Jazmín Ramos | R360
(Segunda de tres partes)
CANCÚN, QRoo.- Conforme al Plan Estatal de Desarrollo de Quintana Roo, se tienen el registro de 2 mil 346 escuelas de nivel básico y medio superior, de estas solo el 10 por ciento tiene un certificado de calidad, el resto presenta rezagos de infraestructura y en algunos casos ni si quiera cuentan con el material necesario para dar cumplimiento a los planes de estudios.
Esa es la problemática que presentan los planteles que se ubican en asentamientos irregulares o zona rurales, a esa estadística pertenece la escuela Cuna del Mestizaje, ubicada en la colonia El Milagro, que según el reporte del Ifeqroo en el 2017 fue beneficiada con Escuelas al 100.
Pero contrario al reporte, la escuela carece de agua potable, no hay drenaje, necesita luminarias, requiere una cooperativa, urge remodelar los sanitarios, hace falta una biblioteca y canchas deportivas.
Aunado a ello, la escuela opera sin acceso a las nuevas tecnologías, no cuenta con un sistema de computo, los maestros llevan sus propios equipos y el material didáctico es limitado, de tal forma que para poder cumplir los planes de estudios hay que improvisar y trabajar con lo que tienen a la mano.
En esta escuela, para el mejoramiento de infraestructura se invirtieron un millón 500 mil pesos, cuyas obras se concretaron al cambio de persianas, pintura del exterior, así como colocación de ventiladores y las cotizaciones también se inflaron e incluso reportaron obras que no se realizaron como la pavimentación del patio.
Al respecto el profesor Edin Pacheco Guz, que imparte clases en esa institución, refirió que los trabajos del programa Escuelas al 100 fueron limitados, pero lo más lamentable es que no se dio prioridad a las necesidades más apremiantes de la escuela, carencias que afectan el proceso de enseñanza aprendizaje.
Consideró que esas prácticas son actos de corrupción, que debe ser investigados, “es lamentable lo que pasa con este tipo de programas, que, si bien de origen tiene un buen objetivo, en la práctica no se cumple”.
Señaló que en esa escuela las obras fueron limitadas a trabajos que no impactaron realmente en mejorar la infraestructura de la institución, es más ni si quiera cuenta con una dirección, los directivos operan en salones improvisados y no tienen ni internet.
En cuanto a las instituciones ubicadas en las colonias populares de Benito Juárez, destacan las regiones 200, una de las zonas más inseguras, ahí se ubica la escuela secundaria técnica número 20, Rafael Ramírez Castañeda, que también forma parta del padrón de Escuelas al 100; en esa institución se invirtieron un millón 300 mil pesos, que se destinaron para impermeabilizar cuatro edificios, reforzar la red eléctrica y pintar la fachada.
El plan de obras ocasionó el malestar de los integrantes del Comité de Vigilancia, con relación a los precios presentados en el catálogo, pues hubo duros cuestionamientos ante la elevada cotización, al grado de que algunos padres de familia propusieron realizar ellos mismo el trabajo, pero se rechazó bajo el argumento de que el presupuesto ya venía etiquetado.
En ese sentido, la subdirectora de gestión del turno matutino, María Cuautla Mosqueda, admitió que se esperaba más del programa Escuelas al 100, pero sabiendo cómo se las gasta el gobierno, finalmente aceptaron partiendo de que más vale poco que nada y no les quedó más remedio que acceder.
Con tantas necesidades que se tienen, lo que sea es bueno, no es un secreto cómo operan estos programas, se hacen las licitaciones favoreciendo a determinadas empresas y ahí va la mochada, entonces en el camino se va quedando cierta cantidad por lo actos de corrupción, hasta que llega lo mínimo.
Mencionó que la escuela si bien tiene los servicios básicos, agua, drenaje y luz, hace falta mobiliario, no tiene una biblioteca, la cooperativa es improvisada, hace falta pavimentar los patios, no cuenta con laboratorios equipados, no hay proyectores, y no tiene sistema de cómputo.
“Entonces no se puede hablar de Escuelas al 100 sí se tienen carencias, los trabajos que se realizaron bajo este programa fueron básicos, pero no contribuyeron a resarcir los rezagos que se tiene la institución”.
Como estas escuelas otras 280 instituciones educativas del municipio se vieron beneficiadas, pero con el mismo común denominador: se usó material de baja calidad, hubo obras inconclusas, presupuestos inflados y se reetiquetó el costo de las redes hidráulica y eléctricas.
