CHETUMAL, QR.- Los mayores gastos de la temporada decembrina se realizan en Navidad, que se acostumbra pasar principalmente con la familia. En cambio, la celebración de Año Nuevo suele dejarse para las amistades, lo que genera menos gastos.
Socorro Catzín asegura que no es una regla, pero así funcionan las fiestas en esta época del año. Muchas familias ya saben que la fiesta familiar es Navidad y, en su mayoría, conocen la casa donde se realizará el convivio, generalmente con los papás o, en su caso, con los hermanos.
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El convivio de Año Nuevo queda a elección de los integrantes de la familia debido a los compromisos con amigos o conocidos, comentó.
Fiestas tradicionales y sus cambios
Explicó que hace más de 10 años las familias buscaban pasar Navidad y Año Nuevo juntas; sin embargo, los gastos han aumentado, y ahora muchas prefieren pasar el 31 de diciembre con amistades o compañeros de trabajo, ya que suelen organizar fiestas tipo “cooperativa”, es decir, cada quien aporta lo que le corresponde y listo.
En ocasiones, añadió, te invitan sin necesidad de aportar nada, lo que permite ahorrar dinero.
Para Pablo Carrillo, los altos costos de cenas y regalos, sumados a compromisos como deudas y pagos pendientes, dificultan celebrar las dos fiestas con el mismo presupuesto. Coincidió en que, generalmente, Navidad es la celebración que se elige para pasar con la familia, mientras que en Año Nuevo se opta por una reunión más pequeña o se asiste a eventos con amigos, compañeros de trabajo o vecinos.
Antes de Navidad, las familias suelen acudir a plazas comerciales, supermercados, tiendas departamentales o negocios de la avenida Héroes para comprar lo necesario para la fiesta del 24 de diciembre por la noche, destacó.
Después del 25 de diciembre, agregó, ya no se ven tantas personas comprando, y la preparación para Año Nuevo no genera la misma preocupación que la de Navidad.
El principal factor es el económico, pues las familias ya han gastado la mayor parte de su dinero, sobre todo aquellas con ingresos fijos o que trabajan en la iniciativa privada o el sector público.
Lucía Cohuó, quien acostumbra pasar la fiesta de Navidad con su familia, mencionó que, aunque vive sola, tiene claro que el 24 y el 25 son para estar con sus seres queridos. Ella apoya económicamente a sus padres y es un soporte importante para los regalos y la cena de Navidad, junto con sus hermanas que tienen sus propias familias.
“Los gastos de Navidad parecen interminables”, comentó. “No terminas hasta que estás sentado en la mesa cenando o abriendo los regalos”.
Economía y preferencias en las fiestas
Para Año Nuevo, sus hermanas organizan una fiesta en la que invitan a amigos y vecinos, y también llevan a su mamá. Por su parte, ella aprovecha para reunirse con sus amigas y amigos en una celebración aparte, en la que cada invitado aporta algo para compartir, ya sea comida o bebidas. Según dice, los gastos no se comparan con lo invertido en Navidad.
Por su lado, los hermanos Juan y Enrique Espinosa, quienes ya no cuentan con sus padres, comentaron que entre los cinco hermanos —tres hombres y dos mujeres— organizan cada año la cena de Navidad sin falta y se turnan para recibirla en sus casas.
“Nos damos gusto organizando la cena del 24 de diciembre”, mencionaron. Para los regalos fijan un costo: entre 500 y 800 pesos para los adultos, y 250 pesos para los sobrinos menores de edad, además de los obsequios que cada familia entrega de forma independiente.
En Año Nuevo, organizan una celebración con amigos o compañeros de trabajo, pero dividen los gastos en partes iguales por familia o persona.
Finalmente, coincidieron en que lo más importante es disfrutar las fiestas, pero también es crucial controlar los gastos, ya que el inicio de año suele ser complicado en términos financieros.