CDMX.- El exvicepresidente estadounidense Dick Cheney, considerado uno de los políticos más influyentes y polémicos de las últimas décadas, falleció a los 84 años debido a complicaciones de una neumonía y enfermedades cardíacas y vasculares, según informó su familia en un comunicado citado por The New York Times.
Su muerte marca el fin de una era en la política de Estados Unidos, donde su figura dejó una huella indeleble en las decisiones estratégicas y militares del país durante los años posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001.
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Dick Cheney ocupó cargos clave a lo largo de su carrera: fue jefe de gabinete de la Casa Blanca, congresista por Wyoming, secretario de Defensa y vicepresidente durante los dos mandatos de George W. Bush (2001-2009).
En ese periodo, ejerció un papel determinante en la política exterior y de seguridad nacional, defendiendo la guerra en Irak y promoviendo la expansión del poder presidencial en nombre de la seguridad nacional. Su influencia fue tal que muchos analistas lo describieron como “el vicepresidente más poderoso de la historia moderna de Estados Unidos”.
Dick Cheney, símbolo de la política dura de EE.UU
Durante su tiempo en el gobierno, Dick Cheney se convirtió en una figura controvertida por su papel en la adopción de tácticas de interrogatorio extremas y políticas de vigilancia sin orden judicial.
Fue uno de los principales impulsores de la Ley Patriota, que amplió las facultades del Ejecutivo en la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, estas medidas fueron criticadas por organizaciones defensoras de los derechos civiles que las consideraron contrarias a las libertades individuales.
En años recientes, sorprendió a los estadounidenses al anunciar su respaldo a la entonces vicepresidenta demócrata Kamala Harris en las elecciones de 2024, argumentando que Donald Trump representaba “una amenaza para la democracia estadounidense”. Esa declaración reafirmó su compromiso con las instituciones, incluso por encima de su filiación partidista.

La Jornada destacó que su postura fue compartida por su hija, Liz Cheney, también opositora de Trump dentro del Partido Republicano.
Conocido por su discreción y su habilidad para operar tras bastidores, Dick Cheney evitaba los reflectores, pero sus decisiones marcaron la política exterior y de defensa de Estados Unidos por décadas.
Analistas internacionales coinciden en que su legado será objeto de debate entre quienes lo ven como un patriota decidido y quienes lo consideran un símbolo del poder desmedido del Ejecutivo. Su muerte, como apuntó The New York Times, cierra el capítulo de uno de los arquitectos más influyentes de la política global del siglo XXI.

