Durante la Semana Santa, México se convierte en un escenario de profundas manifestaciones de fe, donde el Viacrucis, representación de la Pasión de Cristo, se vive con intensidad y singularidad en distintas regiones del país.
Entre las más destacadas se encuentran las representaciones en Iztapalapa (Ciudad de México), Taxco (Guerrero) y Playa Delfines (Cancún, Quintana Roo), cada una con características que reflejan la diversidad cultural y religiosa de la nación.
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Origen del Viacrucis: Una devoción centenaria
El Viacrucis, que significa Camino de la Cruz, es una práctica devocional que rememora los momentos más significativos del camino de Jesús hacia su crucifixión. Esta tradición se remonta al siglo XIV, cuando los franciscanos establecieron estaciones que representaban los episodios de la Pasión en Jerusalén. Con el tiempo, esta práctica se difundió por Europa y América, adaptándose a las culturas locales y convirtiéndose en una expresión viva de la fe cristiana.
Iztapalapa: Fe y tradición en la Ciudad de México

La representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa es una de las más emblemáticas de México y del mundo. Iniciada en 1843 como una promesa al Señor de la Cuevita para detener una epidemia de cólera, esta escenificación se ha convertido en una tradición que convoca a millones de fieles y turistas cada año. Con más de 5,000 participantes, la representación se caracteriza por su realismo y por involucrar a actores que deben ser originarios de la alcaldía, lo que refuerza el sentido de comunidad y pertenencia.
Taxco: Penitencia y devoción en Guerrero

En Taxco, Guerrero, el Viacrucis se distingue por la profunda devoción y penitencia de sus participantes. Durante la Semana Santa, las calles empedradas de esta ciudad colonial se llenan de procesiones donde los penitentes, conocidos como encruzados, flagelantes y animas, realizan actos de mortificación como cargar pesadas cruces o flagelarse, en señal de arrepentimiento y fe. Esta tradición, que data del siglo XVII, es una de las más sobrecogedoras y conmovedoras del país.
Playa Delfines: Espiritualidad frente al mar en Cancún
En el paradisíaco entorno de Playa Delfines, en Cancún, Quintana Roo, se lleva a cabo una representación única del Viacrucis llamada Cruz, arena y mar. Organizada por la prelatura de Cancún-Chetumal, esta escenificación reúne a más de 250 actores y ha atraído a miles de espectadores, tanto locales como turistas. La representación, que dura aproximadamente una hora y cuarenta y cinco minutos, culmina con la Resurrección de Jesús, ofreciendo una experiencia espiritual en un escenario natural impresionante.
San Luis Potosí y la Procesión del Silencio
La capital potosina es famosa por la Procesión del Silencio, un evento nocturno de gran solemnidad que se lleva a cabo el Viernes Santo. Cofradías y penitentes vestidos de gala recorren el Centro Histórico iluminado por velas, en un ambiente de recogimiento y acompañados por el sonido de tambores.
Querétaro, ceremonias en templos históricos
Durante la Semana Santa, la ciudad de Querétaro ofrece diversas procesiones y ceremonias religiosas en templos históricos como Santa Rosa de Viterbo y el ex convento de San Francisco. La Procesión del Silencio, aunque no tan masiva como la de San Luis Potosí, también es un evento importante.
Tlaxco, Tlaxcala, un recorrido por el Pueblo Mágico
Este Pueblo Mágico es conocido por sus coloridas y multitudinarias procesiones durante la Semana Mayor. La representación de la Pasión de Cristo el Viernes Santo es particularmente significativa y recorre las calles del pueblo.
Un país, múltiples expresiones de fe
Estas representaciones del Viacrucis reflejan la riqueza cultural y espiritual de México. Desde la multitudinaria y teatral escenificación en Iztapalapa, pasando por la austera y penitente tradición de Taxco, hasta la innovadora representación en las playas de Cancún, cada una ofrece una perspectiva única de la Pasión de Cristo, adaptada a su contexto y comunidad.
Estas manifestaciones no solo fortalecen la fe de los creyentes, sino que también atraen a visitantes de todo el mundo, interesados en conocer y vivir estas tradiciones que forman parte del patrimonio cultural intangible de la nación.

