Crónica: En camino al coronavirus

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Lourdes Robles | R360

CANCÚN, QRoo.- Era la noche del viernes 13 de marzo y me encontraba celebrando mi cumpleaños número 19. Estaba entusiasmada porque compartía una cena con mis amigos más cercanos e incluso teníamos planes para continuar celebrando al día siguiente. Casi al final de la cena, algunos decidieron traer a la mesa uno de los temas más relevantes del momento: el coronavirus.

Muchos, aún despreocupados por ello, asegurábamos que solo era necesario mantener una buena higiene y evitar contacto con personas que hayan visitado el extranjero, lo veíamos aún como algo distante.

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Ya para el final de la noche, dos amigos cancelaron los planes que teníamos para el día siguiente por este mismo virus; yo me encontraba confundida ya que me parecía algo exagerado, no lo entendía. Enojada, seguí con mi plan en marcha, hasta que el día siguiente, al hablar con mis papás, me negaron el permiso, ¿por qué? Por la misma razón por la cual mis amigos no asistirían, una vez más yo solo pensaba que era exagerado, solo quería celebrar mi cumpleaños. 

No fue hasta esa misma noche cuando las autoridades mexicanas anunciaron que se suspenderían las clases a partir del 20 de marzo, fue en ese momento cuando me percaté de la gravedad de la situación. 

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Aún me sentía algo aliviada porque la Universidad Anáhuac no había suspendido clases, pensaba que esta sería mi última semana ¨normal¨. El domingo 15 de marzo me levanté alrededor de las 9, y fui a misa con mis papás y hermanos, como de costumbre; y al terminar, decidimos ir a desayunar a McDonald’s, todo esto sin saber que ese sería mi último día fuera de casa. 

Ese mismo día, en la noche, se dio un comunicado por parte de la universidad, en el que oficialmente se cancelaban las clases presenciales a partir del día siguiente, es decir el lunes 16 de marzo; me sentí algo frustrada, ya que en lo único que pensaba era en las dificultades que se presentarían con las clases, proyectos y el hecho de no poder salir por un mes. 

En lo poco que lleva la semana, el miércoles 18 de marzo, tuve que adaptarme a las distintas formas de trabajo de los maestros en las clases virtuales. Es raro ver a mis compañeros a través de una pantalla y captar lo que dicen a destiempo por fallas del Internet. 

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Tuve que realizar un horario que me permita administrar mi tiempo y las únicas salidas que tuve son las de pasear a mi perro dentro de mi privada, las cuales sé que pronto podrían suspenderse debido al aumento de casos confirmados en nuestro país. 

Todo ocurrió demasiado rápido, bastaron unos días para que mi rutina tuviera que cambiar y adaptarse a la situación actual, es difícil pensar que hace unos meses esta era una problemática distante, algo que solo ocurría en el extranjero, al otro lado del mundo. Personalmente, no creo en la mala suerte, pero puedo decir que desde el último viernes 13 todo cambió drásticamente.

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Michel Muñoz
Graduado de la Universidad Claustro de Sor Juana en la Licenciatura en Comunicación Audiovisual.Ha colaborado en medios de noticias y entretenimiento, como Los Ángeles Press, Quinta Fuerza e Immo Magazine.Especialista en periodismo de investigación, videojuegos, música, cine y cultura pop.Colabora en Ruptura 360 como autor principal de la sección Periodismo de Servicio.

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