CDMX.- En tiempos donde las redes sociales dictan tendencias y los algoritmos determinan qué se vuelve relevante, la línea entre informar y opinar se ha vuelto difusa. Los periodistas ya no monopolizan la producción de noticias, y los influencers han tomado un papel protagónico en la construcción de narrativas públicas. En medio de este panorama, el debate entre periodistas Vs. influencers cobra fuerza como uno de los temas más urgentes para comprender cómo se forma la opinión en la era digital.
De acuerdo con un análisis publicado por El ObservatorioMx, la era de la sobreinformación y la fragmentación de las audiencias ha hecho que el periodismo ya no sea el único emisor de contenidos informativos. La figura del influencer, los periodistas con marca personal y la irrupción de la inteligencia artificial están transformando la manera en que se genera y se consume la información, reabriendo el debate de periodistas Vs. influencers en todo el mundo.
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Liz Kelly Nelson, fundadora de PRoject C, propone una lectura más matizada de esta confrontación. Según su análisis, la categoría “influencer de noticias” es demasiado amplia y debe diferenciarse por niveles de responsabilidad y rigor.
En su modelo del ecosistema informativo 2025, el espectro va desde los medios tradicionales hasta los contenidos generados por inteligencia artificial, con actores híbridos entre ambos extremos. Uno de los modelos emergentes más relevantes es el del periodista-creador de contenido, que sin pertenecer a un medio tradicional mantiene la ética y el método profesional.
Figuras como Marisa Kabas o Matt Brown en Estados Unidos practican un periodismo riguroso usando plataformas como TikTok, Substack o newsletters, ampliando el campo de acción del periodismo frente al fenómeno de periodistas Vs. influencers.
Nelson considera que el dilema no se centra entre periodistas e influencers, sino entre quienes asumen la responsabilidad y quienes no. Así, la descentralización informativa no implica necesariamente degradación, siempre que haya transparencia y método.

Periodistas Vs. influencers: ¿existe aún una línea que los divida?
Por otra parte, la Fundación Gabo plantea un debate ético clave: ¿tiene sentido seguir viendo a periodistas e influencers como polos opuestos? Pedro Adrián Zuluaga y Mario Vidal coinciden en que las fronteras entre ambos se han difuminado. Zuluaga señala que muchos periodistas tradicionales ya operan como influencers al crear comunidades de seguidores en redes sociales, mientras que Vidal destaca que las audiencias han trasladado su confianza de las marcas mediáticas a las personales.
Ambos subrayan que el conflicto periodistas Vs. influencers debe analizarse desde la ética y no desde la rivalidad. La diferencia esencial radica en el rigor con el que se maneja la información, más allá del formato o la plataforma.
El artículo “Influencers vs. periodistas: ¿quién gana la batalla por la credibilidad?” retoma la tensión entre la autenticidad y el rigor. Mientras los influencers conectan con su público desde la cercanía, los periodistas enfrentan una pérdida de confianza y reglas de juego desiguales en las plataformas digitales.
La crítica principal es que la velocidad y el carisma están pesando más que la verificación, abriendo espacio para la desinformación. En esta confrontación de periodistas Vs. influencers, la ética se vuelve el único diferenciador real.
Urge alfabetización mediática en México
En México, este fenómeno evidencia la necesidad urgente de alfabetización mediática. Las audiencias deben aprender a verificar fuentes, distinguir hechos de opiniones, evaluar intereses y reconocer la manipulación informativa.
Los medios mexicanos, como señala El ObservatorioMx, no solo compiten entre sí, sino también con una industria completa de creadores de contenido. El desafío es mantener los valores periodísticos visibles, accesibles y cercanos a la ciudadanía. En el escenario actual, la legitimidad no depende del título, sino de la práctica constante del rigor, la transparencia y la responsabilidad. El periodismo debe reforzar sus principios, pero también actualizar sus formas para dialogar con audiencias que ya no distinguen claramente entre medios, creadores e inteligencia artificial.
La legitimidad no proviene del cargo o del nombre del medio, sino de la práctica ética. En esta época donde la línea entre periodistas Vs. influencers es cada vez más delgada, el reto del periodismo consiste en recuperar la confianza a través de la cercanía, la verificación y la responsabilidad. La inteligencia artificial no sustituye al periodista, pero sí lo obliga a demostrar por qué sigue siendo indispensable. Informar ya no basta: el nuevo periodismo debe conectar emocionalmente, explicar con profundidad y dialogar con sus audiencias para mantener su papel como brújula en tiempos de confusión.

