TULUM, QR.- El sector turístico de Quintana Roo vive una paradoja de perspectivas. Mientras el liderazgo de los hoteleros alza la voz exigiendo a los municipios dejar de “hacerse guajes” e imponer límites severos a las rentas vacacionales por considerarlas una amenaza social y de seguridad, la realidad del mercado inmobiliario apunta hacia una dirección opuesta: la consolidación de un modelo híbrido en el que incluso las grandes cadenas hoteleras internacionales ya están invirtiendo en plataformas digitales.
La exigencia de los hoteleros
David Ortiz Mena, presidente del Consejo Hotelero del Caribe Mexicano y de la Asociación de Hoteles de Tulum, fue contundente en su crítica. Señaló que, si bien el gobierno estatal ha iniciado esfuerzos para cobrar impuestos a estas aplicaciones, no hay ningún intento para regularla“, refiriéndose a establecer límites operativos claros como la zonificación o el número de noches permitidas.
Tambié te puede interesar: Bloquean la Nichupté: Madres Buscadoras exigen justicia tras captura de líder de la CTM
Para el líder de los hoteleros, el crecimiento descontrolado de plataformas como Airbnb ha detonado una crisis de vivienda en las ciudades turísticas, encareciendo los alquileres para la población local y agravando el déficit de trabajadores.
“Aquí el exhorto es que los municipios en nuestro estado dejen de ‘hacerse guajes’ y que le entren, para cuidar las fuentes de empleo, el tipo de turismo que queremos… y la seguridad de nuestros viajeros”
El dirigente contrastó la seguridad de los hoteles —que cuentan con protocolos contra la trata de menores y delitos— frente a la vulnerabilidad de las rentas vacacionales. Además, cuestionó el compromiso social de estas plataformas: ¿Dónde estuvieron durante la pandemia? ¿Dónde están cuando toca recoger sargazo? El 90 por ciento lo recolectan los hoteleros, señala un comunidado de prensa.

La contradicción: el auge del modelo híbrido
Sin embargo, la visión catastrófica de Ortiz Mena choca con los datos de mercado revelados recientemente. Según información difundida por el diario 24 Horas Quintana Roo, el modelo de hospedaje no se está reduciendo, sino que evoluciona hacia un esquema híbrido.
Manuel Lozano Álvarez, presidente de la Asociación de Administradores de Rentas Vacacionales en Quintana Roo, explicó que la hotelería tradicional está ampliando su portafolio con villas y departamentos. Gigantes como Hilton, Marriott y Wyndham ya participan en el segmento de rentas vacacionales y se han adherido a las plataformas digitales, borrando la línea divisoria que antes existía entre ambos mundos.
Este sector no es menor: la inversión anual en el mercado de rentas vacacionales en Quintana Roo supera los 588 millones de dólares, impulsada por nuevas inversiones internacionales que buscan servicios estandarizados (chef privado, spa) dentro de departamentos de renta.
El reto del piso parejo
Mientras Miguel Ángel Lemus Mateos califica este fenómeno como una “democratización del hospedaje” que presiona a los clubes vacacionales tradicionales, las cifras de Airbnb, compartidas por su director de Asuntos Públicos, Sebastián Colin Ávila, indican una derrama de 145 mil millones de pesos en México durante 2024.
La contradicción es clara: mientras los hoteleros locales piden restringir la oferta para proteger el destino, el mercado global y los desarrolladores apuestan por expandirla e integrarla. En medio de este debate, Bernardo Cueto Riestra, presidente de Asetur, señaló que los gobiernos trabajan en marcos normativos para lograr un “piso parejo”, un equilibrio que, por ahora, parece lejano entre las exigencias de restricción y la realidad de la expansión híbrida.

