CHETUMAL, QR.- El reciente traslado de vestigios mayas desde los tramos 6 y 7 del Tren Maya al Parque Balam Tun, en Chetumal, continúa generando polémica entre arqueólogos y autoridades. De acuerdo con Manuel Pérez Rivas, coordinador del salvamento arqueológico de la obra, los monumentos reubicados ya habían sufrido deterioro o saqueo previo a su traslado.
El especialista detalló que se trata de estructuras de valor intermedio, principalmente plataformas y restos de muros, pero no edificaciones abovedadas completas ni templos excepcionales. Explicó que los vestigios mayas de mayor relevancia permanecieron in situ y que en algunos casos incluso se modificó el trazo ferroviario para protegerlos.
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En total, el salvamento arqueológico del Tren Maya ha registrado más de 66 mil monumentos muebles e inmuebles. De estos, alrededor de 336 considerados excepcionales obligaron a realizar cambios en la obra para garantizar su conservación. Los 36 vestigios mayas trasladados a Balam Tun fueron reconstruidos piedra por piedra y acompañados por materiales asociados, como piezas de cerámica y lítica.

Vestigios mayas podrán verse pronto en el Parque Balam Tun
El parque, que abrirá próximamente, busca convertirse en un espacio de memoria y divulgación. Allí, los visitantes podrán conocer cómo era la vida doméstica de las élites mayas en el sur de Quintana Roo y Campeche. Pérez Rivas subrayó que Balam Tun no debe confundirse con una zona arqueológica tradicional, sino como un espacio museográfico al aire libre que preserva la memoria histórica de los vestigios mayas.
Investigadores del INAH han manifestado críticas, señalando que el traslado responde más a intereses de la obra ferroviaria que a la preservación cultural. Sin embargo, el Gobierno de Quintana Roo y el INAH trabajan en un convenio para garantizar la custodia y el acceso público. El coordinador insistió en que el ingreso debe ser accesible o gratuito para fomentar el conocimiento del patrimonio.
Con esta medida, el debate sobre el futuro de los vestigios mayas en la ruta del Tren Maya sigue abierto, entre quienes defienden la conservación in situ y quienes respaldan su traslado como alternativa de preservación.

