COZUMEL, QR.– Para este jueves se espera un pronunciamiento oficial de la Asociación de Hoteles de Cozumel sobre el proyecto del cuarto muelle de cruceros. El posicionamiento contará con el respaldo del Consejo Hotelero del Caribe Mexicano, organismo empresarial que agrupa a hoteles del estado, y que ya expresó su respaldo a los habitantes que se oponen a dicha obra.
El anuncio ocurre en un contexto de creciente rechazo al proyecto por parte de ciudadanos, hoteleros y representantes del sector turístico. El señalamiento principal es que el nuevo muelle generaría efectos negativos en la estructura urbana, el medio ambiente y la distribución de beneficios económicos para la población local.
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Hoteleros respaldan rechazo al nuevo muelle en Cozumel
Rodrigo Huesca Alcántara, ciudadano de Cozumel, ha sido uno de los principales portavoces del rechazo. Ha declarado que este tipo de turismo marítimo demanda grandes recursos públicos en infraestructura, pero deja escasos beneficios económicos en el comercio local.

Explicó que el proyecto se ubicará frente al arrecife de Villablanca, el cual no forma parte del Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, por lo que representa uno de los pocos espacios de libre acceso al mar. También advirtió que esta zona forma parte del núcleo urbano y es una de las últimas playas públicas a las que se puede llegar sin necesidad de transporte motorizado.
El nuevo muelle se plantea como una infraestructura para recibir embarcaciones más grandes, con capacidad para miles de pasajeros. La inversión proyectada asciende a 500 millones de pesos. Sus promotores argumentan que será un factor clave para atraer más cruceros a la isla. Sin embargo, de acuerdo con Huesca Alcántara, ya existen tres muelles con siete posiciones de atraque, las cuales no son utilizadas en su totalidad, por lo que no existe una necesidad real de expansión.
Señaló que la tendencia internacional es reducir la presencia de cruceros en áreas urbanas y ambientales sensibles. Ciudades como Venecia, Dubrovnik, Barcelona y Ámsterdam han aplicado restricciones debido al impacto que esta modalidad genera sobre el entorno y por los limitados beneficios económicos que produce.
Según el activista, cada crucero puede traer hasta 12 mil visitantes por día. Esta concentración de personas representa una carga directa para los servicios públicos de Cozumel, como el drenaje, el transporte y la recolección de basura. También afecta la movilidad de los habitantes y genera acumulación de residuos en áreas naturales y urbanas.
Los turistas que arriban en cruceros suelen consumir servicios que ya vienen incluidos en sus paquetes vacacionales, como alimentos, excursiones o transporte. La mayoría de estas actividades son ofrecidas por las propias navieras, lo que impide que los ingresos se queden en los comercios de la isla.
Datos estiman que el turismo de cruceros genera ingresos por 740 millones de dólares anuales en Cozumel. Sin embargo, el 40 por ciento de la población local se encuentra por debajo de la línea de pobreza, lo que indica que esa derrama no se distribuye de forma equitativa.
En este contexto, diversos actores del sector hotelero han expresado que la prioridad no debe ser ampliar el número de muelles, sino buscar formas de turismo más equilibradas, que generen pernocta y gasto local. Según la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya, “Quintana Roo vive de su riqueza natural, no solo del turismo”.
Huesca Alcántara sostuvo que presentar el proyecto como una disyuntiva entre desarrollo económico y conservación ambiental es una simplificación engañosa. Señaló que existen formas de crecimiento más incluyentes y menos agresivas con el entorno natural. El rechazo al nuevo muelle no se opone al desarrollo, sino al modelo específico que representa.
El tema ha generado reacciones entre ciudadanos, hoteleros, organizaciones ambientales y legisladores. Se prevé que en los próximos días se intensifiquen los posicionamientos sobre el futuro del muelle y su viabilidad frente al contexto económico, urbano y ambiental de la isla.

