Por años, han sido testigas silenciosas de generaciones enteras de corredores. Bajo el sol que las endurece y la humedad que se filtra en sus grietas, las pistas de Quintana Roo han visto pasar a niñas que algún día soñaron con convertirse en velocistas, a jóvenes que entrenaron ahí sin saber si sus marcas serían suficientes para clasificar a la siguiente etapa, y a entrenadores que aprendieron a improvisar porque el tartán ya no respondía.
Son superficies que han resistido más tiempo del que oficialmente se les reconoce, con ellas cargan memoria, desgaste y una especie de dignidad que solo tienen las instalaciones que siguen en pie por inercia más que por presupuesto.
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Uso del Efideporte en instalaciones previo a la Copa Mundial Socca 2025
Estado actual de las pistas de atletismo utilizadas por atletas cancunenses






Pista de Atletismo Toro Valenzuela
A pocas cuadras, la Unidad Deportiva Toro Valenzuela intenta sostenerse entre parches de modernización. En marzo de 2025, la presidenta municipal, Ana Patricia Peralta de la Peña, supervisó nuevas obras: gradas, sanitarios, vestidores, campo de béisbol. Todo sonaba bien, pero aunque la pista de atletismo esperó su turno pacientemente, nunca llegó.
En 2024 se celebró la “construcción” de una trotapista aeróbica con 3 millones 309 mil 899.99 pesos de Presupuesto Participativo: nueve meses de obra, iluminación incluida. Es el tipo de inversión que suena robusta en papel, pero que, al recorrerla, se percibe más como un gesto que como una solución. El tartán sigue esperando su turno en una unidad que siempre fue más multideportiva que atlética.
Esas intervenciones parciales conviven con una realidad evidente para cualquiera que entrena ahí: el espacio está lejos de ser una sede de alto rendimiento. Responde a lo urgente, no a lo ideal.









Estadio Olímpico Andrés Quintana Roo
Y luego está el Estadio Olímpico Andrés Quintana Roo, el recinto que alguna vez abrió sus puertas como un “estadio con pista”. Su historia es casi una metáfora perfecta: inaugurado en 1984, demolido y reconstruido en 2007, reinaugurado ese mismo 11 de agosto. En ese entonces sus puertas permanecían abiertas al público. Hoy es sede de fútbol profesional, y la pista —si es que aún se le puede llamar así— es una cicatriz de cemento alrededor del campo.
En 2024, una empresa privada, Palcos Kasterz, impulsó un pequeño club de corredores que se reunía cada dos domingos a las 6:30 de la mañana. Fuera de ese horario no se podía acceder a las instalaciones.
Quienes asistieron describen que el espacio ya no puede considerarse una pista funcional, pues es de cemento. Actualmente, esos “meetings” ya no se realizan o son muy poco frecuentes. Es decir, la pista existe solo en papeles. Oficialmente figura; en la práctica, desapareció. Un anillo fantasma que no sirve para entrenar, pero que decora bien en una fotografía aérea del estadio.
Eso plantea una pregunta curiosa: ¿una infraestructura formal y “oficial” realmente sirve al atletismo local, o sólo queda como fachada para el fútbol?






Panorama de la infraestructura de las pistas de Quintana Roo
Antes de mirar lo que ocurre fuera de Cancún, vale la pena entender cómo funciona realmente la rehabilitación de las pistas de Quintana Roo, las cuales no se rehabilitan al mismo ritmo porque no dependen del mismo presupuesto.
Legalmente, las unidades deportivas son responsabilidad de los municipios —así lo marca el Artículo 115 de la Constitución mexicana, que establece que los ayuntamientos son responsables del “equipamiento” de sus espacios públicos—, mientras que el Estado sólo puede intervenir mediante convenios o programas extraordinarios como Efideporte.
Esa arquitectura institucional fragmenta los recursos, porque cada municipio invierte según su propio presupuesto, prioridades y capacidad operativa. Por eso algunas pistas reciben domos, otras tartán, otras sólo pintura… y muchas quedan a medias no por desinterés, sino por un modelo que reparte responsabilidades sin garantizar continuidad.
Con ese mapa institucional en mente, lo que ocurre fuera de Cancún deja de ser una excepción y se vuelve parte del mismo patrón. Según el Plan Estatal de Desarrollo (PED) 2023-2027, para 2021 Quintana Roo contaba con 14 pistas de atletismo registradas a nivel estatal, aunque sin detallar su estado técnico. A continuación, un recorrido por algunas de ellas.

