de personas provenientes de Tulum, José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto, Benito Juárez y Othón P. Blanco, alzaban mantas pidiendo ayuda con plazas laborales y regularización de la tenencia de la tierra, además de manifestaciones contra la Ley de Movilidad.
Y llega Andrés Manuel López Obrador
A las 09:18 horas una estudiante, miembro de una escolta, se desvaneció y fue auxiliada por paramédicos. Dos minutos más tarde sonó por primera vez la corneta militar que anticipaba la llegada del presidente, Andrés Manuel López Obrador. Todos tomaron sus lugares.
Pasaron 13 minutos más y llegó el gobernador, Carlos Joaquín González, que parecía desorientado: llega a media plaza cívica y regresa, saluda a los invitados. Posteriormente se dirige al Bulevar Bahía, y al llegar recibe consignas en su contra: “fuera Carlos Joaquín”.
Arriba al lugar el secretario de Turismo Federal, Miguel Torruco Marqués, se dirige hacia Carlos Joaquín González, ambos rodeados por mandos militares y navales.
Una vez más, a las 09:40 horas, suena la corneta militar y a lo lejos, frente al muelle fiscal, una caravana de vehículos tipo Suburban, en uno de ellos se transporta López Obrador. La multitud lo intercepta y cierra el paso, luego de unos minutos se baja a saludar a la gente detrás de las vallas.
Llega a la altura donde lo aguarda Joaquín González, elementos militares le informan, el mandatario nacional voltea y sigue saludando a las personas y llega al final de las vallas que rodeaban parte de la plaza cívica del lado del Bulevar.
El gobernador de Quintana Roo va al encuentro del presidente, para posteriormente dar inicio a la ceremonia cívica del Día de la Bandera, honores e izamiento del lábaro patrio, con 30 minutos de retraso.
Durante la presentación de las autoridades, Carlos Joaquín recibe abucheos. Fue el primero en dar su discurso, mientras los abucheos se extendieron a lo largo del mismo, incluso levantó la voz para contrarrestar las rechiflas y consignas.
Los responsables de la logística acabaron poniendo sillas y ofreciendo agua a las decenas de niños que integraban las escoltas y que llevaban casi dos horas bajo el sol. Más de 12 fueron retirados del sitio.
Posterior al abanderamiento de 15 escoltas, tocó el turno a López Obrador, que fue recibido con aplausos, su discurso está basado en cuatro puntos: Tren Maya, zona especial para Chetumal, traslado de la Secretaría de Turismo e inseguridad, en este último afirma que tiene los datos que indican un importante incremento de la delincuencia en Quintana Roo.
En un gesto de cortesía, el presidente acalló los abucheos al gobernador, de quien reconoció que ha hecho las cosas bien. Muy a su estilo, dijo: tampoco me importa que estén de acuerdo, mi pecho no es bodega, digo lo que pienso.
Cerró diciendo: ¡Viva Quintana Roo! ¡Viva México!, todos corearon.
Al término la gente se acercó, quería saludarlo, muchos lo lograron, entre empujones y entregas de sobres, cartas y carpetas, el presidente de la Cuarta Transformación se retiró del lugar tal y como llegó.
El pueblo comenzó a abandonar la histórica Plaza de la Bandera, pocos fueron los vendedores ambulantes que llegaron a la periferia y no faltó la venta de recuerdos como tazas, gorras y camisetas con la imagen de quien busca ser recordado por la historia como el mejor presidente de México.