CANCÚN, QR.- Los compadrazgos, las mordidas, los favores y, sobretodo, el dinero, son la única visión de Estado que prevalece en Quintana Roo, y que lo ha llevado a la destrucción de su riqueza natural, consideró el analista político Emilio Lezama.
La reconversión de Cancún para el turismo estadounidense, el frenesí inmobiliario en Tulum, la sobreexplotación turística y la contaminación en Bacalar, las consecuencias de ello.
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“Miles de hectáreas de selva han sido sacrificadas para dar cabida a clubes de golf y decenas de desarrollos de molde donde te venden 40 metros cuadrados de paraíso a cambio de que mantengas la ilusión de que no es, en realidad, un infierno”, opinó.
Vía libre a la destrucción
Reclamó que las autoridades de Quintana Roo, una tras otra, han tenido vía libre para destruir la naturaleza y construir su patrimonio.
Señaló que los problemas de Cancún son grandes:
- Privatización de la playa
- Ecocidio
- Crimen organizado
Para el analista político, Tulum es el resumen del despropósito del desarrollo mexicano.
Si Tulum estuviera en Costa Rica, lo habrían convertido en un santuario natural, con acceso al ser humano pero bajo una proyección de sustentabilidad genuina.
Si bien en ese destino no hay hoteles faraónicos, el resultado final es el mismo: un conglomerado de cortoplacismo, uno sobre el otro, externó Emilio Lezama en su columna para El Universal.
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Sustentabilidad, una farsa
“Cuando le preguntas a los desarrolladores sobre la sustentabilidad, te presumen algún panel solar y la conservación generosa de lo que ellos llaman ‘selva’, pero en realidad son 10 árboles que los separan del siguiente desarrollo”, indicó.
Dijo que en Sian Ka’an se acumula la basura, mientras que en Akumal, para “proteger” a las tortugas, no se puede entrar a partes del mar sin contratar un tour.
La laguna de Bacalar, por su parte, no solo es estéticamente impresionante, sino que tiene características de vida bacteriana únicas que hacen fundamental su conservación.
En lugar de ello, alrededor del cuerpo de agua todo está en venta y crecen nuevos hoteles, muchos de ellos completamente desmesurados.
Emilio Lezama dijo que ya es hora de exigirles a las autoridades de Quintana Roo un proyecto verdadero que frene la destrucción y construya una verdadera sustentabilidad entre la presencia humana y la naturaleza.
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“La riqueza de Quintana Roo es enorme y por ello el botín de su aprovechamiento también”, finalizó.