Cinco años después de que Historia de un crimen: La búsqueda reavivara la tragedia de Paulette Gebara Farah en México, la controversia legal resurge. Lizette Farah, su madre, ha demandado a Netflix argumentando un daño moral severo y el uso no autorizado de su imagen personal para fines de lucro. El proceso legal busca establecer un precedente crucial sobre el derecho a la privacidad.
El argumento central: daño moral y propiedad intelectual
El proceso legal, iniciado por Lizette Farah contra Netflix, se sigue por la vía civil y de propiedad intelectual. Según el equipo legal de la señora Farah, la producción de la plataforma de streaming utilizó su nombre, imagen y características personales sin obtener la debida autorización.
El abogado de Lizette Farah, José Manzo, enfatizó que su clienta no es una figura pública, razón por la cual su derecho a la privacidad debe prevalecer sobre los intereses comerciales de la producción. Los dos ejes principales de la demanda son:
- Propiedad intelectual: Por el uso indebido de la imagen y características personales.
- Vía civil: Por el presunto daño moral y la búsqueda de posibles sanciones económicas.
Revictimización y el precio social de la fama no buscada
La difusión de Historia de un crimen: La búsqueda provocó una serie de consecuencias directas en la vida cotidiana de Lizette Farah, según declaraciones de su abogado, José Manzo. La serie no solo revivió la tragedia que marcó a la sociedad mexicana, sino que generó nuevas afectaciones directas sobre su vida.
Estas afectaciones incluyeron:
- Hostigamiento digital: Una “lluvia de mensajes en redes sociales y correos” tras el estreno de la serie.
- Rechazo social: Farah es reconocida en espacios públicos, lo que deriva en hostigamiento y rechazo social.
- Daño profesional: Se le han caído negocios y ha sufrido afectaciones a cuestiones de su vida profesional.
Manzo sostuvo que, a pesar de los años transcurridos, el tema de Paulette Gebara Farah vuelve a estar presente dondequiera que su clienta va, impactando también a su entorno familiar, incluida su otra hija.
La representación del personaje: un carácter ‘cómico’
Otro punto clave de la demanda se relaciona con la forma en que Lizette Farah fue retratada en la producción. Según el señalamiento legal, la actriz que la interpreta exagera actitudes que no corresponden con la realidad, dándole al personaje un carácter que el abogado definió como “un poquito más ‘cómico’”.
La defensa argumenta que esta dramatización se realizó para lograr un impacto comercial:
> “Sucede el hecho de enfatizar mucho las cosas, de exagerar para darle el punch que necesitas para vender”, señaló el abogado José Manzo.
Temor por la seguridad: de la paranoia al “vengador anónimo”
Uno de los elementos más graves expuestos es el efecto que la percepción pública derivada de la serie tiene en la seguridad personal de Farah, generando miedo y paranoia.
La demandante ha vivido situaciones desagradables en su vida cotidiana, como notar que “algunos meseros le escupían al café” en un centro comercial. Estas experiencias han llevado a Lizette Farah a modificar sus rutinas y limitar su presencia en espacios públicos, pues le generan cuestionamientos constantes como: “¿Y si me reconocen? ¿Y si alguien quiere hacerme daño?”.
El temor se agrava debido a la forma en que se retrató a la madre de Paulette Gebara Farah, sugiriéndola como posible sospechosa de la muerte de la niña. La preocupación, explicó Manzo, es que alguien pueda actuar basándose en la ficción: “Ella tiene hasta temor de que un loquito, con base en la serie, diga: ‘¿Tú fuiste?’ Y quiera ser una especie de vengador anónimo”.
La sanción económica que contempla la ley mexicana
La legislación mexicana contempla sanciones específicas por daño a la imagen y daño moral en estos casos. El abogado Manzo explicó que es un derecho humano demandar una sanción económica por estos daños.
La ley establece que, como reparación del daño, la afectada podría reclamar hasta el 40 por ciento de las ganancias totales generadas por la serie de Netflix, lo que representa una potencial sanción económica significativa para la plataforma de streaming.
Esta demanda, que pone en tela de juicio el uso de imágenes e historias personales por parte de gigantes del entretenimiento, más allá de la ganancia financiera, revela un patrón complejo: la tensión constante entre la libertad creativa y el derecho inalienable a la privacidad de quienes no eligen ser figuras públicas. ¿Podría este litigio redefinir la manera en que se producen las series basadas en crímenes reales en el país?