La era del Internet y las redes sociales ha significado para los medios de información un profundo proceso de cambio, adaptación y de complicadas relaciones con el poder político. Desde hace 10 años, los procesos electorales y sus resultados, han tenido efectos profundos en las estructuras mediáticas, en los que la libertad de expresión y el derecho a la información, principales divisas que inspiraban el ser de los medios, se han diluido bajo la nueva dictadura del algoritmo.

El poder político no tardó en entender el complejo proceso de adaptación y desadaptación del poder mediático, debilitada su estructura comercial, cuyos clientes migraron a la tutela de influencers, youtubers, instagramers, tiktokeros, facebookeros y tuiteros (ahora bajo el exilio de X).

También te puede interesar: Definiendo la democracia

De acuerdo con Statista, el gasto mexicano en publicidad alcanzó los 119 mil 610 millones de pesos en 2023, un incremento de alrededor del 9.4 por ciento con respecto a la inversión registrada en este sector durante el año anterior.

Sin embargo, ese incremento no ha significado una bonanza para los medios, que cada año están ajustando sus plantillas de trabajo, con reducciones drásticas en todas sus áreas.

En nuestro país, la caída se hizo más honda a raíz de que el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador decidiera reducir el presupuesto federal para la compra de espacios publicitarios en medios de comunicación.

El actual contexto político ha dificultado como nunca el desarrollo de los medios tradicionales de comunicación; el contexto político internacional también está jugando un papel importante y Estados Unidos hoy es el mejor ejemplo.

Fox News está reforzando su enfoque en la narrativa pro Donald Trump; CNN ha suavizado su retórica sobre todo para recuperar las audiencias conservadoras.

En México la película no es diferente. En la Mañanera del Pueblo ya hay periodistas de medios tradicionales en esa conferencia de prensa, que se habían reusado o resistido a asistir a ese “diálogo circular” con Andrés Manuel López Obrador.

A nivel local, en Quintana Roo, los otrora gigantes de los medios impresos, Por Esto! y Novedades de Quintana Roo, tienen crisis diferentes; el primero, de relevo generacional y el segundo, por los yerros políticos que lo tienen al borde de su extinción. En ambos casos, el poder político los ve con distancia, ya poco queda de las relaciones que tejieron sus fundadores, en un México que sin duda fue distinto al de hoy.

Con la Cuarta Transformación, la influencia del poder político sobre el mediático se ha acentuado, aunque paradójicamente con mayores márgenes de libertad. Pero ahora resulta extraño que los pocos medios de izquierda, por no decir liberales, no saben cómo ejercer la crítica ante gobiernos que ya no son del PRI, PAN o el extinto PRD.

Banner Google News


WhatsApp