SAN SALVADOR, EL SALVADOR.- Katerin Valeria y Joselin Esmeralda son dos salvadoreñas que pretenden emigrar hacia el norte en busca de una mejor calidad de vida, pese al miedo que les genera el asesinato de su compatriota Victoria Salazar, en Tulum.
Katerin Valeria, de 37 años, transexual e integrante de la comunidad LGBTI de El Salvador, se dedica a la venta de fruta en una carretilla en el Centro de Gobierno, según información de El Universal.
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“Me enteré del caso de Victoria. Fue demasiado, porque todos merecemos una oportunidad y nuestra compatriota estaba luchando por salir adelante”, comentó.
“Estoy viendo si me voy, porque cuando aquí es invierno allá es verano, ya no crece el río Bravo, pero sí me estoy pensando ir”, añadió.
Sostuvo que con 150 dólares podría llegar a México por autobús y desde ahí contactar a unas amigas de una ONG de Los Ángeles, California, para así comenzar una nueva vida, fuera de El Salvador.
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Joselin Esmeralda, por su parte, trabaja limpiando parabrisas para sacar adelanta a sus dos hijas.
La joven de 21 años contó que ha pensado irse a Estados Unidos, pero no tiene los recursos necesarios y además tiene miedo de sufrir el mismo destino que Victoria Salazar.
“He escuchado de Victoria, una muchacha salvadoreña que murió por miembros de la justicia. Ese es mi pavor, de irme a otro país con ganas de querer progresar, pero terminar mal. Mi principal miedo es perder a mis hijas”, indicó.
Aunque ambas se llevan 16 años de diferencia, las vidas de estas dos salvadoreñas han estado marcadas por los abusos y las vejaciones.
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Ambas comparten el sueño de Victoria: tener un futuro diferente y mejorar las vidas de sus familias fuera de El Salvador.