CDMX.- La corrupción en las aduanas mexicanas, históricamente señalada como una de las áreas más vulnerables del aparato estatal, enfrenta hoy una ofensiva frontal bajo el liderazgo de Rafael Marín Mollinedo, director general de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM).
En entrevista, reveló el alcance de las prácticas ilícitas que han permeado el sistema aduanal, desde el contrabando de mercancías hasta el llamado “huachicol fiscal”, y detalló las estrategias implementadas para erradicarlas.
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Corrupción en las aduanas: simulación y evasión en el abuso del esquema IMEX
Uno de los focos de corrupción en las aduanas identificados por Marín Mollinedo es el uso indebido del programa IMEX, diseñado para facilitar la importación temporal de materias primas destinadas a la transformación industrial. Sin embargo, empresas y agentes aduanales han aprovechado este esquema para introducir bienes de consumo final —como refrigeradores, juguetes y ropa— sin pagar impuestos, simulando que se trataba de insumos industriales.
“Alertamos todo lo que viniera en IMEX. Si no son materias primas, decomisamos”, explicó Marín Mollinedo. Esta revisión ha permitido detectar y confiscar múltiples contenedores que ingresaban bajo pedimentos falsos, afectando gravemente la recaudación fiscal.
Subvaluación y precios irrisorios
Otra práctica recurrente es la subvaluación de mercancías. Marín Mollinedo relató casos como el de hamacas importadas desde China, declaradas a precios tan bajos como dos pesos por unidad, lo que resultaba en pagos de impuestos de apenas centavos. “Así no se puede sostener una recaudación justa”, lamentó.

Resultados: aumento en la recaudación y decomisos
A un año de haber retomado el cargo, Marín Mollinedo reporta un incremento de más de 200 mil millones de pesos en recaudación, lo que representa entre 22 y 24 por ciento más que el mismo periodo del año anterior. Aunque reconoce que no se puede calcular con precisión cuánto se ha dejado de evadir, asegura que el combate al contrabando y a la corrupción en las aduanas avanza.
“Son 50 aduanas. Vamos poco a poco tomando el control”, afirmó, destacando que aún hay funcionarios que permiten irregularidades, pero que se están levantando demandas y abriendo carpetas de investigación para frenar la corrupción en las aduanas.
Tecnología e inteligencia artificial: el nuevo blindaje
Una de las apuestas más ambiciosas de la ANAM es la implementación de tecnología no intrusiva y sistemas de inteligencia artificial para revisar mercancías. Con una inversión superior a los 17 mil millones de pesos, se instalarán arcos de rayos X en todas las aduanas, conectados en tiempo real a un centro de operaciones con más de 14 mil cámaras.
“Ya no dependeremos solo del ojo humano. La inteligencia artificial interpretará las imágenes y alertará sobre anomalías”, explicó Marín, comparando el sistema con el C5 de seguridad pública.
Huachicol fiscal: casi erradicado, pero aún latente
Sobre el contrabando de gasolina desde Estados Unidos, Marín Mollinedo reconoció avances significativos: “Ya no pasan la gran cantidad que pasaban antes. Lo hemos reducido casi al 100%”. Sin embargo, admitió que no puede garantizar que haya desaparecido por completo, debido a la persistencia de redes corruptas.
Cada semana se detectan y detienen pipas ilegales, y se trabaja en coordinación con la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Seguridad para judicializar los casos. “Estamos sobre ellos. Tarde o temprano, los funcionarios que han dañado al país tendrán que responder”, advirtió.
Las aduanas más conflictivas
Marín Mollinedo identificó las aduanas del noreste como las más problemáticas: Matamoros, Reynosa, Laredo, Piedras Negras, así como los puertos de Tampico y Altamira. En estas zonas operaba un esquema de corrupción en las aduanas, donde 30 agentes aduanales involucrados en el huachicol fiscal tenían patentes que ya fueron canceladas y ahora enfrentan procesos legales.
Un sistema en transformación
La ANAM, bajo la encomienda de la presidenta Claudia Sheinbaum, busca transformar el sistema aduanal mexicano con controles técnicos, transparencia y vigilancia permanente. Aunque el reto es monumental, Marín confía en que la tecnología y la voluntad política permitirán cerrar las puertas a la corrupción en las aduanas, fortaleciendo la legalidad y la fiscalización en todo el país.
“La meta es clara: que las aduanas dejen de ser sinónimo de impunidad y se conviertan en garantes de legalidad y recaudación justa”, concluyó.

