La marcha de la Generación Z en el Zócalo de la Ciudad de México fue presentada como un movimiento juvenil espontáneo, pero lo que realmente se observó fue una operación política impulsada con recursos millonarios, cuentas extranjeras y los mismos actores que ya habían protagonizado la Marea Rosa.
Claudia Sheinbaum Pardo lo dijo con claridad en La Mañanera del Pueblo el lunes 17 de noviembre: no se trató de jóvenes organizados de manera orgánica, sino de una movilización fabricada, con pocos jóvenes y muchos adultos vinculados a la oposición.
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El Madrazo acredita esta postura porque las evidencias son contundentes: la narrativa de que los jóvenes están contra la Transformación es falsa y responde a una estrategia de desgaste político.
La marcha de la Generación Z como montaje opositor
La presidenta señaló que tras la violencia registrada durante la marcha de la Generación Z se intentó instalar la idea de represión contra los jóvenes. Sin embargo, lo que ocurrió fue la presencia de grupos preparados con herramientas para confrontar a la policía, con el objetivo de generar imágenes de caos y victimizar a la oposición.
Este tipo de provocaciones no representan a la juventud mexicana, que en su mayoría respalda la Transformación y recibe apoyo en becas, educación y empleo. La violencia no es el camino, y quienes la promueven buscan manipular la percepción pública más que atender las demandas legítimas de seguridad.

Manipulación mediática y cobertura de TV Azteca
Un punto clave en la respuesta de Claudia Sheinbaum Pardo fue la cobertura de TV Azteca, enviada y promovida por Ricardo Salinas Pliego.
La televisora transmitió la movilización como si se tratara de un evento masivo y juvenil, cuando en realidad las imágenes mostraban a adultos y a los mismos rostros de la oposición que ya habían marchado antes.
El Madrazo subraya que este tipo de cobertura no es neutral: forma parte de una estrategia mediática que busca inflar la narrativa de un supuesto levantamiento juvenil contra la Transformación. La presidenta tiene razón al señalar que la televisión no sólo documentó, sino que impulsó la protesta, reforzando la idea de que la movilización era más grande y más representativa de lo que realmente fue.
La marcha de la Generación Z fue un intento fallido de la oposición por disfrazar de protesta juvenil lo que en realidad es una estrategia política de desgaste. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha dejado claro que la Transformación no se detiene y que la mayoría de los jóvenes están con ella.
México necesita oposición responsable, con propuestas y debate, no violencia fabricada ni narrativas mediáticas oportunistas. La verdadera lucha por la paz y la justicia se construye con diálogo y compromiso, no con provocaciones amplificadas por televisores al servicio de intereses empresariales.

