El 18 de abril de 2025 se cumplieron 50 años de la desaparición forzada de Jesús Piedra Ibarra, joven estudiante de medicina y militante de la Liga Comunista 23 de Septiembre. Su detención por agentes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) en Monterrey marcó el inicio de una de las luchas más emblemáticas por los derechos humanos en México, encabezada por su madre, Rosario Ibarra de Piedra.
La desaparición del joven militante, Jesús Piedra Ibarra
Jesús Piedra Ibarra nació el 17 de febrero de 1954 en Monterrey, Nuevo León. A temprana edad se involucró en movimientos de izquierda y se unió a la Liga Comunista 23 de Septiembre, organización guerrillera que surgió como respuesta a la represión estatal durante la llamada Guerra Sucia. El 18 de abril de 1975, a los 21 años, fue detenido por la DFS y desde entonces se desconoce su paradero.

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Rosario Ibarra y el nacimiento del Comité ¡Eureka!
La desaparición de Jesús impulsó a su madre, Rosario Ibarra de Piedra, a iniciar una búsqueda incansable que la convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos humanos en México.
En 1977, fundó el Comité Pro-Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México, conocido como Comité ¡Eureka!, que agrupó a familiares de desaparecidos políticos y exigió la presentación con vida de sus seres queridos.

Medio siglo de impunidad
A pesar de las denuncias y movilizaciones, el caso de Jesús Piedra Ibarra sigue sin resolverse. En 1990, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos inició una investigación que concluyó que Jesús fue detenido por agentes estatales, pero no se ha esclarecido su destino ni se ha sancionado a los responsables.



La lucha continúa
Rosario Ibarra falleció el 16 de abril de 2022 sin conocer el paradero de su hijo. Su hija, Claudia Piedra Ibarra, ha continuado la lucha y en una entrevista con Sin Embargo expresó: “Es muy triste que poco a poco se han ido las madres que fundaron Eureka… es muy frustrante ver que hayan pasado tantos años de esta indolencia y de esta falta de respeto por los derechos de los ciudadanos”. A 50 años de la desaparición de Jesús Piedra Ibarra, su caso sigue siendo un recordatorio de las deudas pendientes del Estado mexicano en materia de justicia y derechos humanos.

