En medio de la escalada bélica entre Irán e Israel, el líder supremo iraní, Alí Jamenei, ha emergido como una figura clave en la tensión internacional, señalado directamente por dirigentes de Israel y Estados Unidos, y objeto de amenazas abiertas, aunque también de cautela estratégica.
Desde que comenzaron los bombardeos israelíes sobre territorio iraní, el papel de Jamenei ha cobrado centralidad en el discurso político-militar. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró en entrevista con ABC News que atacar a Alí Jamenei “no va a intensificar el conflicto; va a ponerle fin”, mientras que el expresidente estadounidense Donald Trump escribió en redes sociales que “sabemos exactamente dónde está el líder iraní”, aunque descartó eliminarlo “al menos por ahora”, de acuerdo con Clarín en la edición del 18 de junio.
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Con 36 años de poder, Alí Jamenei enfrenta su mayor crisis
El lunes 17 de junio, el presidente Trump rechazó un plan de Israel para asesinar a Alí Jamenei, calificándolo como una “mala idea”, según informes de medios estadounidenses citados por BBC News. El mismo medio reportó que el mandatario estadounidense ha respaldado la actual campaña militar de Israel, pero ha detenido por el momento cualquier orden de intervención directa, a la espera de una decisión definitiva de Teherán respecto a su programa nuclear.
Alí Jamenei ocupa la posición de líder supremo desde 1989, convirtiéndose en la figura con mayor autoridad dentro del sistema político-teocrático iraní. Es el segundo dirigente en ese cargo desde la Revolución Islámica de 1979 y su influencia abarca tanto la conducción política como el mando militar, incluyendo al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), de acuerdo con BBC News en la edición del 16 de junio.

Durante más de tres décadas, Jamenei ha consolidado un modelo de poder centralizado, en el que tiene la capacidad de vetar cualquier decisión de política pública, designar a los jefes del poder judicial y controlar las agencias de inteligencia y medios estatales. También determina quién puede postularse a cargos públicos, incluida la presidencia, y dirige las políticas exterior y de defensa a través de estructuras como la Fuerza Quds, según información de Clarín.
En los últimos días, su gobierno ha enfrentado la ofensiva militar más amplia en años. Israel ha bombardeado instalaciones nucleares, centros militares, infraestructuras energéticas y ha eliminado a altos mandos del aparato de seguridad iraní, dejando a Teherán con pocas opciones tácticas y estratégicas, según reportó France 24 el 18 de junio.
Pese a los ataques, Alí Jamenei reafirmó en un mensaje televisado que Irán “nunca se rendirá” ante Israel y rechazó tanto una guerra impuesta como una paz impuesta. “Esta nación nunca se rendirá a los dictados de nadie”, dijo. También lanzó una advertencia directa a Estados Unidos: “Cualquier intervención militar por su parte implicará daños irreparables”, reportó El Heraldo de México el 19 de junio.
En respuesta a la ofensiva, Irán lanzó misiles hipersónicos contra territorio israelí. Aunque las fuerzas iraníes también ejecutaron ataques mortales, el desequilibrio en capacidad bélica ha colocado a Teherán en una situación de vulnerabilidad, sin aliados regionales de peso que puedan contrarrestar la ventaja aérea de Israel, según France 24.
Alí Jamenei, nacido en 1939 en Mashhad, fue una figura central en la oposición al Sha Mohammed Reza Pahlavi. Detenido y torturado en múltiples ocasiones, ascendió tras la Revolución de 1979 como aliado del ayatolá Ruhollah Jomeini. Ocupó la presidencia iraní entre 1981 y 1989, y tras la muerte de Jomeini, fue designado líder supremo por el Consejo de Expertos, según el perfil biográfico presentado por Clarín.

En política exterior, Jamenei ha diseñado una estrategia de influencia indirecta mediante el financiamiento y apoyo a grupos armados en Líbano, Siria, Irak y Yemen. Esta red le ha permitido a Irán disputar poder en la región sin involucrarse en una guerra directa dentro de su territorio. Sin embargo, el reciente conflicto ha puesto a prueba esa estrategia, particularmente ante los ataques israelíes que han superado las líneas rojas tradicionales, según Clarín.
El programa nuclear iraní, bajo control de Jamenei, también es parte del foco internacional. En 2003, el líder emitió una fatwa que prohibía el uso de armas nucleares, pero gobiernos occidentales e Israel sostienen que Irán mantiene la capacidad técnica para desarrollarlas. Las acciones militares recientes han sido justificadas por Netanyahu como un intento de impedir que Teherán adquiera armamento nuclear, reportó BBC News.
En el plano interno, Jamenei ha resistido décadas de sanciones económicas, protestas sociales y presiones internacionales. Ha respondido con medidas de represión y control institucional. El conflicto actual representa, sin embargo, una de las mayores amenazas para la continuidad del régimen que encabeza desde hace 36 años, según France 24.
Mientras la presión militar continúa y la retórica bélica se intensifica, el liderazgo de Alí Jamenei permanece en el centro de las decisiones políticas y militares de Irán, bajo la mirada atenta de Washington y Tel Aviv. La situación sigue siendo volátil y los escenarios dependen de los próximos pasos tanto del gobierno iraní como de sus adversarios.

