CANCÚN, QR.- El hallazgo de una caverna subacuática de grandes dimensiones bajo la laguna Nichupté modificó de manera sustancial el proyecto del nuevo puente vehicular que conectará la zona hotelera con el centro de Cancún, al representar un reto técnico y ambiental sin precedentes para la obra.
Durante los estudios geotécnicos y ambientales previos a la construcción, especialistas detectaron una oquedad natural de aproximadamente 60 metros de diámetro y cerca de 70 metros de profundidad, localizada directamente en el trazo original del puente. La presencia de esta caverna subacuática descartó de inmediato el uso de métodos constructivos convencionales, debido a los riesgos estructurales y al posible impacto sobre el entorno natural.
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Caverna subacuática impone solución inédita
Ante este escenario, se llevaron a cabo exploraciones subacuáticas especializadas que permitieron generar un modelo tridimensional detallado de la cavidad. Con base en estos análisis, los ingenieros redefinieron el proyecto y optaron por una solución estructural que evitara cualquier intervención directa sobre la caverna subacuática, priorizando su conservación y la seguridad del puente.
La alternativa elegida fue la instalación de un arco metálico de 103 metros de longitud y una altura máxima de 18.5 metros, capaz de “librar” el vacío subterráneo sin tocarlo. Esta estructura se apoya únicamente en los extremos, permitiendo que el puente cruce por encima de la caverna subacuática sin alterar su conformación natural.
Para soportar el arco, se construyeron dos bases de cimentación, cada una integrada por 14 pilotes de concreto. De forma paralela, se colocaron sistemas de monitoreo permanente para supervisar el comportamiento del terreno y de la estructura durante todas las etapas de la obra.

El arco metálico, con un peso aproximado de 600 toneladas, fue fabricado fuera del estado y trasladado hasta la laguna Nichupté para su ensamblaje. Su colocación representó una de las fases más complejas del proyecto, ya que se realizó mediante una plataforma flotante provisional y grúas de alta capacidad.
Una vez montada la estructura principal, se instalaron los elementos de soporte del tablero y se retiró de forma controlada la infraestructura auxiliar. Finalmente, se coló la losa de concreto por la que circularán los vehículos, alcanzando un peso total estimado de 1,350 toneladas, con lo que el puente comenzó a operar conforme a su diseño definitivo.

