JOSÉ MARÍA MORELOS, QR.- Derivado de la abundancia de recursos naturales existentes en la región, Sabán fue, después de Tihosuco, la población más grande y habitada del ahora Estado de Quintana Roo a finales del siglo XVIII y hasta el inicio de la Guerra de Castas.
El Templo de San Pedro Apóstol, de la comunidad de Sabán, ubicado en el municipio de José María Morelos, tiene su origen en la segunda mitad del siglo XVIII.
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Existen referencias de que, al iniciar la Guerra de Castas, en 1847, su construcción estaba en proceso final de edificación y no se concluyó, de ahí que permaneció sin techumbre. Incluso, se pueden apreciar evidencias de donde estaban instalados los andamios de madera en los muros norte y sur de la nave en Sabán.
Joya arquitectónica en Sabán
En la fachada principal de la edificación religiosa se aprecia labrado en piedra, uno de los elementos iconográficos más importante para Quintana Roo y la Península de Yucatán, el cual consiste en la representación de san Pedro, quien con las piernas cruzadas observa a un gallo ubicado a su derecha, con un conjunto de llaves cercanas a sus pies, en espera del canto del ave para tomar las llaves del reino de los cielos.
Sabán forma parte de la Ruta de las iglesias de Quintana Roo, junto con Tepich, Tihosuco, Xcabil, Huaymax y Sacalaca, esta última es la más antigua de este itinerario, la cual data del siglo XVI y está registrada por el INAH en el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles.
Estos monumentos históricos, su estado de conservación y uso actual son testimonios vivos de la guerra contra la opresión y la injusticia del pueblo maya, la cual duró más de 50 años, así como de la historia de la evangelización en la Península de Yucatán.