Las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) comenzaron el viernes 6 de junio en distintos puntos de Los Ángeles. Desde ese día, grupos de residentes se han movilizado para realizar protestas antiredadas.
Manifestantes acusaron a los agentes de utilizar gas lacrimógeno, balas de goma y granadas aturdidoras durante las detenciones. Aunque en algunos puntos los agentes se retiraron por la presión social, el Departamento de Seguridad Nacional advirtió que se procederá contra quienes agredan a personal o dañen edificios federales, informó Conexión Migrante.
También te puede interesar:Capital Política: Recula gobierno estatal: CAPA sin capacidad para atender servicio de Aguakan
Las protestas antiredadas se mantuvieron el sábado y domingo. Las acciones de ICE no cesaron y generaron nuevos choques entre autoridades y manifestantes. En respuesta a los disturbios, el presidente Donald Trump activó una ley que no se usaba desde hace seis décadas para tomar control de la Guardia Nacional en California. Posteriormente anunció el envío de 2 mil efectivos.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, afirmó que la presencia de las tropas ha causado temor generalizado. Según declaró, hay padres que no quieren enviar a sus hijos a la escuela por las protestas antiredadas, trabajadores que no saben si salir de casa y jóvenes preocupados por su futuro. Trump declaró en Truth Social que las ciudades están siendo invadidas y pidió detener lo que llamó disturbios ilegales.
Paramount, epicentro de protestas antiredadas
En Paramount, al sur de Los Ángeles, se registraron enfrentamientos entre agentes federales y manifestantes que llegaron tras rumores sobre nuevas redadas. Un grupo de vecinos se apostó frente a una verja donde miembros de la Guardia Nacional vigilaban con fusiles.
Con pancartas, banderas y protestas antiredadas, reclamaron que no eran una amenaza y exigieron la salida de las tropas. En esta localidad, más del 80% de la población es de origen latino y más del 30% nació en otro país, según datos censales citados por BBC News Mundo.
En el estacionamiento del Home Depot, lugar donde se concentraron los disturbios, algunos manifestantes arrojaron objetos como piedras y cócteles molotov. Los agentes respondieron con gas pimienta y disparos de proyectiles no letales.
Un automóvil fue incendiado y varias vitrinas rotas. Juan, Rogelio y Héctor, tres trabajadores migrantes, relataron cómo la presencia policial alteró la rutina del vecindario. Indicaron que muchas personas dejaron de acudir a buscar empleo por miedo. Pedro, un jornalero de 70 años, fue uno de los pocos que llegó el domingo a trabajar. Guardó como prueba un casquillo de gas lacrimógeno lanzado por las autoridades.
En busca de refugio emocional, unas 200 personas asistieron ese mismo domingo al servicio religioso de la iglesia Chapel of Change, ubicada cerca del lugar de los enfrentamientos. Pastores y líderes comunitarios hablaron de unidad. Las protestas antiredadas también fueron tema entre los asistentes, quienes expresaron preocupación por el futuro de sus familias en la comunidad.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) activó su red consular para brindar asesoría legal y acompañamiento a mexicanos detenidos. El cónsul general en Los Ángeles, Carlos González Gutiérrez, pidió que las manifestaciones sean pacíficas. México manifestó su preocupación por las redadas e instó a Estados Unidos a respetar el debido proceso y la dignidad de las personas migrantes. La presidenta Claudia Sheinbaum llamó a trabajar en una reforma migratoria integral, según informó Infobae.
Disputa política se intensifica por protestas antiredadas
El domingo por la madrugada, 300 soldados de la Guardia Nacional comenzaron a llegar al centro de Los Ángeles. La decisión fue calificada como deliberadamente provocadora por el gobernador Gavin Newsom, quien solicitó al Departamento de Defensa devolver el control de las tropas al estado. La vicegobernadora Eleni Kounalakis advirtió que se evalúa una demanda federal al considerar que la administración actuó sin autorización legal.
Mientras tanto, desde el gobierno federal se respaldó el despliegue. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, señaló que la Guardia Nacional está entrenada para contener multitudes. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, consideró que el gobernador ha mostrado incapacidad para controlar los hechos. Tom Homan, asesor de seguridad fronteriza, sugirió el arresto de Newsom y de la alcaldesa Bass si persisten en su oposición. Estos datos fueron reportados por Excélsior.
Las protestas antiredadas continúan en distintos puntos de California, con llamados al retiro de las tropas y al cese de los operativos migratorios.
