David Acosta | R360
CHETUMAL, QRoo.- Ante la incredulidad de los capitalinos, por tercera ocasión ardió la “sabana de Expofer”, los restos de pasto, arbustos y árboles que ya habían sufrido por el fuego hoy fueron reducidos literalmente a cenizas, en un caso que sale de la esfera del posible causante, el “efecto lupa”, y que acabó con más de 20 mil metros cuadrados de vegetación.
El nuevo reporte de incendio ocurrió cerca de las 13:15 horas, muchos se enteraron por las redes sociales. La sorpresa fue que se trataba una vez más de la zona de humedales que fue afectada por el fuego el sábado y domingo, en dos hechos aparte.
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Las llamas, que alcanzaron más de seis metros de altura, rápidamente comenzaron a devastar la poca vegetación que aún prevalecía de pie en la zona de humedales y el denso humo se extendió hacia la avenida Insurgentes y comenzó a dificultar el tráfico vehicular.
En el lugar se escuchaba el tronar de las maderas que eran consumidas por el fuego, incluso algunas reventaban y los pedazos de cenizas volaban a más de 10 metros. El calor se sentía hasta el otro lado de la avenida que mide aproximadamente 20 metros.
Fue cerca de las 14:00 horas que comenzaron a llegar las autoridades policiacas, bomberos y de rescate.
Los policías de tránsito instalaron un “retén” preventivo metros antes de donde se registraba el incendio para evitar algún accidente vehicular, sin embargo rápidamente fueron invadidos por el humo, solo se alcanzaban a ver las torretas de las patrullas y en menor grado, los conos amarillos colocados a mitad de la carretera.
El H. Cuerpo de Bomberos llegó en segundo lugar, trayendo consigo solamente una pipa que de inmediato puso a funcionar. Los elementos sin ninguna protección contra el humo y sin el equipo necesario, tomaron la manguera y comenzaron a arrojar agua en los espacios donde las llamas estaban más críticas.
Uno de los bomberos dijo, sin dudar, que el incendio fue intencional y que incluso había indicios de que personas malintencionadas ingresaron a través de brechas para hacer de las suyas.
Esta teoría es la que menos se tomaba en cuenta desde el primer incendio del pasado sábado, pues se argumentaba el “efecto lupa” que no es otra cosa que como consecuencia de las altas temperaturas algún vidrio provoque fuego y éste se expanda.
En cuestión de unos 40 minutos el Cuerpo de Bomberos, apoyado con elementos de Rescate y Emergencias, lograron controlar la parte más crítica del siniestro, aunque en algunas zonas fue difícil llegar por lo que las llamas simplemente hicieron su trabajo y redujeron todo a cenizas.
Esta zona de humedales que es el hábitat de cocodrilos, peces, aves y pequeños mamíferos, además de otras especies, terminó en unos cuantos minutos con un panorama desolador; a lo lejos se podía observar el humo que salía de lo que quedaba de la vegetación, signo de que el fuego se resistía a extinguirse.
Los bomberos utilizaron hasta una escalera para saltar un montículo de tierra y poder rociar de agua una zona de complicado acceso. El agua de las pipas fue insuficiente, por lo que la Secretaría de Marina envió un carro tanque de apoyo.
De acuerdo con la información proporcionada por los bomberos, el fuego sería completamente extinguido por la noche del martes, sin embargo hubo la “advertencia” de que se corría el riesgo que se registrara otro incendio por el factor climático, como consecuencia de las condiciones en que quedó el lugar y que el área aún queda contigua a otra zona de vegetación.
Las llamas consumieron en los tres incendios, registrados desde el pasado sábado, más de 20 mil metros cuadrados de vegetación.