Durante más seis largos años, en todas las redes sociales y en todos los medios de comunicación del grupo conservador, léase afines al PRIAN (porque el PRD no pinta), se publicaron toneladas de papel en periódicos y revistas, así como varios Terabytes de artículos, reportajes, trascendidos, editoriales, caricaturas, videos y documentales, en los que se habló del peligro para México que representaba la izquierda.
Se habló y se escribió sobre la Venezuela que llegaríamos a ser, de que el dólar estaría por los cielos, cercano a los treinta pesos en algunos casos. Se dijo que las grandes empresas transnacionales abandonarían el país, porque seriamos peor que Cuba.
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Sin embargo, México cuenta con el peso más sólido en los últimos 30 años. México por vez primera decreció de acuerdo con datos internacionales en pobreza extrema. México ha aumentado su inversión extranjera y ha mantenido un crecimiento paulatino. México ha disminuido niveles de desempleo. México está haciendo realidad promesas incumplidas de los últimos tres sexenios con las refinerías y el Tren Maya, así como con el interoceánico.
En México por primera vez en la historia se comienza a hacer justicia social para la clase trabajadora, para las personas mayores, para personas con discapacidad y para las mujeres en situación de vulnerabilidad.
Y hasta donde recuerdo, ni Venezuela, ni Cuba tienen esa realidad, pero México tampoco la tuvo, repito, al menos en el último medio siglo.
No obstante, los mismos medios, los mismos empresarios y las mismas redes publicaron una y otra vez, que Andrés Manuel López Obrador era un porro, un ignorante apenas con licenciatura y un líder de provincia venido a más, que solamente era impulsado por pobres y por radicales que odiaban a los verdaderos productores de México, los grandes empresarios, que por cierto la mayoría de ellos siguen siendo producto de las crisis de Fobaproa-IPAB, la Estafa Maestra, la Estafa Siniestra, Odebrecht y de la privatización salinista, entre muchos más.
Como comentario al margen, a todo ese grupo de grandes empresarios nacidos y alimentados desde las entrañas del poder a costa de las masas, a quienes en lo personal he llamado como los “tlacuaches” mexicanos en honor a la obra de José Agustín denominada Tragicomedia Mexicana, en la que hace referencia a un personaje llamado César Garizurieta apodado de esa forma cuya frase tristemente célebre era vivir fuera del presupuesto es vivir en error.
Claudia cumple con lo que piden los conservadores
Sin embargo, el clamor de los grupos conservadores antes mencionados y de sus partidos políticos, el PRI y el PAN, era el argumento de la mayor capacidad de un José Antonio Meade, quien contaba con licenciatura y maestría en el extranjero, lo que lo hacía, en su más sólido argumento, un técnico mejor capacitado para gobernar este país, carente de políticos con estudios de posgrado.
Pero de pronto, algo ocurrió, la izquierda unida de Morena-PVEM-PT, eligieron a una candidata en un proceso extremadamente abierto y en algunos casos calificado hasta dañino por las pugnas internas, a una mujer que no solo era una política consumada que se había gestado en movimientos estudiantiles de la máxima casa de estudios de este país, de la UNAM, sino que además se trataba de una mujer con licenciatura en física, maestría en Ingeniería de la Energía y con un doctorado en Ingeniería Ambiental. Quien había ganado premios de investigación como el Silva Herzog y el Sor Juana Inés de la Cruz, siendo miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Y los empresarios tlacuaches con los seguidores del PRIAN en su conjunto, comenzaron a declarar en los medios, que para dirigir el país no se necesitaba una persona con tantos conocimiento técnicos, sino una persona venida del pueblo y representante del pueblo, lo que tanto criticaban de López Obrador, y mandaron a la guerra y sin fusil a Xóchilt Gálvez, política nacida del foxismo quien se autoidentifica como indígena hidalguense, quien no contó con el pedigrí, ni los estudios de posgrado exigidos por los partidos conservadores y sus patrocinadores, es más, tardó 30 años en titularse de ingeniero en computación, lo que quedó claro con su escaso vocabulario en todos los escenarios en donde pretendía figurar.
Creo que a los conservadores nadie los entiende, sigo leyendo comentarios y simplemente no los entiendo, yo creo que ni ellos mismos se entienden, porque hoy el país tiene lo que a gritos pedían: estabilidad económica, crecimiento moderado pero constante, peso fuerte, empleo, disminución de la pobreza y una presidenta electa con licenciatura, maestría y doctorado en áreas científicas con estancias de investigación en el extranjero.
Desde mi perspectiva, con Claudia, todas y todos ganamos. Hasta los conservadores ganan porque se cumplió a cabalidad la elección presidencial de una persona con tremendas capacidades técnica que tanto pedían. Yo me pregunto, ¿qué más quieren?