Chetumal
Unidad Bicentenario
En Chetumal, la pista de la Unidad Bicentenario acumula dos años de rehabilitación, financiada mediante el programa federal Efideporte. El proyecto registra un 70% de avance —verificado por la gobernadora Mara Lezama Espinosa y el presidente de la Comisión del Deporte de Quintana Roo (Codeq), Jacobo Arzate Hop—, pero aunque las obras comenzaron en 2023 y siguen en 2025, aún no existe un espacio utilizable para los entrenamientos de los atletas.
Las imágenes siguientes fueron tomadas el 20 de noviembre del 2025:








Cozumel
Unidad Deportiva Independencia
La Unidad Deportiva Independencia arrastraba más de una década de rezago hasta que en 2024 el municipio asignó 11.5 millones de pesos para reparar techos, gradas, canchas y sistemas eléctricos. En el proceso, la pista fue cerrada por seguridad.
El espacio que albergó la eliminatoria municipal de atletismo rumbo a los Juegos Nacionales de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) 2024 se quedó, literalmente, sin pista para quienes buscaban clasificarse de nuevo.








Playa del Carmen
Pista Deportiva Mario Villanueva
En Playa del Carmen, la Pista Mario Villanueva es uno de los pocos ejemplos de las pistas de Quintana Roo donde el tartán tiene fecha y apellido: renovada en diciembre de 2019, con recubrimiento certificado por la entonces International Association of Athletics Federations (IAAF), es quizá la única instalación que —al menos sobre el papel— cumple los criterios esenciales que el “Track and Field Facilities Manual” de World Athletics (edición 2019) establece para una pista reglamentaria: una superficie pareja, con amortiguación estable y agarre seguro.
Es irónico que uno de los recintos más funcionales del estado haya sido intervenido por última vez hace seis años.
La unidad tiene instalaciones auxiliares como canchas de tenis, básquetbol y espacios de entrenamiento general. La pista ha sido sede de eventos deportivos locales y regionales, como la Inframundo Race 2025.







Felipe Carrillo Puerto
Unidad Deportiva Chan Santa Cruz
Más al sur, en el municipio Felipe Carrillo Puerto, la Unidad Deportiva Chan Santa Cruz ha atravesado varias etapas de inversión que no siempre se han traducido en un avance sostenido. En 2018 se dio el banderazo para la instalación de una pista de tartán, con un presupuesto reportado de 5 millones 509 mil 112 pesos.
Para 2023, la entonces Cojudeq anunció una rehabilitación integral —baños, vestidores, iluminación y áreas comunes— junto con la promesa de convertir el espacio en un semillero deportivo mediante la llamada ‘Academia de Transformación’. La pista ha funcionado como sede oficial, por ejemplo, en la eliminatoria estatal de atletismo rumbo a los Juegos Nacionales Conade 2024.





Bacalar
Unidad Deportiva Serapio Flota Mass
En Bacalar, la Unidad Deportiva Serapio Flota Mass fue concebida como la gran infraestructura formal del municipio. Inaugurada durante la administración del gobernador Roberto Borge Angulo (2011-2016), integró cancha de fútbol, áreas multiusos y una pista de tartán que formaba parte de una inversión de 14 millones 750 mil pesos.
Con el tiempo, las intervenciones han sido puntuales: en 2023 se añadió un domo doble, luminarias LED y zonas renovadas de recreación, según los reportes locales de ese año. Pero en 2025, más que consolidarse como un núcleo de alto rendimiento, la unidad sigue funcionando como un espacio social de referencia: ahí se realizaron entregas de apoyos funcionales —93 sillas de ruedas y otros implementos—, un uso comunitario que confirma su importancia pública, aunque no necesariamente su función especializada sea para el desarrollo atlético.


Después de recorrer las pistas de Quintana Roo, cada anuncio de obra, promesas de rehabilitación y espacio donde los atletas entrenan, queda una sensación difícil de explicar. Quizá por eso vale la pena detenernos un momento.
Mientras el mundo voltea hacia Cancún para admirar estadios y un despliegue impecable para recibir selecciones internacionales, las pistas de Quintana Roo, donde se forman los atletas de casa siguen contando otra historia. El tartán se cuartea, el mantenimiento se aplaza, las obras se eternizan y la información técnica desaparece en comunicados de prensa demasiado generales.
Ahí, cuando uno empieza a notar los pequeños detalles –esos que hemos normalizado por llevar tanto tiempo así–, surge la verdadera interrogante de esta Copa Mundial Socca 2025: ¿qué revela más sobre un estado: el evento que muestra al mundo o las canchas donde nadie mira?

