Jazmín Ramos | R360
CANCÚN, QRoo.- Al indicar que a pesar de que está triste, asustado, así como temeroso por los tiempos que se viven derivados de la pandemia del Covid-19, el obispo de la prelatura Cancún-Chetumal, Pedro Pablo Elizondo, pidió a los feligreses mantener la fe y la esperanza de que Jesús traerá la sanación, quien con su infinito amor dio la vida por la humanidad al morir en la cruz.
Durante la celebración de la eucaristía de Jueves Santo, oficiada en la Capilla Sixtina, que se instaló entre las avenidas Xcaret y Kabah, e inaugurada a las siete de la noche sin la presencia de feligreses por las acciones de contención de la pandemia que impiden la concentración masiva de personas; el jerarca religioso recordó el pasaje de la biblia que refiere la última cena del Nazareno con sus discípulos.
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Previo a la misa, el Obispo realizó un recorrido con el Santísimo Sacramento por las principales calles de Cancún, a bordo de una camioneta blanca tipo range-rover. El peregrinar partió de la Casa-Cural situada en la avenida Bonampak, llevando un mensaje de fe y esperanza.
En el transcurso del recorrido, los feligreses en las calles, pórticos y ventanas de sus casas realizaron alabanzas, mientras el obispo perifoneaba cantos y oraciones a través de los cuales pedía no apartarse del camino de Dios, ser solidarios y ayudarse unos a otros en estos tiempos de tribulaciones por la epidemia que aqueja a la humanidad.
El recorrido del Santísimo Sacramento culminó en la avenida Kabah, donde el jerarca religioso inauguró la Capilla Sixtina, cuyo montaje es una réplica exacta a la ubicada en la Ciudad del Vaticano; en ella participaron escenógrafos, electricistas y tramoyistas, quienes plasmaron los frescos de Miguel Ángel, en aproximadamente cinco mil metros cuadrados.
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Ahí, en el salón principal de la capilla, el Obispo celebró la misa del Jueves Santo, una ceremonia inusual, dado que no se tuvo la presencia de feligreses, únicamente se hizo acompañar de sacerdotes, acólitos y religiosos de la prelatura, quienes auxiliaron en las tareas de la celebración de la eucarística, que fue transmitida vía streaming y canales locales.
Durante la misa, Pedro Pablo Elizondo recordó la celebración de la última cena del Nazareno con sus discípulos, quienes al igual que en estos tiempos, los invadía la tristeza, el temor y la incertidumbre sobre la suerte que le esperaba al hijo de Dios, sin embargo él con su inmenso amor y sabiduría dio esperanza de que siempre estarían bajo su protección.
“Jesús no solo murió por nosotros, nos dio tres regalos: la Eucaristía, el Sacerdocio y el Mandamiento de la Caridad, con ellos nos demostró cuánto nos ama; por ello, en estos tiempos difíciles, abramos nuestros corazones, reforcemos la fe y la esperanza de que pronto vendrá la calma”.
El jerarca religioso aprovechó ese espacio de la misa para invitar a tres médicos que se encontraban en el recinto, a fin de representar el lavado de pies. Dijo que ese acto era en agradecimiento al esfuerzo que hacen por cuidar de quienes sufren esta enfermedad, de la cual Dios pronto mandará la sanación.
Seguirían después los cantos y alabanzas para dar entrada a la eucaristía en el Jueves Santo, exhortando a los fieles reconocer sus pecados, apelando a la infinita misericordia de Dios.
Fue entonces que pidió por los enfermos del Covid-19, así como por el eterno descanso de quienes han perdido la vida alrededor del mundo por esta terrible enfermedad, de la cual insistió que Jesús traerá la sanación.