CANCÚN, QR.- Tras concluir el Día de Muertos el 2 de noviembre, es común que los altares se retiren. Sin embargo, en muchas familias y comunidades, estos se conservan hasta el 3 de noviembre o durante el resto de la semana como una forma de extender el homenaje a los difuntos.
Aunque no es usual que se mantengan montados hasta el próximo año, en algunas regiones, ciertos objetos simbólicos del altar son resguardados para reutilizarse en la siguiente celebración.
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En regiones de Oaxaca, Michoacán y algunas comunidades indígenas del centro-sur de México, elementos significativos como fotos de los difuntos o figuras de cerámica son preservados con el propósito de mantener la conexión espiritual con quienes ya partieron. Así, aunque no se deja el altar completo, la esencia de los objetos representativos permanece y es utilizada nuevamente cada Día de Muertos.
Día de Muertos en la península de Yucatán
En la península de Yucatán, además de estas prácticas, la tradición maya incluye el Biix, un evento que ocurre una semana después del Janal Pixán, la celebración local del Día de Muertos.
Esta ceremonia, conocida también como ochavario, se celebra los días 7 y 8 de noviembre y marca la despedida de las almas que visitaron el mundo de los vivos.
El primer día está dedicado a las ánimas de los niños y el segundo a los adultos.
Durante este ritual, se preparan tamales, mucbipollos y otras ofrendas, y se colocan velas en las albarradas y accesos de las casas para iluminar el camino de las almas en su regreso al inframundo.