Cancún, QR.- Durante el 2020, último año de los datos con los que cuenta la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en Quintana Roo se generaban 2 millones 247 mil 203 kilogramos de residuos sólidos cada día; es decir, 2 mil 247.203 toneladas de basura; en un mes, la recolección llega a 67 mil 416.09 toneladas en todo el territorio.
Los datos proceden del Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Delegacionales (Módulo de Residuos Sólidos Urbanos) y del Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Demarcaciones Territoriales de la Ciudad de México 2021, realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Se calculan a partir del número de unidades, toneladas cargadas y viajes realizados de vehículos de recolección.
Al consultar el Sistema Nacional de Información Ambiental y de Recursos Naturales (Siniarn), informa que en Cozumel durante el 2016 fueron recolectadas 104 mil 630 toneladas; en 2018 fueron 112 mil 460; en 2020 reportaron 88 mil 397 toneladas.
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En Felipe Carrillo Puerto en 2016 la recolección fue de 98 mil toneladas; 2018, 123 mil; 2020, 93 mil toneladas.
Isla Mujeres recolectó en 2016, 54 mil toneladas; en 2018, 70 mil; en 2020, 80 mil toneladas. Othón P. Blanco, recogió 346 mil toneladas en 2016; en 2018, 432 mil toneladas; para 2020 solo reportaron 268 mil 487.
El Siniarn especifica que en Benito Juárez la recolección fue de 1 millón 095 mil toneladas en 2016; para 2018 fue de 1 millón 300 mil; para 2020 reportaron recolección de 1 millón 057 mil toneladas.
José María Morelos reportó en 2016 una recoja de 13 mil 600 toneladas; en 2018, informó que fueron 9 mil; para 2020 su recolección fue de 12 mil 800 toneladas.
En el caso de Lázaro Cárdenas, reportó que en 2016 levantó 25 mil toneladas; para 2018, el reporte fue de 28 mil; sin embargo, en 2020, la recoja fue de 3 mil toneladas.
En Playa del Carmen, el levantamiento de residuos sólidos en 2016 fue de 600 mil toneladas; para 2018 bajó a 585 mil 070 toneladas; para el 2020 su reporte fue de 382 mil 349 toneladas.
Tulum reportó en 2016 que recogió 100 mil 510 toneladas; en 2018, fue de 133 mil 610; para el 2020, su colecta de basura fue de 141 mil 898 toneladas.
Bacalar en 2016 recogió 25 mil 460 toneladas; en el 2018, reportó 26 mil 009 toneladas; en 2020 fue de 34 mil 630 toneladas. Puerto Morelos, en 2018 juntó 86 mil 660 toneladas; en 2020, su recoja fue de 85 mil 628 toneladas.
El reporte de la Semarnat especifica que en total de recolección de residuos sólidos en Quintana Roo durante el 2012 fue de 1 millón 700 mil 616 toneladas; en 2014 llegó a 2 millones 075 mil 570; para el 2016 la recoja fue de 2 millones 537 mil 830; en 2018 fueron recogidas 2 millones 905 mil 809 toneladas de basura y en el 2020 la suma llegó a 2 millones 247 mil 203 toneladas.
Residuos sólidos provocan daños al medio ambiente
El Diario Oficial de la Federación desde el 2003 define que los residuos sólidos que se producen en los domicilios, ya sea casas habitación, oficinas o pequeños comercios, así como los que provienen de cualquier otra actividad que se realice en establecimientos o en espacios públicos, se definen como residuos sólidos urbanos.
Al consultar a la investigadora, bióloga Rebeca León Castro (Cédula Profesional 3249558), explicó que la gran mayoría de las actividades humanas producen residuos de diverso tipo, ya sea en estado sólido, semisólido, líquido o gaseoso que, al carecer de algún valor o utilidad, se desechan.
“La gestión de este tipo de residuos sólidos, y la de cualquier otro tipo, debe hacerse con base en lo dispuesto en la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR; DOF, 2003). No atender la normatividad al respecto puede resultar en el manejo inadecuado o ineficiente de los mismos, favoreciendo la generación de malos olores, humo, gases y partículas en suspensión, proliferación de fauna dañina, propagación de enfermedades y afectaciones a la calidad del aire, el suelo y el agua, lo que impacta de manera negativa a la salud humana, a la biodiversidad y a los ecosistemas”, comenta la especialista en medio ambiente.
Agrega que aspectos como la recolección eficiente, la separación por tipo de residuos sólidos, la recuperación y valorización de los materiales, el reciclaje y el confinamiento en condiciones adecuadas, son pasos obligados para asegurar que el volumen de residuos se reduzca, para generar beneficios económicos y para evitar afectaciones de cualquier tipo.
