Zona libre, desierta.
David Acosta | R360
CHETUMAL, QRoo.- Luce semidesierta. La poca gente que asiste no compra; el polvo se observa en los productos que se ofertan y los precios han subido súbitamente. Sus buenos años parecen haber terminado y los chetumaleños ni siquiera en quincena o vacaciones acuden al lugar.
La zona libre de Belice ahora cuenta con dos entradas, cada una con aduana fiscal y oficinas migratorias, luego de que el paso por el puente antiguo fuera reabierto completamente a fines de julio pasado.
Cada entrada cuenta con un casino: Princess Hotel Casino y Las Vegas Hotel Casino, espacios para las apuestas que fungieron como atractivos principales durante muchos años. Hoy la afluencia a estos lugares también se ha desplomado.
Desde su establecimiento en 1996, la zona libre fue uno de los puntos de mayor afluencia para compradores de la capital del estado y del Sureste de México.
Aún se pueden observar las grandes tiendas, que en su conjunto llegaron a sumar alrededor de 400, pero esta era antes. Ahora, bolsas, ropa, electrodomésticos, perfumes, vinos, licores, cigarros, calzado, autopartes, muebles, comestibles y hasta relojes, son algunos de los cientos de productos, en su mayoría, de origen chino, que se pueden encontrar en los ahora cerca de 300 negocios que aún permanecen abiertos al público.
Las dos gasolineras que operan en el sitio, ya no son atractivo como en otros años, al tener el combustible un costo similar al de México.
La imagen del lugar ha mejorado, pero no las ventas. Los tiempos en donde diariamente pasaban hasta tres mil vehículos al día se han ido; ahora por las casetas pasan a cuentagotas los automotores, pese a que solamente cobran 15 pesos por unidad. Se acabaron las largas filas de horas y de hasta 500 vehículos para salir del “paraíso fiscal”.
Los productos exhibidos, sobre todo los que se encuentra afuera de las tiendas, lucen hasta con polvo, algo distintivo de la zona. Se nota que se trata de la misma mercancía que ha estado en el aparador por meses, por lo descolorida y maltratada que se encuentra.
La cara de los propietarios o encargados de los negocios dice mucho de la situación económica que enfrenta la zona libre: puede estar un comprador por casi una hora en un comercio antes de que entre otro.
Las decenas de vehículos que se encuentran en las calles, son en su mayoría de los propietarios o trabajadores de los comercios. Los mototaxis tampoco parecen ser negocio, pues uno que otro se ve rondando el área.
De acuerdo con la versión de algunos comerciantes, las utilidades solo dan para sostener el negocio y lo peor es que la zona libre pasó de ser un espacio de venta diaria, luego de ventas de temporada y en la actualidad, la crisis es casi igual en todos los meses del año.
Esta crisis que enfrenta la zona libre se agudizó desde el 2013, cuando Belice pasó a formar parte de la lista roja del Grupo de Acción Financiera (GIFE) en América Central y el Caribe, lo que motivó que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos limitará sus operaciones bancarias por sospecha de lavado de dinero y evasión fiscal.
Lo costos de los productos y la mala calidad también son otros factores que han llevado a que el “paraíso fiscal” caiga drásticamente, de acuerdo a Juan Sansores, quien estuvo de visita por el sitio: “Antes veníamos y comprábamos ropa, por lo económico, pero no era de mala calidad, ahora las que son de una calidad regular cuestan lo mismo que en las plazas comerciales del lado mexicano, mejor los compramos ahí, ahora solo venimos a pasear a ver si se nos pega algo”.
El dólar es una limitante que ha golpeado fuertemente a los comerciantes y a los compradores. En la mayoría de los casos solo se rebaja uno o dos pesos del precio normal. El viernes 30 de agosto osciló en 20 pesos con 50 centavos. En pago con tarjeta de débito o crédito, se cobra el precio real.
Extraoficialmente se sabe que muchos de los comercios sobreviven del contrabando hormiga, actividad que sostiene a cientos de pobladores de la comunidad fronteriza de Subteniente López.
Hasta el 2015, según informó un empresario, visitaban el lugar más de un millón 100 mil visitantes en promedio, quienes dejaban una derrama económica cercana a los 300 millones de dólares.
Además de las autoridades fiscales y aduaneras, también se cuenta con vigilancia por parte de elementos de la Secretaría de Marina (Semar) en las dos entradas y a lo largo del río Hondo, caudal que marca el punto de la frontera entre México y Belice.
El anuncio por parte del Gobierno Federal de la instalación de una “zona libre” en Chetumal ha prendido los focos de alerta en el paraíso fiscal de Belice, que se encuentra a unos 11 kilómetros de la capital de Quintana Roo.