CDMX. — Una nueva filtración masiva de información ha sacudido a los medios de comunicación en México. De acuerdo con una investigación especial de Aristegui Noticias, más de cinco terabytes de archivos exponen cómo un grupo secreto operaba dentro de Televisa para fabricar noticias falsas, manipular la opinión pública y ejecutar campañas de guerra sucia mediante una estrategia de manipulación mediática contra figuras políticas, empresariales y mediáticas, en una operación bautizada como #TelevisaLeaks.
Esta muestra cómo el gigante de medios utilizó sus recursos para influir en procesos políticos clave y proteger intereses económicos. Al centro de la trama aparece el equipo conocido como “Palomar”, ubicado en las oficinas de Televisa Chapultepec. Este grupo habría estado dirigido por Javier Tejado Dondé, abogado y exdirector jurídico de la televisora, quien coordinaba estrategias de ataque y promoción política de manera clandestina.
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Los documentos filtrados revelan la elaboración de campañas de desprestigio que incluían la fabricación de audios, videos, chats falsos y notas informativas manipuladas. Estas acciones buscaban afectar tanto a políticos de oposición como a empresarios considerados “incómodos” para el grupo de poder que controlaba la televisora.
Entre los blancos principales de estas campañas figuraron nombres de alto perfil, como el empresario Carlos Slim, el dueño de TV Azteca Ricardo Salinas Pliego, y actores políticos como Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de México, y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. A ellos se suman periodistas y medios críticos, como la propia Carmen Aristegui, directora de Aristegui Noticias.
Además de la fabricación de noticias falsas, los documentos muestran una estrategia de manipulación mediática sistemática que incluyó la promoción de perfiles políticos aliados, como el del exministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar. Según la investigación, Televisa trabajó en conjunto con la empresa Metrics to Index y operadores judiciales para fortalecer la imagen de Zaldívar y atacar a sus detractores, todo ello mediante campañas en redes sociales y espacios noticiosos.
La filtración incluye decenas de miles de correos electrónicos, chats, imágenes, y videos, todos ellos resguardados en servidores internos de Televisa. Esta información compromete a altos ejecutivos como Emilio Azcárraga Jean, Alfonso de Angoitia y Bernardo Gómez, quienes habrían tenido conocimiento o participación activa en estas prácticas.
Emilio Azcárraga Jean dejó la presidencia del Consejo de Administración de Televisa en 2024, en medio de crecientes investigaciones sobre corrupción y lavado de dinero tanto en México como en Estados Unidos. Según los documentos, algunas de las estrategias de guerra sucia fueron diseñadas para proteger los intereses corporativos de la familia Azcárraga, particularmente en áreas como telecomunicaciones, concesiones públicas y fusiones empresariales.
Una de las operaciones más emblemáticas reveladas por #TelevisaLeaks involucra la falsificación de conversaciones privadas atribuidas a la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, con las cuales se buscaba minar su credibilidad y dañar su administración. Las investigaciones técnicas confirmaron que los chats difundidos eran montajes digitales.
La magnitud de la filtración, de más de cinco terabytes, es comparable en escala a otros grandes escándalos internacionales como los Panama Papers o el SedenaLeaks. Sin embargo, su impacto es particularmente sensible en México, un país donde los medios de comunicación tradicionales aún conservan un enorme poder de influencia sobre la población.
Manipulación mediática y su impacto en México

Especialistas consultados por Aristegui Noticias coinciden en que #TelevisaLeaks pone en evidencia cómo los grandes consorcios mediáticos pueden distorsionar el debate público, intervenir en procesos democráticos y actuar como verdaderos poderes fácticos al margen de la ley y del interés ciudadano.
Hasta el momento, Televisa no ha emitido una postura oficial respecto a las revelaciones. Sin embargo, analistas señalan que el impacto reputacional y legal para la empresa podría ser profundo, particularmente en un contexto de creciente desconfianza hacia los medios de comunicación tradicionales.
Por su parte, Carmen Aristegui afirmó en su reportaje que esta filtración confirma años de denuncias sobre la manipulación mediática en México: “No es sólo un problema de un grupo de ejecutivos; es un sistema entero que ha operado para desinformar, tergiversar y atacar a quienes consideran una amenaza”.
Mientras tanto, organizaciones civiles y de derechos humanos han exigido una investigación exhaustiva por parte de las autoridades mexicanas para deslindar responsabilidades y garantizar la libertad de prensa, en un país que ya se ubica entre los más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo.
El futuro de Televisa y de su influencia en el ámbito político y mediático mexicano ahora queda bajo escrutinio, mientras la opinión pública asimila el impacto de lo que ya se conoce como uno de los mayores escándalos de manipulación mediática en la historia reciente de México.

