Tras los recientes ataques de Estados Unidos a instalaciones nucleares en Irán, y en el contexto de una escalada regional que incluye acciones militares por parte de Israel, el estrecho de Ormuz se ha posicionado como un punto estratégico de alta tensión geopolítica. Por este corredor marítimo, que conecta el golfo Pérsico con el mar Arábigo, transita alrededor del 20% del consumo global de petróleo y el 25% de la producción de gas natural licuado.
Su eventual cierre por parte de Irán, autorizado ya por el Parlamento pero pendiente de ratificación por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, representa un escenario de alto riesgo para el comercio energético internacional, de acuerdo con BBC News en su edición del 23 de junio.
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EE.UU. pide a China evitar cierre del estrecho de Ormuz
El estrecho de Ormuz, con apenas 33 kilómetros en su parte más angosta, divide a Irán de Omán y es la única salida marítima para varios países productores de crudo, incluyendo a miembros de la OPEP como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait. También es la vía principal para las exportaciones de gas natural licuado de Qatar.

Su cierre, o incluso su minado, tendría efectos directos sobre los precios del petróleo y el suministro global de energía, lo que motivó a Estados Unidos a solicitar a China que persuada a Irán de no ejecutar esa medida, según informó BBC News.
Funcionarios iraníes han señalado que el cierre o minado del estrecho de Ormuz forma parte de las posibles represalias por los bombardeos estadounidenses. Esta decisión estratégica, también tendría un alto costo para Irán, ya que gran parte de sus exportaciones petroleras depende de esa vía. Además, pondría en riesgo el tránsito de buques militares, como los dragaminas y destructores estadounidenses presentes en el golfo Pérsico, conforme a información publicada por Univision el 23 de junio.
En la última semana, se han registrado movimientos evasivos por parte de embarcaciones comerciales. Al menos seis buques tanqueros modificaron sus rutas y evitaron el estrecho de Ormuz entre el domingo y el lunes. Tres de ellos retomaron rumbo hacia el paso, mientras que otros tres permanecían en espera en aguas cercanas a Khor Fakkan y Mascate, en Omán.
La firma británica Ambrey advirtió que cinco embarcaciones afiliadas a Estados Unidos abandonaron la zona, y que desde los ataques, ningún buque identificado públicamente con ese país ha ingresado al área, de acuerdo con Univision.
En paralelo, el departamento de defensa de Estados Unidos ha discutido escenarios de respuesta en caso de cierre del estrecho de Ormuz. Una de las estrategias en análisis es la dispersión de la flota en el golfo para reducir la vulnerabilidad de los buques a una eventual inmovilización.

Oficiales de la Marina han advertido que un operativo de limpieza de minas, en caso de que Irán cumpla con esa amenaza, podría extenderse por semanas y exponer a los marineros a altos niveles de riesgo operativo, según reportó The New York Times el 23 de junio.
El impacto de una interrupción en el estrecho de Ormuz no se limitaría a Estados Unidos. China, principal comprador de crudo iraní, también se vería directamente afectada. Esto refuerza el interés de Washington en involucrar a Pekín como interlocutor ante Teherán. La región Asia-Pacífico, principal destino del petróleo transportado por esta vía, sufriría un alza inmediata en los costos energéticos.
De acuerdo con estimaciones de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), durante la primera mitad de 2023 transitaron diariamente por el estrecho de Ormuz unos 20 millones de barriles de petróleo, generando un comercio anual estimado en 600 mil millones de dólares, según datos de BBC News.
Aunque el gobierno de Irán no ha confirmado la ejecución de ninguna acción militar tras los ataques, funcionarios estadounidenses consideran que el riesgo de represalias, incluyendo el uso de misiles o ataques de la Fuerza Quds, sigue latente. Analistas citados por The New York Times sostienen que, aunque Irán ha perdido parte de su capacidad estratégica, mantiene operativos en toda la región y conserva un arsenal suficiente para alterar el equilibrio naval y comercial si decide bloquear el estrecho de Ormuz.

