CHETUMAL, QRoo.- No hubo esgrima. La comparecencia del titular de la Comisión de Derechos Humanos del estado ante legisladores fue una golpiza política que podría acarrearle perder el cargo.
Así se lo hicieron ver en privado, después de la exhibición pública de su trabajo. Se lo advirtieron directamente, le dijeron que puede ser removido ante su ineficiencia.
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En la sesión pública no hubo un diputado que apaciguara los ánimos. Todos estaban en contra de Marco Antonio Toh Euán por haber avalado la emisión de “medidas cautelares” a favor de los colectivos feministas que tomaron las instalaciones del Congreso.
Fue un día largo en el Poder Legislativo con actividades que llevaron a choques, críticas, señalamientos y diferencias entre legisladores. Sin embargo, en el objetivo de exhibir y señalar las acciones de la CDHQROO todos se sumaron.
Toh Euán fue citado a comparecer a pesar de que no es parte del gabinete del gobierno de Quintana Roo. Él encabeza un órgano autónomo y lo que procede en casos así, es invitarlo a una reunión de trabajo, invitación que puede declinar si así lo desea. Sin embargo, acudió, como obediente cordero, al matadero legislativo.
Una hora lo hicieron esperar para iniciar la sesión de la Comisión de Derechos Humanos que preside la diputada Judith Rodríguez Villanueva, pues querían se transmitiera en vivo y estaba en curso otra comisión. Paciente esperó sin saber lo que le esperaba.
Finalmente lo recibieron, y a pesar de que pusieron a consideración entrar directamente a las preguntas, se determinó que comenzara con una explicación de su trabajo. El hecho es innecesario pues en un mes, como les aclaró, estaría ya preparando su informe de labores, a lo que sí lo obliga la ley. Ni 10 minutos habían transcurrido cuando la diputada Reyna Durán, de Morena, lo detuvo en seco.
“Vengo a preguntar de temas específicos” y pidió se abriera la ronda. Así se hizo y comenzó una andanada de críticas y señalamientos de la que el titular de la CDHQROO no hallaba cómo salir.
Dos temas centraron los señalamientos contra Toh Euán: las demandas laborales de que ha sido objeto que, acusaron son varias decenas, y la determinación de emitir un acuerdo con medidas cautelares, sesgado según acusaron, a raíz de la toma de las instalaciones del Congreso.
Las y los legisladores fueron especialmente críticos. Ni siquiera en alguna de las comparecencias pasadas habían sido tan duros con algún integrante del gabinete. Parecía que la toma del Congreso y el papel que ha jugado la CDHQROO -dedicada a defender víctimas y no instituciones- les pudo más.
El ombudsperson trató de defenderse, dijo una y varias veces, que las medidas cautelares fueron resultado del Consejo Consultivo de la Comisión, sin embargo, le reviraron que él es quien lo encabeza. La andanada comenzó con Reyna Durán, pero siguieron Cristina Torres, Atenea Gómez, Edgar Gasca, Hernán Villatoro, Euterpe Gutiérrez, Roberto Erales y Judith Rodríguez.
Hubo un diputado que sí tenía vela en este entierro pero que quiso pasar desapercibido: Gustavo Miranda. Llegó tarde a la reunión, entró casi de puntitas y a los dos minutos, salió como si fuera un ente que nadie vio. Al final, forzado entró de nuevo al salón dado el tema, pero sólo hizo acto de presencia. A pesar de haber sido él mismo quien entabló la negociación con los grupos feministas, esta vez de nuevo, calló.
Los epítetos empleados para describir lo hecho por Toh Euán fueron muchos. Estoico, aguantó y oyó: “nos quiere dar atole con el dedo”, “cantinflea”, “si no puede, renuncie”, “todos se lavan las manos”, “nos quiere marear”.
Al final, después de haberlo exhibido, criticado y señalado, pidieron salir a todo el personal del salón temporal de sesiones en el Centro de Convenciones, y las y los legisladores se quedaron en privado con él.
Fue peor. Lo encararon. Le reclamaron directo. Lo descalificaron. Uno por uno de las y los legisladores le recriminaron. Las y los diputados le advirtieron que están en el análisis de poder removerlo del cargo.
Apabullado, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del estado, salió por la puerta de atrás.
El debate ignorante
Ya entrados en calor, las y los diputados del bloque mayoritario, PT, PVEM y Morena, intentaban impulsar un acuerdo de la Junta de Gobierno y Coordinación Política para que el Fiscal General del Estado, Óscar Montes de Oca, acuda a comparecer.
El documento, de origen, contaba con varios errores de procedimiento. El presidente de la Mesa Directiva, Eduardo Martínez Arcila, les informó, les explicó y los exhibió. No es la Mesa Directiva quien tiene la facultad de llamar a comparecencias. Es atribución legal del presidente de la comisión respectiva o de la Jugocopo. Lo acusaron de obstruir el trabajo parlamentario.
La impotencia de verse perdido en el debate llevó al diputado Edgar Gasca a soltar en su intervención: “¡Este tipo de debates es lo que encabrona, más a las mujeres de Quintana Roo. Tiene más de un mes que sucedieron los hechos y se le sigue buscando para que no comparezca, me parece increíble!”.
Nuevamente Martínez Arcila les reiteró que él está imposibilitado para firmar la comunicación para llamar a comparecer al Fiscal y les propuso ajustar el acuerdo para que fuera el presidente de la Jugocopo quien lo firmara.
Por más que se negaron, no tuvieron otra opción. Nuevamente ni el subsecretario de Servicios Legislativos, Benjamín Vaca, ni todos los diputados juntos del bloque opositor, pudieron ganarle el debate a Martínez Arcila. Al final ajustaron el acuerdo, se votó por mayoría y ahora lo deberá firmar Gustavo Miranda, quien ni se enteró, ni lo votó, pues había abandonado la sesión hacía ya más de dos horas.
La diputada Atenea Gómez de plano explotó y reclamó que es momento de que al presidente de la Jugocopo se le vea más en las sesiones: “Ya son muchas las decisiones en que no se asume el rol y el cargo (del presidente de la Jugocopo). Simplemente manifestar que me gustaría mucha más presencia del presidente porque hemos tenido que resolver en su ausencia”.
Así concluyó el día en la sede alterna en un día de trabajos que inició sin presidente de la Jugocopo y concluyó igual porque Gustavo Miranda viaja a Chetumal como quien viaja para pasar lista, solo para la foto.