El ciclo escolar 2024 – 2025 ya comenzó y cerca de 24 millones de niños y adolescentes regresan a las aulas para recibir educación. Todo parece volver a la normalidad, los padres de familia podrán regresar tranquilamente a sus labores cotidianas sabiendo que sus hijos pasarán gran parte del día en un centro escolar. Ahí, los profesores toman el papel protagonista en la escolaridad de esos estudiantes, pues son los responsables de diseñar el ambiente propicio y las estrategias de aprendizaje para que esos alumnos desarrollen habilidades, destrezas, actitudes, aprendan nuevos conocimientos, practiquen los valores aprendidos en casa, socialicen, etc.

Es innegable la relevancia del papel que fungen los maestros en la escolarización de los alumnos, sin embargo, aunque la responsabilidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje recaiga casi en su totalidad en su figura, el papel que juegan los padres de familia o tutores en dicho proceso también resulta vital. Si bien los padres de familia no se encuentran dentro de las aulas, ni tampoco colaboran con los profesionales de la educación en sus actividades de planeación, calificación de trabajos y tareas, elaboración y calificación de exámenes, etc., su participación dentro del proceso de aprendizaje de sus hijos puede ser tan crucial que el éxito o fracaso académico de esos niños o adolescentes dependa de ello.

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La anterior afirmación puede verse sustentada por las muchas investigaciones en las que se ha tratado el tema en cuestión. Por ejemplo, en un metaanálisis realizado por Hill y Tyson (2009) a más de cincuenta estudios sobre participación de padres en la escuela secundaria, se encontró que existe una conexión directa entre el rendimiento académico de los estudiantes con la participación de los padres en la educación de sus hijos; el estudio también señala que entre a más temprana edad se establezca una conexión entre los padres de familia y el proceso académico de sus hijos, existirá una base más sólida para el éxito estudiantil.

Educación
Mejorar la conexión en la educación de los hijos. Foto: IA.

Atender la educación de los hijos

Enseguida, presento un decálogo en donde, como madre y profesora, resumo acciones que considero indispensables si se desea que sus niños o adolescentes tengan un trayecto escolar exitoso.

  1. Se consciente de la importancia del trinomio escuela-padres-hijos. El primer paso para el logro del éxito escolar es siempre tener presente que éste solo ocurrirá si se trabaja en equipo, un equipo conformado por los padres, el maestro y el alumno. El trabajo no solo depende del profesor o del estudiante, los padres también juegan un papel preponderante. Si uno de ellos no cumple con sus deberes, la ecuación fallará.
  2. Establece una comunicación efectiva con la escuela/profesor. La comunicación bidireccional es un factor que permite compartir información relevante tanto del progreso académico, como del desarrollo emocional del estudiante, lo que al mismo tiempo brindará la oportunidad de discutir y establecer estrategias en conjunto para apoyar o mejorar el proceso académico. Es importante señalar que esta comunicación debe darse a través de los canales indicados para evitar interrumpir las labores docentes o la vida personal de los profesores.
  3. Fomenta la autonomía. La autonomía es un factor clave en un alumno exitoso pues, además de permitirle valerse por sí mimos, desarrolla la capacidad de ser responsables y acatar las consecuencias de sus propias decisiones. Así que, la próxima vez que tu hijo no anote la tarea, olvide un trabajo en casa o llegue tarde a la escuela por no levantarse a tiempo, dale la oportunidad de hacerse cargo de sus actos y no lo saques del apuro.
  4. Acude a las juntas de padres de familia y/o citas que el profesor solicite. La mejor forma de apoyar el proceso académico de los hijos es conocer justamente como ocurre ese proceso y las juntas de padres son el espacio ideal. Anótalo en tu agenda y no faltes.
  5. Dedica un tiempo a la revisión cotidiana de libros y cuadernos, la libreta o agenda de tareas. Esta medida permite darte una idea del progreso de tu hijo; también revisa su mochila para cerciorarte de que no lleve a la escuela objetos innecesarios o distractores.
  6. Acude a las actividades que la escuela organiza para que los estudiantes muestren sus aprendizajes. No hay nada que motive más a los niños y adolescentes que mostrar sus trabajos y los padres son el mejor público que ellos esperan tener.
  7. Asegúrate que tu niño, e incluso tu adolescente, cuenten con sus materiales de trabajo completos. El no contar con su lápiz, un mapa, colores, un pegamento o hasta algún libro de texto, es un factor recurrente en los alumnos con bajo rendimiento académico.
  8. Establece límites y normas. Los límites y reglas de casa, como tener un horario para el uso del celular o tableta y la hora de ir a dormir, o el colaborar con las labores del hogar ayudan a formar una estructura en los niños que los dotará de mayor confianza y, en consecuencia, realizarán de mejor manera sus deberes escolares.
  9. Cuida la buena alimentación y el sueño. Incluye en la dieta alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 (salmón, nueces o semillas de chía) que han demostrado mejorar la función cognitiva y la concentración; también agrega cereales integrales que, al proporcionar energía de liberación sostenida, ayudan a evitar los picos y caídas de energía que pueden afectar la concentración. En cuanto a las horas de sueño, contempla que un niño debe dormir entre 10 a 12 horas al día, y un adolescente requiere entre 8 y 10 horas por día para funcionar correctamente.
  10. Ten presente que la educación se aprende en casa, no en la escuela. A la escuela, los niños asisten para aprender conocimientos y desarrollar habilidades, todo lo demás no es tarea de los profesores. A los padres, que somos el principal actor en el proceso de formación de nuestros hijos, nos corresponde la enseñanza de valores como  la responsabilidad y la puntualidad y el cumplimiento de límites y normas de comportamiento dentro del hogar. ¿Cómo enseñarlos? A través del buen ejemplo, pues los niños y adolescentes aprenden por imitación, observando nuestras conductas y actitudes.Banner Google News

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