Advierte, que el impacto negativo de no evitar la filtración de lixiviados al subsuelo, toda el agua subterránea puede ser contaminada; “el lixiviado es el líquido que se forma cuando los desechos se descomponen en el vertedero y el agua se filtra a través de esos desechos. Este líquido es altamente tóxico y puede contaminar la tierra, las aguas subterráneas y los cuerpos de agua”.
Los RSU dispuestos inadecuadamente pueden favorecer la transmisión de enfermedades por vectores (como ratas, cucarachas e insectos), e incluso, ser agentes causantes directos de enfermedades intestinales, hepatitis y algunos padecimientos de la piel.
Por su parte, la contaminación de las fuentes de agua por residuos peligrosos (RP) y su consumo por la población se han asociado a la presencia de enfermedades como cáncer, malformaciones genéticas y daños renales y hepáticos.
Reciclaje
Los beneficios que se generan con la minimización de los residuos sólidos urbanos por el reciclaje adecuado inciden directamente en la capacidad de espacio y en la eficiencia de los confinamientos controlados. Todo ello como resultado de la reducción de los costos que generan, la disminución de la cantidad de desechos que requieren de disposición final y una mejor administración y disposición de los residuos terminales.
Los especialistas de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), coinciden que las 3R juegan un papel importante en esto: Reciclar, reducir y reutilizar. Esto significa reducir lo que ‘consumes’ cuando sea posible, reutilizar todo lo que puedas, separar lo que se pueda reciclar del resto de residuos y convertir en abono los residuos orgánicos.
En Quintana Roo, el reciclaje que más realizan los pepenadores es de papel y cartón, con un 32%; otros materiales, 16.6%; el PET representa el 15.8%; reciclaje del vidrio es de 13.8%; el de plástico es de 9.2%; electrónicos y electrodomésticos es de 5.1%; fierro, lámina y acero, suman 4.9%; aluminio es de 1.4% y; el de cobre, bronce y plomo suma 1.3%.
Una comunidad debe considerar el costo de un programa de reciclaje, así como la disponibilidad de los mercados recuperados. En algunas áreas, no existen suficientes recursos para hacer el reciclaje una opción económicamente viable. Los gobiernos estatales deben evaluar las condiciones locales y establecer exigencias de reciclaje apropiados.
Reciclar no solo es una responsabilidad de las instituciones o de grupos ecologistas. Es una responsabilidad de todos. De cada persona depende darle otra vida a los envases que utiliza, a los electrodomésticos o dispositivos electrónicos.
Son pequeños gestos que, a diario y sumándolos todos, ayudan a cuidar la salud del planeta.
La solución
La Semarnat concluye: El manejo inadecuado de los residuos sólidos urbanos afecta la salud humana, la atmósfera, el suelo y a las aguas superficiales y subterráneas.
Su disposición final adecuada se fundamenta en la utilización de rellenos sanitarios, comprende el esparcimiento, acomodo y compactación de los residuos, su cobertura con tierra u otro material inerte y el control de los gases, lixiviados y la proliferación de vectores, con el fin de evitar la contaminación del ambiente y proteger la salud de la población.
Recomienda que los municipios deben enfocar más su atención a la correcta gestión de residuos sólidos y por consiguiente en los beneficios de establecer un programa sostenible: Aumentar el reciclaje puede reducir los costos de eliminación y mejorar tus resultados. Al comprender la cantidad y los tipos de desechos que produce la ciudadanía, ayudará a encontrar formas de reducir los costos de transporte, negociar servicios de reciclaje que realmente se ajusten a las necesidades.
Así mismo, la gestión más eficiente de los desechos, el agua y la energía son componentes centrales de la sustentabilidad. Mejorar la sostenibilidad del municipio puede impulsar su imagen. La prevención y el reciclaje de residuos ofrecen un potencial significativo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El reciclaje y la reutilización conservan los recursos naturales, incluidos los árboles, los metales y el agua.
Ante esta situación el tema de los residuos sólidos constituye un punto importante de la agenda pública estatal. La problemática de Quintana Roo incluye, principalmente, los crecientes volúmenes de residuos que se generan, la dificultad para su recolección, el rápido agotamiento de la vida útil de los rellenos sanitarios, el desperdicio de los materiales dotados de valor y la presencia de numerosos sitios contaminados por residuos peligrosos.
Las acciones para su atención tienen múltiples líneas, entre las que destacan la promoción de acciones de minimización de los volúmenes de generación de residuos sólidos, la creación de infraestructura para el manejo de los residuos (que incluye las fases de almacenamiento, recolección, transporte, alojamiento, reúso, tratamiento, reciclaje y disposición final)
Y, por último, en el caso de los peligrosos, la identificación y atención de los sitios contaminados y la prevención de la contaminación mediante instrumentos normativos y castigos más severos para quienes lo provoquen.
