Jazmín Ramos | R360
CANCÚN, QRoo.- Los incendios forestales en Quintana Roo no solo han siniestrado más de 9 mil hectáreas, sino que afectan todos los componentes de un ecosistema, arrastrando con todo lo vivo que se interpone a su paso, incluyendo los microorganismos tanto del suelo como el aire.
El Coordinador Estatal del Colegio de Profesionales de Gestión de Riesgo y Protección Civil, Rubén Borao García, explicó que los incendios forestales dejan una estela de destrucción que impacta el hábitat de varias especies, las cuales lamentablemente son alcanzadas por las llamas sin tener la oportunidad de huir.
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¿CÓMO SURGEN LOS INCENDIOS?
Refirió que el fuego se puede propagar a grandes distancias; estos siniestros pueden empeorar durante las temporadas de calor o sequías, además predominan en climas cálidos como en la mayoría de las regiones del estado, por ello, son muy comunes en esta época del año.
El también biólogo, comentó que los siniestros se producen por diversos factores tanto naturales como antrópicos (provocados por el hombre); en la selva de Quintana Roo existen plantas que requieren fuego para eclosionar, por lo tanto, este proceso natural sirve para limpiar la tierra y prepararse a las nuevas generaciones.
“Estos incendios naturales que casi siempre nacen por descargas eléctricas, son parte del ciclo natural, si el hombre no interviene, podrían durar días, semanas y hasta meses, consumiendo miles o cientos de miles de hectáreas de la maleza y algo de arbolado”.
Pero, agregó, aun así, cuando termina la temporada de sequías, con las primeras lluvias, las zonas quemadas reverdecen y se inicia un ciclo nuevo de vida.
Por otro lado, están los incendios producto de las quemas agrícolas o para devastación que hacen los humanos (cambio de uso de suelo); estos difieren en mucho a los naturales, ya que no solo se quema la zona, si no se roza, tumba y quema, y esto sí daña toda el área al no permitir una restauración del lugar, porque talan todos los árboles, incluso los resistentes al fuego.
¿Qué tanto afectan a la flora y fauna?
En cuanto a la afectación a la flora y fauna a causa de los incendios forestales, ya sean naturales o provocados por el hombre, ambos cobran cuota en vidas de los animales, pero en los incendios naturales casi siempre son de desarrollo vectorial; por el efecto de los aires dominantes dejan manchas o islas sin afectar, convirtiéndose en refugio de animales y reservorio de semillas y especies vegetales.
Mientras que los creados por el hombre, casi siempre están planeados para la máxima destrucción y son iniciados en varios puntos a la vez, sin dar oportunidad a las especies terrestres para ponerse a salvo, por ello, la cuota es devastadora, afectando el hábitat de los animales, los cuales mueren alcanzados por las llamas.
Borao García, mencionó que las especies más afectadas son los vertebrados e invertebrados, creando un efecto directo, ya que el fuego no es un mecanismo de alteración natural y estos animales no son aptos para afrontarlo, es decir permanecen en el área y mueren.
Además, el fuego puede generar efectos indirectos como el estrés, este generalmente implica la destrucción del hábitat y de las fuentes de alimento, que duran mucho tiempo rompiendo la cadena trófica.
¿Qué pasa con los ecosistemas?
Mencionó que los siniestros destruyen los árboles donde anidan la mayoría de las aves; provocando su desplazamiento forzoso y la de otras especies, lo que altera el equilibrio de los ecosistemas, además, la cantidad de animales pequeños disminuye, como los roedores, de ahí que los depredadores carnívoros se quedan sin suministro de alimentos.
¿Qué hacer para prevenirlos?
Ante ello, dijo, que en el caso de los incendios provocados por el hombre, es necesario cambiar la cultura de la limpia para los cultivos, impidiendo que se siga usado el proceso de roza, tumba y quema, estableciendo esquemas alternativos para que los campesinos preparen las zonas de siembra.
En cuanto a los incendios provocados para el cambio de uso de suelo, que es una práctica usada comúnmente por los empresarios y desarrolladores, es necesario terminar con la permisividad, endureciendo las políticas punitivas para que estos casos no queden impunes.
También, agregó, se requiere reforzar las campañas de reforestación por parte de los tres niveles de gobierno, sobre todo cuando se tengan siniestros de gran magnitud, para ayudar a la naturaleza a repoblar zonas afectadas por las llamas.
De acuerdo a datos del Centro Estatal de Manejo del Fuego (CEMF), en lo que va de la temporada se tiene el registro de 46 incendios forestales en la entidad afectado a más de 9 mil hectáreas, de estos, 11 siniestros siguen activos.
Las llamas han sido provocadas, en su mayoría, por las actividades humanas como la caza furtiva, la quema de basureros, fumadores o por empresas que buscan el cambio de uso de suelo para proyectos inmobiliarios y desarrollos turísticos.