CHETUMAL, QR.- Juan y Gaspar son ejemplo de vida, son personas con discapacidad y han logrado salir adelante, aunque reclaman falta de oportunidades y de inclusión en Quintana Roo para gente, que como ellos, luchan ante la adversidad para sobrevivir.
Para Juan Córdova, de 40 años, de edad, la vida no ha sido fácil por las condiciones por las que pasan las personas con discapacidad, pues considera que las autoridades federales, estatales y municipales, no han hecho lo suficiente para reconocer sus derechos y lograr una vida digna
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Mencionó que las oportunidades son escasas para las personas con discapacidad y a diario enfrentan muchos obstáculos, desde discriminación hasta problemas de movilidad.
Aseguró que en las calles, edificios públicos y privados no hay rampas y accesos adecuados para personas con discapacidad.
En Palacio Municipal de Othón P. Blanco el elevador no sirve y gente en sus condiciones no puede subir a realizar trámites u otras actividades, agregó.
Calvario para personas con discapacidad
En supermercados o mercados no hay carritos eléctricos para que se puedan desplazar. Es todo un viacrucis realizar sus compras.
En las terminales de autobuses no hay vehículos inclusivos y tampoco se otorgan descuentos a personas con discapacidad como ocurre con niños, adultos mayores, estudiantes y hasta maestros, manifestó.
La situación, comentó es peor en sitios de combis y taxis con respecto a las unidades.
Hasta en el Centro de Rehabilitación Infantil de Quintana Roo (CRIQ) hay problemas con el transporte inclusivo.
Cuestionó que el Instituto para el Desarrollo y la Inclusión de Personas con Discapacidad de Quintana Roo no se ha puesto en marcha, pese a que la ley por la que se creó fue aprobada desde 2016.
Dijo que hay muchos pendientes para lograr mejores condiciones de vida de este grupo poblacional.
Enfatizó que los congresos del Estado y de la Unión deben trabajar en leyes que otorguen descuentos médicos o de medicamentos, toda vez que existen muchas personas que por su situación no pueden moverse y además carecen de seguridad social.
Además de dijo que es necesario que se tengan cifras reales de personas con discapacidad, para que sea la base con la que se trabaje y no estar a la deriva generando programas que no benefician a todos.
Indicó que en Chetumal las oportunidades de empleo son escasas, y generalmente los únicos espacios que hay son como “cerillitos”.
Engañados con dádivas
“Los gobiernos nos engañan con dádivas para no darnos empleo, la culpa es también de nosotros por permitirlo, hay que levantar la voz y exigir”, reclamó.
En el estudio o escuela las condiciones no son mejores, pues aun se tienen que sortear diversos obstáculos, discriminación y movilidad.
“Levanto la voz por los que vienen atrás, yo logré estudiar tengo un empleo en un área administrativa en el Congreso del Estado, logré una licenciatura en Administración contra muchas adversidades”, manifestó.
Consideró injusto que le den más oportunidad a las mujeres, a integrantes de la diversidad sexual y adultos mayores, pues las personas con discapacidad también son seres humanos.
Las autoridades, dijo, piensan que la inclusión es solo llamarte para tomarte la foto, no hay claridad en lo que significa este concepto.
Por su parte, Gaspar Alexis Moguel Chab, presidente de la Asociación Movilidad Inclusiva, y comerciante, coincidió en que todavía falta mucho por hacer por este sector vulnerable.
Para él la situación no ha sido fácil, toda vez que de nacimiento padece espina bífida y recientemente le detectaron artritis reumatoide, aunado a otras enfermedades.
Consideró que entre los problemas más recurrentes por los que atraviesan las personas con discapacidad están los de movilidad.
Dijo que ser emprendedor es todavía más complicado, pues la gente niega oportunidades. Además de que no hay apoyo para inversión, capacitación o para sacar adelante un negocio por cuenta propia.
Estigmatización social
Criticó que La estigmatización social de que las personas con discapacidad no pueden hacer nada, aún es fuerte. Pese a ello ha logrado sacar adelante un negocio de accesorios y reparación de celulares, cuenta con dos empleados y uno de ellas tiene discapacidad.
Hasta a su negocio ha llegado la discriminación, pues personas han pedido hablar con el propietario al ver su condición física.
Por la falta de oportunidades laborales se las ingenió para iniciar su propia empresa.
“Es tan triste la situación de que te nieguen un empleo por tu condición y que además te digan que no podrás”, aseveró.
También por necesidad y por buscar ingreso familiar tuvo que abandonar su carrera en Administración, pero no ha decaído su ánimo y hoy es una persona emprendedora y casada.
Una de los últimos “tragos” difíciles, mencionó, fue que solicitó al Gobierno Estado recientemente apoyí para una capacitación empresarial el pasado 10 de diciembre en la Ciudad de México, pero nunca llegó pese a que le dijeron que le brindarían ayuda.
Tuvo que recurrir a un empréstito, pues la capacitación servirá en parte para un proyecto a través del cual formará a personas con discapacidad en la actividad que realiza, tomando en cuenta lo difícil que son las oportunidades.
Mencionó que la inclusión no solo es de palabra, sino hay que aterrizarla y hacerla efectiva para quienes que más lo necesitan, como las personas con discapaciad. Hay hasta eventos de reconocimiento, que satisfacen las necesidades, expresó.
“Está bien que se premie a las personas con discapacidad, pero la discapacidad real no es de un día y tampoco de una sola persona”, puntualizó.
El mejor reconocimiento es brindar la oportunidad de desarrollarse, atender sus necesidades, garantizar sus derechos y considerar a las personas con discapacidad como parte de una sociedad productiva.
“Las personas con discapacidad pueden realizar trabajos, igual o mejor que las personas normales, además de aprender y adaptarse”, finalizó.