Una manifestación convocada el viernes en la capital del país para protestar contra la gentrificación y el turismo masivo terminó con disturbios en las colonias Roma y Condesa, dos de los barrios más afectados por el fenómeno. A propósito de estas protestas, ¿qué es la gentrificación y cuáles son sus impactos?
Según la ONU-Habitat, el fenómeno de la gentrificación se ha intensificado con el regreso de sectores medios y altos al centro de las ciudades, motivados por la búsqueda de una vida más conectada, con menor tiempo de traslado y mayor acceso a servicios culturales y educativos.
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Este retorno ha provocado la rehabilitación de barrios con infraestructura antigua, muchas veces considerados pintorescos, pero también el desplazamiento de sus habitantes originales, quienes ya no pueden costear el nuevo nivel de vida, de acuerdo con su análisis publicado el 11 de noviembre.
Esta transformación no solo afecta a la vivienda. También modifica las dinámicas económicas de los barrios, sustituyendo pequeños comercios locales por cadenas y negocios dirigidos a un público con mayor poder adquisitivo. La consecuencia directa ha sido la expulsión de personas con bajos ingresos hacia las periferias, donde enfrentan condiciones más precarias y mayores dificultades de movilidad.
Luis Alberto Salinas Arreortua, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, ha documentado cómo la gentrificación altera las relaciones sociales en el espacio urbano. En entrevista con UNAM Global el 25 de abril, explicó que este proceso favorece a grandes inmobiliarias y promotores del sector vivienda, mientras obliga a los habitantes originales a migrar.
“La gentrificación ocurre cuando sectores con mayor capacidad económica se apropian de espacios urbanos con cualidades específicas, como buena ubicación o infraestructura, desplazando a la población que originalmente vivía allí”, indicó.
Impacto de la gentrificación en vivienda y servicios
Las zonas conurbadas a las que se desplazan las familias desplazadas suelen carecer de servicios básicos y estar mal conectadas con el centro. Según Salinas Arreortua, muchas de estas viviendas, ubicadas en municipios del Estado de México como Tecámac, Zumpango y Huehuetoca, han sido abandonadas debido a las malas condiciones y a los altos costos de transporte.
Entre 2004 y 2014 se construyeron unas 500 mil viviendas de interés social en esas zonas, pero muchas permanecen deshabitadas.
El fenómeno no es exclusivo de las grandes urbes. También se ha detectado en zonas rurales como los Pueblos Mágicos, donde las inversiones turísticas y la mejora de infraestructura han encarecido la vida. En estos lugares, las comunidades locales también han sido desplazadas por el aumento en precios de renta y bienes de consumo, mientras que el capital privado transforma sus usos originales en espacios de hospedaje, oficinas o comercio, según UNAM Global.
Gentrificación desplaza a vecinos por alza en rentas
Las zonas conurbadas a las que se desplazan las familias suelen carecer de servicios básicos y estar mal conectadas con el centro. Según Salinas Arreortua, muchas de estas viviendas, ubicadas en municipios del Estado de México como Tecámac, Zumpango y Huehuetoca, han sido abandonadas debido a las malas condiciones y a los altos costos de transporte.
Entre 2004 y 2014 se construyeron unas 500 mil viviendas de interés social en esas zonas, pero muchas permanecen deshabitadas.
El fenómeno no es exclusivo de las grandes urbes. También se ha detectado en zonas rurales como los Pueblos Mágicos, donde las inversiones turísticas y la mejora de infraestructura han encarecido la vida. En estos lugares, las comunidades locales también han sido desplazadas por el aumento en precios de renta y bienes de consumo, mientras que el capital privado transforma sus usos originales en espacios de hospedaje, oficinas o comercio, según UNAM Global.
El fenómeno, que ha cobrado fuerza desde 2020 con la llegada de los llamados “nómadas digitales”, se ha manifestado en un aumento sostenido de los precios de renta y en el desplazamiento de residentes de largo plazo. La pandemia de COVID-19 incentivó a trabajadores extranjeros a instalarse en zonas céntricas de la ciudad, aprovechando los bajos costos en comparación con sus países de origen, lo que elevó la demanda en colonias como Roma y Condesa.

Michelle Castro, estudiante universitaria, participó en la marcha y relató cómo su entorno ha cambiado en los últimos años. “Yo vivo en una zona de clase trabajadora del centro, y poco a poco han ido desapareciendo las viviendas populares. Las rentas suben tanto que ya no podemos pagarlas. No se trata de xenofobia, se trata de no poder vivir en tu propia ciudad”, comentó a Proceso el 4 de julio.

