CHETUMAL, QR.- A sus 77 años, don Roque no ha parado de trabajar. La vida le impone retos de salud. Junto con su esposa, Carmelita, enfrenta adversidades para sobrevivir.

Don Roque Jacinto Ramírez Burgos, originario de Oxkutzcab, Yucatán, coloca todos los días su triciclo frente a su casa, debajo de un árbol de almendras y a la orilla de la calle, que no tiene banqueta.

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Limón, mandarina, toronja, chiles habaneros, mangos, pepitas, cacahuates, palanquetas, palomitas y chicharrones son algunos de los productos que coloca en su triciclo, habilitado como minitienda, llamado Carmelita y Roque. A un lado, una mesa sostiene más mercancía, mientras don Roque se sienta en una silla de plástico color verde.

Los productos están ordenados de tal manera que los clientes pueden apreciarlos sin mayor problema. De ello se encarga doña Carmelita, de 67 años. La limpieza y el embolsado a la perfección son detalles que resaltan cuando la gente se acerca a comprar.

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La minitienda ya es conocida por los vecinos de vecinos de Chetumal. Foto: David Acosta.

Para evitar que el sol o la lluvia dañen los productos, una sombrilla azul cubre el triciclo, pintado del mismo color y reluciente.

Don Roque tiene algunos padecimientos de salud que le impiden conducir el triciclo.

Durante más de ocho años, él y su esposa vendieron sus productos en el bulevar Bahía de Chetumal, cerca de la megaescultura. Sin embargo, tras ser diagnosticado con varias enfermedades, ahora no puede avanzar siquiera 10 metros, por lo que permanecen frente a su domicilio.

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La pareja de la tercera edad se mantiene firme en su negocio. Foto: David Acosta.

Solos en Chetumal

La pareja de adultos mayores, que contrajo nupcias en 2010, no tiene hijos, por lo que han tenido que encontrar la forma de sobrevivir. Los años ya se notan en su espalda, ambos presentan encorvamiento de columna.

Su pequeño negocio no solo es su sustento, sino también una fuente de inspiración para muchos de sus vecinos de Chetumal y clientes habituales, quienes los conocen como una pareja trabajadora que no se deja vencer.

Don Roque es una persona platicadora, amable y servicial. Además, él y doña Carmelita cuidan su imagen al momento de atender su negocio. Ayer, don Roque vistió un conjunto gris: pantalón y camisa de manga larga, con zapatos negros bien lustrados. Su esposa llevaba falda y blusa, como para salir a una fiesta.

A lo largo de su vida, don Roque ha tenido diversos empleos. Sus historias llaman la atención, pues se ha desempeñado como mecánico de automóviles, camiones y maquinaria pesada; trabajó en la obra hidráulica que dotó de agua potable al centro de Chetumal; fue instructor de buceo en Cozumel y hasta lo contrataron para rescatar un barco naval encallado en Salina Cruz, Oaxaca.

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La pareja comenta que van a trabajar mientras puedan. Foto: David Acosta.

Don Roque y doña Carmelita son felices con su negocio, en el que trabajarán hasta que sus condiciones de vida se lo permitan. Sin embargo, los vecinos los han apoyado y promocionan su tiendita. Incluso una doctora que vive a tres casas de su domicilio les brinda servicio médico.

Ya son conocidos en Chetumal y solo piden que su negocio se mantenga muchos años más. Las personas que deseen apoyarlos pueden ubicarlos en la calle Juan José Siordia, entre Corozal y Belice.

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