KANTUNILKÍN, QR.- “Fue una inspiración posiblemente de manera divina; por eso aprendí a realizar trabajos del jet’s meek, primicias de ranchos y de festividades de santos patronos”, subrayó Teodoro Canul Balam, uno de los sacerdotes mayas que inició sus primeras actividades en honor a San Isidro Labrador, patrono de los agricultores, en la colonia Miguel Borge Martín.
En una entrevista exclusiva, durante una de las actividades del jet’s meek de la familia Cocom Canul, reconoció que cuando empezó los trabajos no le tenían confianza e, incluso, le hacían varias preguntas sobre si serían recibidos por los dioses.
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Sin embargo, con el paso del tiempo empezó a darse a conocer en diversas primicias, al grado de que lo fueron contratando; aunque él no lo consideraba de esa forma, porque era un regalo que le habían dado los dioses para apoyar a la gente.
Dijo que, en la actualidad, lo han involucrado en las primicias que realizan en las festividades en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción, de Kantunilkín, y apenas en días pasados realizó una con los vaqueros en las instalaciones del coso taurino.
Relató que cuando una persona no conoce los trabajos podría incluso enfermarse, porque al ofrecer las viandas a los dioses podría cargar malos vientos; y existen testimonios reales de compañeros sacerdotes mayas que han perdido la memoria.

Jet’s meek, ritual ancestral vigente
Comentó que, en el caso del jet’s meek, el objetivo principal consistió en una ceremonia maya ancestral que simboliza el inicio de la vida, el desarrollo y la integración del bebé a su comunidad. El nombre se traduce como “aligerar la carga y abrazar durante el rito”, ya que el padrino o madrina carga al bebé a horcajadas sobre su cadera izquierda para presentarlo a la comunidad y a los elementos sagrados.
La ceremonia incluyó vueltas alrededor de una mesa, alimentando al bebé con distintos alimentos como huevo, pepita de calabaza, chaya y maíz con miel. Cada elemento y cada gesto —como dar de comer, abrir la boca o meter sal— simboliza un aspecto del desarrollo del niño, como despertar la inteligencia, el habla o la memoria.
Luego de la ceremonia maya, padrinos, padres de familia e invitados degustaron una comida típica de la región como agradecimiento por haber presenciado el tradicional jet’s meek, basado en tradiciones culturales y rituales cuyo sentido es convertir un acontecimiento cotidiano en algo especial, que conlleve un mayor grado de respeto.

