En alguna ocasión, Fernando Lerdo de Tejada, el ex vocero del presidente Ernesto Zedillo, comentó que durante una gira del presidente Bill Clinton a México, luego de conocer el gabinete del gobierno mexicano, le dijo: “tú trabajo es el más importante; si lo haces bien, el trabajo de todos se verá bien, si lo haces mal, no importa lo que ellos hagan”. En medio de esta pandemia y ante la triste realidad que se vive en Quintana Roo, no queda más que recodar aquella cita lapidaria de un líder, que evidentemente, sabía de lo que hablaba.
Muchas quejas y temor se pueden leer en las redes sociales sobre la situación de pandemia del Covid-19. En Chetumal, las culpas van de un lado a otro entre sociedad y gobierno, lo cierto es que hoy la situación se ha tornado muy difícil para todos, las cifras siguen subiendo y todos se han convertido en armas mortales.
También te puede interesar: Pasaron 24 años para que esta comunidad se inundara otra vez
Esta era la importancia de tener un buen equipo de comunicación social, que el gobernador Carlos Joaquín nunca entendió. No se trataba solo de repartir dinero como lo hacen desde la Coordinación General de Comunicación (CGC), se trataba de operar una estrategia que llegara a los quintanarroenses, que fortaleciera la imagen del ejecutivo y que fuera útil a la sociedad. La credibilidad de un gobernante es muy necesaria ante una emergencia de este tipo. Pero no entendieron.
Ante la débil imagen del gobernador, la mala estrategia de comunicación y la virtual desaparición del presidente municipal, Otoniel Segovia Martínez, los chetumaleños se encuentran a la deriva, en el abandono total y sin saber qué hacer en medio de una pandemia. Un escenario desconocido para todos, que empequeñeció la imagen del Gobierno del Estado.
Carlos Joaquín y su “equipo” de comunicación no dan una, pues a la fallida intención de desmentir su participación en el famoso Bloque de Oposición Amplio (BOA), se suma la intención de aclarar la renta del avión en el cual fue a la reunión de la Asociación Nacional de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN).
La CGC subió a sus redes sociales un cheque y una factura por más de 76 mil pesos para desmentir la utilización de recursos públicos, pero solo unos minutos después eliminaron la publicación. En el mismo sentido la del gobernador, pero todo ello después de que les diera una “tunda” en redes sociales la senadora Marybel Villegas Canché.
La situación de Carlos Joaquín ya se antoja muy difícil, en un serio enfrentamiento con el Gobierno Federal, en el que ya sonaron los tambores de guerra de ambas partes y al parecer el grupo de gobernadores panistas llevan la de perder, se fueron a su reunión para exigir más recursos en aviones propios o rentados hágame el favor. Al parecer les empezarán a costar sus excesos y el de sus gabinetes.
El año siguiente tiene proceso electoral, pero ya dijo el Presidente que no se les dará autorización para contratar deudas, bueno todavía le queda adquirir deuda a través de un refinanciamiento que ya fue aprobado por el Congreso local y le queda parte de las más de 500 mil despensas que fueron compradas para la emergencia sanitaria, y nunca repartieron.
El Covid-19 está a punto de desbordarse y es cuestión de tiempo para que se rebase la capacidad hospitalaria del Estado, sin embargo esto no parece preocupar a Carlos Joaquín y a su gabinete, el “sálvese quien pueda” está a todo lo que da y esto ya no se detiene. Lo aguantarán con sus cifras maquilladas lo más que puedan, pero está fuera de control.
La realidad superó la ficción de las cifras inventadas de enfermos y de apoyos entregados, la necesidad y el hambre obliga a la gente a salir de sus casas en busca del sustento, aún a costa de exponer su vida. Apenas transcurrió medio año y el Gobierno del Estado argumenta que no tiene recursos, mientras el Gobierno Federal asegura que las participaciones federales se han entregado a tiempo. Durante cuatro años se dedicó Carlos Joaquín en compañía de su gente a hacer negocios a costa de los quintanarroenses y hoy las consecuencias apenas se empiezan a ver.
Payo Obispo
Dicen que el presidente municipal de Othón P. Blanco, Otoniel Segovia no se despareció solo, también se llevó con él las despensas que Súper Akí le entregó, pues nadie sabe a dónde fueron a parar. Esta empresa que al parecer si tuvo dinero para entregar “apoyos” pero no para pagar liquidaciones justas a sus trabajadores despedidos.